Lecturas
del Jueves de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
27 Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según
san Lucas (21,20-28)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su
destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que
estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en
la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está
escrito. ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Porque habrá
angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de
espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada
por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en
el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes,
enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin
aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo,
pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una
nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos,
alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra
liberación).
*Jesús el maestro, utiliza tres palabras para
ayudarme: huir, alejarme y no entrar. Si actúo contrario a estas tres palabras
lo que recibiré, serán días largo de angustia, sentir que todo se derrumba, que
todo está perdido. Por eso estás tres palabras que Jesús el buen pastor, me
regala no son por pura casualidad. Que huya del pecado, que me aleje del pecado
y que no entre en el pecado. Jesús el amigo fiel me hace saber que, así como un
pez no puede nadar sin agua, y como un pájaro no puede volar sin aire, así también
como cristiano no puedo avanzar sin Dio, pero si obedezco, no habrá miedo en
mí, y tendré mi cabeza, levantada a la esperanza, al amor, a la misericordia, y
estaré con alegría esperando el gran día de mi liberación*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
