Musica Para el Alma

domingo, 23 de agosto de 2020

EVANGELIO DE JUAN 1,45-51 CICLO A

Fiesta de San Bartolomé Apóstol

Lunes, 24 de agosto de 2020

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,45-51):

 

45 Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»
46 Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»
47 Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
48 Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
49 Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
50 Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
51 Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»


Palabra del Señor

 

(Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño)  

 

*Esta expresión a mí me derrite, como el fuego al hielo, y me da una Santa envidia de Natanael. Puedo ver una palabra cumplida y es que el Señor tiene la capacidad de ver en las partes más escondidas de mi vida, que el observa cuidadosamente hasta mi pensamiento y su mirada penetra dentro de mí y llega más allá de aquellos lugares que todavía no he podido llegar. Para mi este discípulo estaba pidiendo con toda su alma, un encuentro con “El Mesías”. Su cuerpo estaba debajo de la higuera, pero su alma estaba haciendo un recorrido por el cielo buscando las cosas de arriba donde esta Cristo sentado a la derecha de Dios. Cuanto me gustaría que mi alma, se convirtieran en una hiedra y se pegaran, se aferraran a la palabra, a la voluntad y a la obediencia del Señor y que esto habrá en mí el discernimiento de reconocer a Jesús el hijo de José y de María, como mi Maestro y mi Salvador y que yo pueda decir como dijo Natanael: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel*.»       

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.