*Lecturas del Viernes de la 2ª semana de Cuaresma*
Viernes, 1 de marzo de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (21,33-43.45-46)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola:
“Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella
un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para
percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los
criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo
mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo
matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros
labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente”?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un
pueblo que produzca sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que
hablaba de ellos.
Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por
profeta.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Llegado el
tiempo de los frutos)
*El
Señor considera que es el tiempo, de devolver, los frutos, los bienes, las
gracias y las bendiciones, que he recibido de él. El Señor ha usado de su
tiempo, de su amor y de su misericordia, preparándome para que produzcan los
frutos, que él espera de mí. El Señor, como a tierra buena me hecha abono y algunos
de los ingredientes y beneficios de este abono me van ayudar a ser
misericordioso, a no juzgar, a no condene, a perdonar y dar sin esperar
recompensa; que haga con lo demás, todo lo que él ha hecho conmigo. Es bueno
que recuerde siempre que está vida que tengo, no es mía, no me pertenece, que
no tengo el derecho ni de atentar en contra de mí, ni de otra persona, porque
sombre mi hay una bendición, sobre mi hay una promesa de vida eterna y él sabe
que este es el mejor tiempo para entregar uno de los
frutos mayores que están dentro de mí: el amor, el servicio; para que pueda
inspirar a otros el deseo de vivir*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.