24 septiembre de 2018
Nuestra Señora de las
Mercedes
Primera
lectura
Lectura del profeta
Jeremía (30, 8-11):
8 (Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,
8 (Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,
9 sino que Israel y Judá servirán a Yahveh
su Dios y a David su rey, que yo les suscitaré.)
10 Pero tú no temas, siervo mío Jacob -
oráculo de Yahveh - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte
desde lejos y tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y
estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete,
11 pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh
- para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te
dispersé. Pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que
impune no te dejaré.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 125, 1-5
1 = Canción de las subidas. = Los que confían en Yahveh son como el monte Sión, que es inconmovible, estable para siempre.
1 = Canción de las subidas. = Los que confían en Yahveh son como el monte Sión, que es inconmovible, estable para siempre.
2 ¡Jerusalén, de montes rodeada! Así Yahveh
rodea a su pueblo desde ahora y por siempre.
3 Jamás ha de caer el cetro de impiedad
sobre la suerte de los justos, para que los justos no alarguen a la maldad su
mano.
4 Haz bien, Yahveh, a los buenos, a los de
recto corazón.
5 ¡Mas a los que yerran por sus caminos
tortuosos, los suprima Yahveh con los agentes de mal! ¡Paz a Israel!
Segunda
lectura
Lectura de la carta del
apóstol San Pablo a los Gálatas (5,1-2;13-25):
1 Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
1 Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os
dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada.
13 Porque, hermanos, habéis sido llamados
a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes
al contrario, servíos por amor los unos a los otros.
14 Pues toda la ley alcanza su plenitud
en este solo precepto: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
15 Pero si os mordéis y os devoráis
mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros!
16 Por mi parte os digo: Si vivís según
el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias
contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre
sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por el
Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son
conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
20 idolatría, hechicería, odios,
discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
21 envidias, embriagueces, orgías y cosas
semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen
tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
22 En cambio el fruto del Espíritu es
amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
23 mansedumbre, dominio de sí; contra
tales cosas no hay ley.
24 Pues los que son de Cristo Jesús, han
crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.
25 Si vivimos según el Espíritu, obremos
también según el Espíritu.
Palabra de Dios
24 septiembre de 2018
Nuestra Señora de las
Mercedes
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Juan (2,1-11):
1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
2 Fue invitado también a la boda Jesús con
sus discípulos.
3 Y, como faltara vino, porque se había
acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»
4 Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo
contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
5 Dice su madre a los sirvientes: = «Haced
lo que él os diga.» =
6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas
para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
7 Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de
agua.» Y las llenaron hasta arriba.
8 «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al
maestresala.» Ellos lo llevaron.
9 Cuando el maestresala probó el agua
convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían
sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
10 y le dice: «Todos sirven primero el vino
bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino
bueno hasta ahora.»
11 Así, en Caná de Galilea, dio Jesús
comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.
Palabra del Señor