Musica Para el Alma

miércoles, 28 de febrero de 2024

LUCAS 16,19-31 CICLO B

*Lecturas del Jueves de la 2ª semana de Cuaresma*

Jueves, 29 de febrero de 2024

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,19-31)*

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:
“Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.
Pero Abrahán le dijo:
“Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.
Él dijo:
“Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”.
Abrahán le dice:
“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”.
Pero él le dijo:
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”.
Abrahán le dijo:
“Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».

Palabra del Señor

 

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado) 

*Es difícil y triste saber cómo el rico se condena, por comer bien, y por disfrutar de sus bendiciones. Y como Lázaro se gana el cielo, tan sólo por estar mendigando. Siempre trato de esforzarme por tener y conseguir cosas, para que no falte nada en la casa. Pero las personas que son cercanas a mí, en ocasiones le trato como el rico a Lázaro. Ellos lo único que desean de mí, son pequeñas migajas de cariño, de atención, de comprensión, un poco de mi tiempo y que les permita sentarse a la mesa cerca de mí, que no les impida hablar, que por favor les escuche; porque cada vez que intentan hablar, de una vez les interrumpo y les comienzo a corregir. Ellos lo que quieren es estar cerca de mí, que comparta algunas de las bendiciones que el Señor me ha regalado con ellos*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.