*Lecturas del Lunes Santo*
Lunes, 25 de marzo de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (12,1-11)*
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía
Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una
cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María
tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los
pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del
perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos
a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y
como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
- «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres
los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por
Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los
muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos,
por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
«Déjala;
lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis
siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
*Donde
Judas ve migajas o sobras, Jesús ve amor. El amor de María a Jesús se anticipa,
y se convierte en un derroche y un desprendimiento total al amor de su vida Jesús.
Ella se siente liberada de toda angustia, de todo miedo, de todo estrés y derrama
sus lágrimas como un signo de liberación a los pies de aquel que se convertirá
en el nuevo y verdadero aroma de salvación para este mundo. María
ora con su cuerpo, con su corazón, con su mente y sus palabras son lágrimas
llenas de amor. Es una manera en la que rara vez oramos. Su oración, es parte
de una tradición tan ancestral como la apasionada, lírica y gustoso cántico de
Salomón. Aun así, no hay nada que nos prevenga de orar de esta manera, un
gentil toque de comprensión, un abrazo de apoyo o alivio, una sonrisa de amor, estas,
también, son oraciones*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.