Lecturas
del Martes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario
02 Sep 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (4,31-37)*
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad
de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su
doctrina, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar
a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con
nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin
hacerle daño.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad
y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a
todos los lugares de la comarca.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Sé quién eres tú: el Santo de Dios»).
*Yo me puedo preguntar ¿Y que buscaba un demonio
dentro de la iglesia? Y no cualquier demonio, sino uno que estudiaba las
escrituras. Dice el apóstol san Juan: Quien dice que ama al Señor, a quien no
ve y aborrece a sus hermanos a quien puede ver, es un mentiroso y la verdad no
está en él. El Señor llega a mi vida con la misión de destruir y la misión de reconstruir.
Destruir es sacar la mentira de mi vida, construir es hacer de mi una persona firme
en la verdad, reconstruir mi sistema auditivo para que sepa escuchar bien su palabra
y saber cual es la voluntad de Dios para mí. Viene también a destruir mis
miedos, hay día en que me he soñado algo feo y desagradable y ese día lo paso
nervioso, mal y con miedo, el miedo me atrapa y me tira por tierra. Pero como
el Señor me esta reconstruyendo, puedo recordar una palabra que dice: Todo obra,
para bien, y comienzo a repetir: Dios mío, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no
puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para
saber la diferencia y levantarme,
de todas mis caídas y tropiezos*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.