Musica Para el Alma

domingo, 5 de marzo de 2017

LECTURA LARGA

Del libro del Deuteronomio 7, 6-14; 8, 1-6
ISRAEL, EL PUEBLO ELEGIDO
En aquellos días, dijo Moisés al pueblo estas palabras:

«Tú eres un pueblo santo para el Señor, tu Dios: él te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad. Si el Señor os amó a vosotros y os eligió, no fue porque seáis el pueblo más numeroso, pues sois el pueblo más pequeño; sino sólo por el amor que os tiene y por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto.

Así conocerás que el Señor, tu Dios, es el Dios verdadero, el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor por mil generaciones, con los que lo aman y guardan sus preceptos; pero castiga en su propia persona a quien lo aborrece, acabando con él. No se hace esperar de quien lo aborrece, en su misma persona le da su merecido. Pon por obra estos preceptos y los mandatos y decretos que hoy te mando.

Si escuchas estos decretos y los mantienes poniéndolos por obra, también el Señor, tu Dios, te mantendrá la alianza y el favor que prometió a tus padres: Te amará, te bendecirá y te hará crecer. Bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tus tierras, tu trigo, tu mosto y tu aceite, las crías de tus reses y el parto de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres darte. Serás bendito entre todos los pueblos; no habrá entre los tuyos ni en tus ganados macho ni hembra estéril.

Poned por obra los preceptos que yo os mando hoy: así viviréis, os multiplicaréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor prometió con juramento a vuestros padres.

Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para afligirte y ponerte a prueba, y conocer así las intenciones de tu corazón: si guardabas o no sus preceptos. Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná -que tú no conocías ni conocieron tus padres-, para enseñarte que no sólo se vive de pan, sino que se vive de cuanto sale de la boca de Dios. Tus vestidos no se han gastado ni se te han hinchado los pies durante estos cuarenta años; reconoce, pues, que el Señor, tu Dios, te ha educado, como un padre educa a su hijo; para que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, sigas sus caminos y lo temas.»
RESPONSORIO    1Jn 4, 10. 16; cf. Is 63, 8. 9
R. Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados; * y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
V. El Señor fue nuestro salvador, con su amor y su clemencia nos rescató.
R. y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.