Lecturas del Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo
A
Domingo,
5 de julio de 2020
Primera
lectura
Lectura de la profecía de Zacarías
(9,9-10):
Así dice el Señor: «Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu
rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un
pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén,
romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a
mar, del Gran Río al confín de la tierra.»
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14
R/. Bendeciré tu nombre por
siempre, Dios mío, mi rey
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/.
R/. Bendeciré tu nombre por
siempre, Dios mío, mi rey
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
R/. Bendeciré tu nombre por
siempre, Dios mío, mi rey
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
R/. Bendeciré tu nombre por
siempre, Dios mío, mi rey
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.
R/. Bendeciré tu nombre por
siempre, Dios mío, mi rey
Segunda
lectura
Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Romanos (8,9.11-13):
Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de
Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en
vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará
también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en
vosotros. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para
vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con
el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.
Palabra de
Dios
Lecturas del Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo
A
Domingo,
5 de julio de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (11,25-30):
25 En aquel tiempo, tomando Jesús la
palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a
pequeños.
26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo
sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien
el Hijo se lo quiera revelar.
28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os
daré descanso.
29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; = y hallaréis descanso para vuestras almas. =
30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
Palabra del
Señor
(“Aprended de mi”)
*Esta palabra me
lleva a hacerme algunas preguntas. ¿Qué significa el Señor para mí? ¿Qué cosas
conozco yo del Señor? ¿Qué cosas he aprendido del Señor? Cuando mi hijo estaba pequeño
me empeñaba en que aprendieran a decir (pa) (pa) y les repetía muchas veces,
hasta que les salió, que alegría aquel día para mí cuando dijeron (papa), por
fin aprendieron. Y el Señor a mí me dice: “Aprended de mi” y para aprender bien
del Señor, necesito poner en práctica tres cosas: Primero a Escuchar bien sus palabras.
Segundo a Leer con mucho cuidado la palabra para no mal interpretar algo que
luego pueda hacer daño. Tercero poner en práctica lo escuchado y lo leído. Poner
en práctica las palabras del Señor en ocasiones choca con mis intereses, y mi
forma de ser, me resultan un poco incomoda, porque me denuncia que hay muchas
cosas buenas que puedo hacer y no la hago, tengo la facilidad de hacer el bien,
pero no lo hago. Cuando mi forma de ser esta un poco distante de la palabra,
empiezo a leer, me da un sueño y comienzo a bostezar. Y es ahí donde inicia la
enseñanza que el Señor me trae por eso me dice: «Venid a mí todos los que estáis
fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas*
*El que desea y quiere
amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.