Viernes, 31 de agosto de 2018
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Lo
que me dice: El Evangelio de: (Mateo
25,1-13). (A medianoche se
oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!) *Puedo ver que existen buenas obras a tiempo
y obras a destiempo. El Señor me hace ver que él me da la misma oportunidad que
a los demás. La diferencia dependerá siempre de mí. Al final de los tiempos
después de despertar del sueño, lo único que me permitirá ver la entrada de la
casa del Padre serán las obras hechas a tiempo. El Señor todos los días me
regala la oportunidad de hacer alguna obra buena, desde escuchar a una persona
que no desea que le de ningún consejo, ni que le regañe, ni le dé un sermón, ni
le dé una catequesis, lo único que desea de mi es solamente que me detenga un
momento que saque un poquito de mi tiempo y le escuche, una sonrisa, un buen
saludo, un favor, un plato de comida, un buen consejo. Recuerdo en una ocasión
que una joven que yo no cosco, que yo le busque conversación porque la vi un
poco triste y deprimida, yo con poco tiempo y ella con mucho deseo de hablar,
me puse a escucharla (y yo oraba dentro de mí, ahí Señor que termine por favor
que tengo que seguir trabajando). Después de horas de ella hablarme y yo no le
decía nada solamente la escuchaba, nos despedimos. Y un día me contacto y me
dijo gracias por escucharme, usted recuerda ese día (claro que recuerdo ese día
me atrase en mi trabajo) pues ese día en mi habitación yo tenía todo preparado
para suicidarme, yo me quede frisado. Las buenas obras que otras personas
realizan nunca me las podrán prestar, las buenas obras no se prestan tengo que
hacerla yo mismo con la ayuda del Señor*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》