Lecturas
del Jueves de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario
16 Oct 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (11,47-54)*
En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de
vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres
los mataron! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo
aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: «Les enviaré profetas
y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán»; y así, a esta generación
se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación
del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el
altar y el santuario. Sí, os lo repito: se le pedirá
cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os
habéis quedado con la llave del saber; vosotros, ¡que no habéis entrado y
habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!»
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de
la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias
palabras.
Palabra de Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta
generación).
*Esta palabra me golpea,
porque al hablar de esta generación me incluye a mí; Jesús me está diciendo que
también a mí, sé me pedirá cuenta en este tiempo, porque yo sé lo que es bueno
y me cuesta ponerlo en práctica o en algunas ocasiones lo evito, sé lo que es
malo, y me siento atraído por ello, y no hago muchas veces nada para evitarlo,
sé que para entrar por el camino que conduce a la vida eterna, hay que pasa por
la Cruz y reniego de entrar en la cruz, y en ocasiones me pregunto ¿Qué si es necesario
sufrir tanto para ser “Cristiano”? Sé, que el amor a la cruz es un escándalo
para el mundo, pero si nos entregamos a la palabra de Dios eso nos producirá:
alegría, esperanza y sanación. Yo me pregunto ¿De qué le sirve un micrófono a
un mudo, si no puede hablar; de que le sirven unos audífonos a un sordo que no
puede escuchar? ¿En qué me ayuda preocuparme, por el día de mañana, si no ha
llegado todavía? La llave del secreto y del saber está en el hoy y ahora. Dios
ha pronunciado su palabra sobre mí, y su palabra es justa y verdadera, por eso
mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su palabra*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.