*Memoria
de San José, Obrero*
*1 de mayo*
Evangelio
*Lectura del
santo evangelio según san Mateo (13,54-58)*
54 Viniendo
a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados:
« ¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre
María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
56 Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces,
¿de dónde le viene todo esto?»
57 Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: «Un
profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.»
58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«
¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo
del carpintero?)
*El hijo del carpintero. José era el carpintero, se
puede notar que José no era una persona notable, ni importante, si José hubiese
gozado de prestigio a Jesús lo mirarían y lo tratarían de otra manera. José no
era una persona de escándalo, ni de mala reputación, se puede notar por la
pregunta ¿No es éste el hijo del carpintero? José era una persona que
respetaba, una persona que no se metía donde no lo llamaban, una persona con un
perfil bajo. Jesús fue menospreciado en su mismo pueblo. También en este tiempo
los que hemos decidido entregar nuestra vida a Jesús, somos menospreciados,
perseguidos y ofendidos. Estamos llamado a sentirnos identificado José. José supo
cumplir su misión. Fue el mismo Dios quien puso en las manos de José los dos
tesoros más grandes del mundo, uno es María a le que un ángel le dijo: “No temas, María, porque has
hallado gracia ante Dios. Y el
otro tesoro es Jesús. Un detalle para mí de José “El carpintero o El artesano”
es que siempre se mantuvo con la mirada y el oído pendiente de la voluntad de
Dios*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.