Musica Para el Alma
miércoles, 31 de julio de 2024
MATEO 13,47-53 CICLO B
*Lecturas del Jueves de la 17ª semana del Tiempo
Ordinario*
Jueves, 1 de agosto de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (13,47-53)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece
también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está
llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y
los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los
ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos les contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como
un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Reúnen
los peces buenos en cestos y tiran los malos).
*Jesús el gran maestro, utiliza un lenguaje
apropiado para cada ocasión. Para Jesús lo importante es que le puedan entender:
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge
toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla. Este verbo
arrastrar, que es igual a: llevar, empujar, conducir. Jesús me quiere arrastra,
llevar, empujar, conducir, hacia la orilla donde él está,
y yo me hago esta pregunta ¿Me siento arrastrado hacia Jesús? Porque si me
siento arrastrado, atraído por Jesús, se tiene que reflejar, en mi forma de
vivir, en la alegría de pronunciar su nombre, en el gozo de sentirme perdonado
y amado, sin duda esto es estar en el cesto con los peses que le agrada hacer
la voluntad de Dios. Es normal que las personas que no se sienten atraído por
Jesús se mantengan a distancia. Jesús hace una descripción de las personas que
se sienten: arrastrado, llevado, empujado, y conducido
por él. Él dijo: Un escriba que entiende
del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo
nuevo y lo antiguo*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 1
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*JUEVES
SEMANA I*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Himno: CRECE LA LUZ BAJO TU HERMOSA MANO.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo
hicieron mis manos, todo es mío —oráculo del Señor—. En ése pondré mis ojos: en
el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Ábreme,
Señor, los ojos.
R. Y contemplaré las maravillas de tu voluntad.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Job 38, 1-30
DIOS CONFUNDE A JOB
El Señor respondió a Job desde el seno de la tempestad:
«¿Quién es ése que denigra mis designios con palabras sin sentido? Si eres
hombre cabal, ciñe tu cintura; voy a interrogarte y tú responderás.
¿Dónde estabas cuando cimenté la tierra? Dímelo, si es que sabes tanto. ¿Quién
señaló sus dimensiones? —si lo sabes—, o ¿quién le aplicó la cinta de medir?
¿Dónde encajan sus cimientos?, ¿quién su piedra angular fundamentó, ante el
aplauso jubiloso de los astros matutinos y entre las aclamaciones de los
ángeles de Dios?
¿Quién encerró el mar con doble puerta, cuando salía impetuoso desde el seno,
cuando le puse nubes por mantillas y niebla por pañales, cuando le impuse un
límite con puertas y cerrojos, y le dije: "Hasta aquí llegarás, no más
allá; aquí se romperá el orgullo de tus olas"?
¿Has mandado en tu vida a la mañana o asignaste a la aurora su lugar, para que
aferre a la tierra por los bordes y sacuda de ella a los malvados, para que la
transforme como arcilla bajo el sello y la tiña de colores como una vestidura,
para que quite su luz a los impíos y quebrante el brazo sublevado?
¿Has entrado hasta las fuentes de los mares o paseado por la hondura del
océano? ¿Te han enseñado las puertas de la muerte o has visto los portales de
las sombras? ¿Has examinado la anchura de la tierra? Cuéntamelo, si es que tú
todo lo sabes.
¿Por dónde se va a la casa de la luz y dónde viven las tinieblas? ¿Podrías
conducirlas a su tierra, enseñarles el camino de su casa? ¡Oh, tienes que
saberlo, pues para entonces tú ya habías nacido, y es tan grande la cuenta de
tus días...!
¿Has entrado a los depósitos de nieve? ¿Has visitado los graneros del granizo,
que reservo para la hora del peligro, para el día de la guerra y del combate?
¿Por qué punto se divide el rayo? ¿Por dónde se difunde el viento del oriente?
¿Quién ha abierto un canal al aguacero y una ruta al relámpago y al trueno,
para que llueva en las tierras despobladas, en la estepa que el hombre no
frecuenta, para que beba el desierto desolado y brote hierba en el páramo
desnudo?
¿Tiene padre la lluvia? ¿Quién engendra las gotas del rocío? ¿De qué seno sale
el hielo? Y la escarcha del cielo ¿quién la engendra, cuando el agua se
endurece como piedra y se congela la explanada del océano?»
RESPONSORIO Rm 9, 20; Jb 38, 3
R. ¡Oh hombre!, ¿quién eres tú para pedir cuentas
a Dios? * ¿Puede acaso la vasija de barro decir al alfarero: «Por qué
me has hecho así»?
V. Si eres hombre cabal, ciñe tu cintura; voy a
interrogarte y tú responderás.
R. ¿Puede acaso la vasija de barro decir al
alfarero: «Por qué me has hecho así»?
SEGUNDA LECTURA
De los libros de las Morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el
libro de Job.
(Libro 29, 2-4: PL 76, 478-480)
LA IGLESIA SE LEVANTA COMO LA AURORA
Con razón se designa con el nombre de amanecer o aurora a toda la Iglesia de
los elegidos, ya que el amanecer o aurora es el paso de las tinieblas a la luz.
La Iglesia, en efecto, es conducida de la noche de la incredulidad a la luz de
la fe, y así, a imitación de la aurora, después de las tinieblas se abre al
esplendor diurno de la claridad celestial. Por esto dice acertadamente el
Cantar de los cantares: ¿Quién es ésta que se levanta como la aurora?
Efectivamente, la santa Iglesia, por su deseo del don de la vida celestial, es
llamada aurora, porque, al tiempo que va desechando las tinieblas del pecado,
se va iluminando con la luz de la justicia.
Pero además, si consideramos la naturaleza del amanecer o aurora, hallaremos un
pensamiento más sutil. La aurora o amanecer anuncia que la noche ya ha pasado,
pero no muestra todavía la íntegra claridad del día, sino que, por ser la
transición entre la noche y el día, tiene algo de tinieblas y de luz al mismo
tiempo. Por esto, los que en esta vida vamos en seguimiento de la verdad somos
como la aurora o amanecer, porque en parte obramos ya según la luz, pero en
parte conservamos también restos de tinieblas. Se dice a Dios, por boca del
salmista: Ningún hombre vivo es inocente frente a ti. Y también está escrito:
Todos tenemos muchos tropiezos.
Por esto Pablo, cuando dice: La noche va pasando, no añade: «El día ha
llegado», sino: El día está encima. Al decir, por tanto, que después de la
noche el día está encima, no que ya ha llegado, enseña claramente que nos
hallamos todavía en la aurora, en el tiempo que media entre las tinieblas y el
sol.
La santa Iglesia de los elegidos será pleno día cuando no tenga ya mezcla
alguna de la sombra del pecado. Será pleno día cuando esté perfectamente
iluminada con la fuerza de la luz interior. Por esto, con razón, la Escritura
nos enseña el carácter transitorio de esta aurora, cuando dice: Asignaste a la
aurora su lugar, pues aquel a quien se le ha de asignar su lugar tiene que
pasar de un sitio a otro. Y este lugar de la aurora no puede ser otro que la
perfecta claridad de la visión eterna. Cuando haya sido conducida a esta
perfecta claridad, ya no quedará en ella ningún rastro de tinieblas de la noche
transcurrida. Este anhelo de la aurora por llegar a su lugar propio viene
expresado por el salmo que dice: Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo
entraré a ver el rostro de Dios? También Pablo manifiesta la prisa de la aurora
por llegar al lugar que ella reconoce como suyo, cuando dice que desea morir
para estar con Cristo. Y también: Para mí la vida es Cristo, y la muerte una
ganancia.
RESPONSORIO Flp 1, 3. 6. 9
R. Siempre que me acuerdo de vosotros doy gracias
a mi Dios. * Tengo plena confianza de que
aquel que inició en vosotros tan excelente obra la irá llevando a feliz término
hasta el día del advenimiento de Cristo Jesús.
V. Ésta es mi oración: Que vuestro amor vaya
creciendo cada vez más en el verdadero conocimiento y en delicadeza espiritual.
R. Tengo plena confianza de que aquel que inició
en vosotros tan excelente obra la irá llevando a feliz término hasta el día del
advenimiento de Cristo Jesús.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(13,47-53)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece
también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está
llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y
los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los
ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí
será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos les contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como
un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y
nos librará de la mano de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y
supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar
el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
JUEVES SEMANA
I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN
PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú
me sanaste; te daré gracias por siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas
pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que,
aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y
gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis
visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con
un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de
vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y
digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las tinieblas
amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora comienza, nos
veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día, podamos reunirnos
otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 1 DE AGOSTO 2024
*Lecturas del Jueves de la 17ª semana del Tiempo
Ordinario*
Jueves, 1 de agosto de 2024
Primera
lectura
Lectura
del libro de Jeremías (18,1-6):
Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Levántate y baja al taller del
alfarero, y allí te comunicaré mi palabra.»
Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le
salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra
vasija, según le parecía al alfarero.
Entonces me vino la palabra del Señor: «¿Y no podré yo trataros a vosotros,
casa de Israel, como este alfarero? –oráculo del Señor–. Mirad: como está el
barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal
145
R/. Dichoso
a quien auxilia el Dios de Jacob
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista. R/.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes. R/.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R/.
*Lecturas del Jueves de la 17ª semana del Tiempo
Ordinario*
Jueves, 1 de agosto de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (13,47-53)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece
también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está
llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y
los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los
ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos les contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como
un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Reúnen
los peces buenos en cestos y tiran los malos).
*Jesús el gran maestro, utiliza un lenguaje
apropiado para cada ocasión. Para Jesús lo importante es que le puedan entender:
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge
toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla. Este verbo
arrastrar, que es igual a: llevar, empujar, conducir. Jesús me quiere arrastra,
llevar, empujar, conducir, hacia la orilla donde él está,
y yo me hago esta pregunta ¿Me siento arrastrado hacia Jesús? Porque si me
siento arrastrado, atraído por Jesús, se tiene que reflejar, en mi forma de
vivir, en la alegría de pronunciar su nombre, en el gozo de sentirme perdonado
y amado, sin duda esto es estar en el cesto con los peses que le agrada hacer
la voluntad de Dios. Es normal que las personas que no se sienten atraído por
Jesús se mantengan a distancia. Jesús hace una descripción de las personas que
se sienten: arrastrado, llevado, empujado, y conducido
por él. Él dijo: Un escriba que entiende
del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo
nuevo y lo antiguo*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
martes, 30 de julio de 2024
MATEO 13,44-46 CICLO B
*Lecturas del San Ignacio de
Loyola, presbítero*
31 Jul 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (13,44-46)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a la gente: «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro
escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de
alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los
Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar
una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Vende
todo lo que tiene y compra el campo).
*Es un buen tiempo el que el Señor, me regala, para
que pueda descubrir los tesoros que hay enterrado dentro de mi vida, que son
tesoros verdaderos, que tiene valor de vida eterna, que tienen la gracia de
darle un buen sentido a mi vida. Es una buena noticia, descubrir que en mi
corazón hay tesoros muy valiosos, donde puedo encontrar fuerza para amar, y que
de una manera especial, tienen la gracia de hacerme entrar en la alegría verdadera,
una alegría alta, sublime, desbordante, y grande, que tiene el poder de saciar:
mis angustias, mis tristezas, mis preocupaciones, y me muestra al mismo tiempo
el camino de la liberta. El amor a la palabra de Dios es el tesoro verdadero,
es la perla preciosa*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 31
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA
XVII
Del Común de pastores: para un santo presbítero. Salterio I
31 de julio
*SAN IGNACIO DE LOYOLA, presbítero. (MEMORIA)*
Nació el año 1491 en Loyola, en las provincias vascongadas de España; su vida
transcurrió primero entre la corte real y la milicia; luego se convirtió y
estudió teología en París, donde se le juntaron los primeros compañeros con los
que había de fundar más tarde, en Roma, la Compañía de Jesús. Ejerció un
fecundo apostolado con sus escritos y con la formación de discípulos, que
habían de trabajar intensamente por la reforma de la Iglesia. Murió en Roma el
año 1556.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor
supremo.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor
supremo.
Himno: CRISTO, CABEZA, REY DE LOS PASTORES.
Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.
Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia
jefe del pueblo.
El fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.
Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt
16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
LECTURA BREVE Hb 13, 7-9a
Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios:
reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el
mismo hoy que ayer, y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas
llamativas y extrañas.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado
centinelas.
V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el
nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado
centinelas.
V. Todos
quedaban maravillados.
R. De las palabras que salían de la boca de Dios.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Job 32, 1-6; 33, 1-22
HABLA ELIHÚ ACERCA DEL MISTERIO DE DIOS
Los tres hombres no respondieron más a Job,
convencidos de que era inocente. Pero Elihú, hijo de Baraquel, de la familia de
Ram, natural de Buz, se indignó contra Job, porque pretendía justificarse
frente a Dios. También se indignó contra los tres compañeros, porque, al no
hallar respuesta, habían dejado a Dios como culpable. Elihú había esperado,
mientras ellos hablaban con Job, porque eran mayores que él; pero, viendo que
ninguno de los tres respondía, Elihú, hijo de Baraquel, de Buz, indignado,
intervino, diciendo:
«Escucha mis palabras, Job, presta oído a mi discurso, mira que ya abro la boca
y mi lengua forma palabras con el paladar; hablo con un corazón sincero, mis
labios expresan un saber acendrado.
El soplo de Dios me hizo, el aliento del Todopoderoso me dio vida. Contéstame,
si puedes, prepárate, ponte frente a mí. Mira: igual que tú soy ante Dios,
también yo fui plasmado de la arcilla. No te espantará mi terror, ni pesará mi
mano sobre ti.
Tú has dicho esto en mi presencia, yo te he escuchado: "Yo soy puro, no
tengo delito, soy inocente, no hay culpa en mí, pero él encuentra pretextos
contra mí, me considera su enemigo, mete mis pies en el cepo y espía todos mis
pasos."
Protesto: en eso no tienes razón, porque Dios es más grande que el hombre.
¿Cómo te atreves a acusarlo de que no responda a todas tus razones? Dios sabe
hablar de un modo o de otro, y uno no lo advierte.
En sueños o visiones nocturnas, cuando el letargo cae sobre el hombre que está
durmiendo en su cama: entonces le abre el oído y lo estremece con avisos, para
apartarlo de sus malas obras y corregir su orgullo, para librar su vida de la
fosa y de cruzar el Canal.
Otras veces lo corrige con una enfermedad, con la agonía incesante de sus
miembros, cuando hasta la comida le repugna y le asquean sus manjares
favoritos, cuando su carne se consume y desvanece y sus huesos a la vista se
descubren, cuando su alma a la fosa se aproxima y su vida a la morada de los
muertos.»
RESPONSORIO Rm 11, 33-34
R. ¡Qué abismo
de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! * ¡Qué
insondables son sus juicios y qué irrastreables sus caminos!
V. ¿Quién ha conocido jamás la mente del Señor?
¿Quién ha sido su consejero?
R. ¡Qué insondables son sus juicios y qué
irrastreables sus caminos!
SEGUNDA LECTURA
De los hechos de san Ignacio recibidos por Luis
Goncalves de labios del mismo santo
(Cap. 1, 5-9: Acta Sanctorum Iulii 7 [1868], 647)
EXAMINAD SI LOS ESPÍRITUS PROVIENEN DE DIOS
Ignacio era muy aficionado a los llamados libros
de caballerías, narraciones llenas de historias fabulosas e imaginarias. Cuando
se sintió restablecido, pidió que le trajeran algunos de esos libros para
entretenerse, pero no se halló en su casa ninguno; entonces le dieron para leer
un libro llamado Vida de Cristo y otro que tenía por título Flos sanctorum,
escritos en su lengua materna.
Con la frecuente lectura de estas obras, empezó a sentir algún interés por las
cosas que en ellas se trataban. A intervalos volvía su pensamiento a lo que
había leído en tiempos pasados y entretenía su imaginación con el recuerdo de
las vanidades que habitualmente retenían su atención durante su vida anterior.
Pero entretanto iba actuando también la misericordia divina, inspirando en su
ánimo otros pensamientos, además de los que suscitaba en su mente lo que
acababa de leer. En efecto, al leer la vida de Jesucristo o de los santos, a
veces se ponía a pensar y se preguntaba a sí mismo: «¿Y si yo hiciera lo mismo
que san Francisco o que santo Domingo?» Y, así, su mente estaba siempre activa.
Estos pensamientos duraban mucho tiempo, hasta que, distraído por cualquier
motivo, volvía a pensar, también por largo tiempo, en las cosas vanas y
mundanas. Esta sucesión de pensamientos duró bastante tiempo.
Pero había una diferencia; y es que, cuando pensaba en las cosas del mundo,
ello le producía de momento un gran placer; pero cuando, hastiado, volvía a la
realidad, se sentía triste y árido de espíritu; por el contrario, cuando
pensaba en la posibilidad de imitar las austeridades de los santos, no sólo
entonces experimentaba un intenso gozo, sino que además tales pensamientos lo
dejaban lleno de alegría. De esta diferencia él no se daba cuenta ni le daba
importancia, hasta que un día se le abrieron los ojos del alma y comenzó a
admirarse de esta diferencia que experimentaba en sí mismo, que, mientras una
clase de pensamientos lo dejaban triste, otros, en cambio, alegre. Y así fue
como empezó a reflexionar seriamente en las cosas de Dios. Más tarde, cuando se
dedicó a las prácticas espirituales, esta experiencia suya le ayudó mucho a
comprender lo que sobre la discreción de espíritus enseñaría luego a los suyos.
RESPONSORIO 1Pe 4, 11. 8
R. El que toma
la palabra que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga
en virtud del encargo recibido de Dios. * Así,
Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo.
V. Ante todo, teneos una constante caridad unos
con otros.
R. Así, Dios será glorificado en todo, por medio
de Jesucristo.
*Lecturas del San Ignacio de
Loyola, presbítero*
31 Jul 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (13,44-46)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a la gente: «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro
escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de
alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los
Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar
una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. ¡Ojalá tenga yo una íntima experiencia de Cristo, del poder de su
resurrección y de la comunión con sus padecimientos!
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Ojalá tenga yo una íntima
experiencia de Cristo, del poder de su resurrección y de la comunión con sus
padecimientos!
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus
ovejas, y supliquémosle diciendo:
Apacienta a tu pueblo, Señor.
Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu
misericordia y tu amor,
haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único
pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los
cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas
de una vida santa.
Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el
amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola
para que extendiera más la gloria de tu nombre, concédenos que, a imitación
suya y apoyados en su auxilio, libremos también en la tierra el noble combate
de la fe, para que merezcamos ser coronados juntamente con él en el cielo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.
Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.
Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.
Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Ant 2. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Ant 3. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA
CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 1-4
A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero
como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que
va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo,
gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por
sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores sobre la heredad de
Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo
Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
RESPONSORIO BREVE
V. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora
mucho por su pueblo.
V. El que entregó su vida por sus hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora
mucho por su pueblo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si arruina su vida?
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿De qué le sirve al hombre ganar
todo el mundo si arruina su vida?
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los
hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva a tu pueblo, Señor.
Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola
para que extendiera más la gloria de tu nombre, concédenos que, a imitación
suya y apoyados en su auxilio, libremos también en la tierra el noble combate
de la fe, para que merezcamos ser coronados juntamente con él en el cielo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.