Lecturas
del Santiago apóstol
Sábado, 25 de julio de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (20,20-28):
20 Entonces se le acercó la madre de
los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo.
21 El le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella:
«Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu
izquierda, en tu Reino.»
22 Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís.
¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos.»
23 Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero
sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es
para quienes está preparado por mi Padre.
24 Al oír esto los otros diez, se indignaron
contra los dos hermanos.
25 Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que
los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las
oprimen con su poder.
26 No ha de ser así entre vosotros, sino que
el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,
27 y el que quiera ser el primero entre
vosotros, será vuestro esclavo;
28 de la misma manera que el Hijo del hombre
no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
Palabra del Señor
*«No
sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí,
podemos.»*
*Me llena de
esperanza saber el poder que tiene una madre cuando se acerca al corazón del
Señor y como ofrece sus hijos para el reino. Es impresionante como esta
cercanía al Señor produce de inmediato una reacción, una respuesta de parte del
Señor. Esta madre está muy segura de cómo ha formado y educado a sus hijos,
que, con tanta autoridad, hace esta petición al Señor. Enseguida el Señor les
hace un examen, para saber si la enseñanza que han recibido de su madre es
auténtica, la pregunta tiene su origen y su fundamento en “La
Fidelidad”. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? Esta fue una pregunta sin rodeo, y la respuesta fue
segura y convincente. La buena noticia para mi es que es la madre quien a
temprana edad tiene la misión de preparar el corazón de los hijos al Señor, por
eso me siento alegre de estar en mi madre la iglesia, que de igual manera está
preparando mi corazón para ser fiel al Señor*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.