Musica Para el Alma

miércoles, 27 de mayo de 2020

EVANGELIO DE JUAN 17,20-26 CICLO A


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (17,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»

Palabra del Señor

*(«Que sean completamente uno »)*.

*El Señor me hace una invitación a la sinceridad. Ser sincero no es algo imposible, ni es algo que este fuera de mi alcance, es algo que puedo hacer y que está muy ligado a la obediencia. Cuando voy al médico es porque tengo alguna dificultad y tengo que hacerle caso a mi médico y obedecerlo, el medico necesita de mí que sea fiel a un tratamiento que es para mí bien. Me hago uno con mi médico y el me dará las recomendaciones necesaria y una dieta: no tabaco, no alcohol, no harinas, no grasas, no café, no azúcar, no sal, y que trate de caminar media hora, si yo acojo estos mandatos me hago uno con mi médico. El Señor también me dice lo propio, él quiere que yo sea uno con él y también meda unas recomendaciones muy importantes para mi salud Espiritual: No odio, No soberbia, No ira, No mentiras, No juicio, No murmuración, No infidelidad y que asista todos los días al gimnasio del amor; ese lugar queda en la avenida La Oración, frente a frente a Bendeciré al Señor en todo tiempo. Debo permanecer en ese lugar hasta que mi corazón sea completamente uno con él*.    

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.