*Lecturas del Sábado de la 3ª semana del Tiempo
Ordinario*
Sábado, 27 de enero de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (4,35-41)*
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la
otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo
acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca
hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma.
Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta
el viento y las aguas le obedecen!»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» Se puso en pie, increpó al viento y
dijo al lago: «¡Silencio, cállate!» El viento cesó y vino una gran calma)
*En
algunos momentos en medio de todos nuestros afanes diario, que tenemos que
retirarnos a un lugares donde nos podamos encontrar con el silencio, con la
tranquilidad, con la naturaleza, aunque sea en nuestras propia casas o en los
lugares donde vivimos, tenemos que crear esos espacios o esos lugares para
nuestro bien. Un día, Jesús estaba agotado y dijo a sus discípulos: Vamos a la
otra orilla. Ellos se lo llevaron en barca. Se levantó un fuerte huracán. Él
estaba dormido lo despertaron: Maestro, ¿no te importa que nos hundamos? Jesús en
pie, y dijo al lago: ¡Silencio, cállate!» También nosotros tenemos nuestros huracanes
interiores, que hacen que se agiten nuestros lagos interiores, y nos llenamos
de miedos, y de preocupaciones; pero tenemos la firme seguridad de que Jesús, siempre
va dentro de nosotros, y podemos llamarlo cuando algo nos está bien en nuestra
vida. Jesús siempre está para nosotros, no tengamos miedo de llamarlo, él mandará
a callar el miedo, que en algunos momentos nos aterra. Dejémonos sorprender por
el Señor, porque a él ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.