Lecturas
del Martes de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
18 Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (19,1-10)*
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y
atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico,
trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era
bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo,
porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en
seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»
Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un
pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes,
Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré
cuatro veces más.»
Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo
de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que
estaba perdido.»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
«Se
adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por
allí».
*Subirme a un sicómoro,
es signo de entrar en la realidad de reconocer mis errores, defectos, mis
miedos, mis temores y saber que necesito ver a Jesús y que su mirada me
encuentre, pero tengo que ponerme en movimiento y colocarme en el lugar que lo
pueda ver. La misericordia de Dios, siempre alcanza a mirar a cada uno de sus
hijos y cuando Jesús pase su mirara llena de amor y mi mirada cargada de
necesidad se puedan encontrar, y que mis oídos estén atentos, para cuando las
palabras de Jesús el buen pastor, me diga: Baja pronto que hoy desea entrar en
tu casa. Jesús el amigo fiel, viene a sanarme, a sanar mi mente, y a sanar todo
mi ser, para que mi corazón pueda dar respuesta a su llamada. Jesús me invita
al desprendimiento, a entrar en la pobreza y la indigencia de mi vida, para
tenerlo a él, como el centro de todo mi ser*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
