Musica Para el Alma

miércoles, 1 de marzo de 2017

lectura larga

Comienza el libro del Deuteronomio 1, 1. 6-18
ÚLTIMAS PALABRAS DE MOISÉS EN MOAB
Éstas son las palabras que dijo Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán, en el desierto, en la Arabá, frente a Sof, entre Farán y Tofel, Haserot y Dizahab:

«El Señor, nuestro Dios, nos dijo en el monte Horeb:

"Basta ya de vivir en este monte, poneos en camino, id a las montañas de los amorreos, a las poblaciones vecinas de la estepa de la Arabá, de la montaña, de la tierra baja, del Negueb y de la costa; a Canaán y al Líbano, hasta el gran río, el Éufrates. Mirad: os he puesto delante la tierra que yo, el Señor, prometí dar a vuestros padres, a Abraham, Isaac y Jacob."

Entonces yo os dije:

"Yo solo no puedo con vosotros. El Señor, vuestro Dios, os ha multiplicado y sois tan numerosos como las estrellas del cielo. Que el Señor, Dios de vuestros padres, continúe y os haga mil veces más numerosos, y os siga bendiciendo, como dijo. Pero ¿cómo voy a poder yo solo con todas vuestras cargas, vuestro peso y vuestros litigios? Proponed a algunos de cada tribu, a hombres sabios y de experiencia, y yo los nombraré jefes vuestros."

Y me contestasteis:

"Está bien lo que nos propones."

Yo elegí como jefes de vuestras tribus a hombres sabios y de experiencia, y los nombré jefes vuestros: jefes de mil, de cincuenta y de diez, y magistrados para cada tribu. Entonces di a vuestros jefes estas normas:

"Vosotros escucharéis los pleitos de vuestros hermanos y juzgaréis con justicia las causas que surjan entre un hombre con su hermano o un extranjero. No seáis parciales en la sentencia, oíd por igual al pequeño y al grande; no os dejéis amedrentar por nadie, que la sentencia es de Dios; y la causa que os resulte demasiado difícil pasádmela, y yo entenderé en ella."

Entonces os mandé todo lo que debíais cumplir.»
RESPONSORIO    Dt 10, 17; 1, 17
R. El Señor, vuestro Dios, es Dios de dioses, Dios grande, fuerte y terrible, * él no es parcial ni acepta soborno.
V. Oíd por igual al pequeño y al grande; no os dejéis amedrentar por nadie, que la sentencia es de Dios.
R. Él no es parcial ni acepta soborno.