Jueves, 19 de septiembre de 2019
Lo
que me dice el Evangelio de Lucas 7,36-50. Ciclo C (Una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que
estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y,
colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con
sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos,) *Solamente una persona
que ha sentido, que ha experimentado que sus cadenas, sus ataduras han sido
rotas y que todas sus heridas han sido curada y que el perdón ha cubierto toda
su alma, tiene autoridad de entrar dondequiera que este el Señor y lavarles sus
pies con sus lágrimas y secarlo con su cabello. Esta mujer me invita a no temer
miedo de ir a los pies del Señor y desahogar ahí mi corazón de tantas coas feas
y cosas que me atormentan y me hacen mucho daño y que al final me quitan la
gracia de sentirme un enamorado del camino, la verdad y la vida. Normalmente yo
invito al Señor que entre en mi vida, y lo llamo continuamente, Espíritu de
Dios ven sobre mí, ven a mi vida. Pero cuestiono al Señor, porque hay cosas que
yo quiero que el haga y el la omite. La buena noticia es que hoy tengo una
invitación a reconocerme desde dentro porque el Señor sabes que tengo cadenas,
ataduras y heridas que tienen que ser sanada y son mis lagrima la clave para
esta sanación interior*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》