*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
DE ADVIENTO*
*MIÉRCOLES DE LA SEMANA III*
De la feria - Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. El Señor está cerca, venid adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: QUE VIENE CRISTO REPITEN.
Que viene Cristo repiten
con su clamor los profetas,
previniendo que la gracia
de la redención se acerca.
Se anuncia nuestro mañana,
los corazones se alegran,
anunciadores de gloria
miles de voces resuenan.
Fue el primer advenimiento
no de castigo ni de pena,
sino por curar heridas
salvando a quién pereciera.
Mas que ha de venir de nuevo
su venida nos alerta,
a coronar a los justos
y a darles la recompensa.
Luz perenne se nos brinda,
la salvación centellea,
y un resplandor nos convoca
a las mansiones etéreas.
Oh Cristo, anhelamos verte
cual Dios en visión perpetua,
porque este gozo será
bienaventuranza eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Desde Sión vendrá el Señor todopoderoso
a salvar a su pueblo.
Salmo 85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS
DIFICULTADES.
Inclina tu oído, Señor; escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde Sión vendrá el Señor todopoderoso a salvar a su pueblo.
Ant 2. Por amor de Sión no callaré, hasta que amanezca, como una aurora, su
Justo.
Cántico: DIOS JUZGARÁ CON JUSTICIA Is
33,13-16
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;
los cercanos, reconoced mi fuerza.
Temen en Sión los pecadores,
y un temblor se apodera de los perversos:
«¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?».
El que procede con justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión;
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por amor de Sión no callaré, hasta que amanezca, como una aurora, su
Justo.
Ant 3. El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para dar la Buena
Noticia a los pobres.
Salmo 97 - EL SEÑOR, JUEZ VENCEDOR
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:
tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para dar la Buena
Noticia a los pobres.
LECTURA BREVE Gn 49, 10
No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas,
hasta que venga el que ha de venir, aquel a quien le está reservado, a quien
rendirán homenaje las naciones.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
V. Su gloria aparecerá sobre ti.
R. Amanecerá el Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 48, 1-11
EL SEÑOR ES EL ÚNICO DUEÑO DEL FUTURO
Escuchad esto, casa de Jacob, que lleváis el nombre de Israel, que brotáis de
la semilla de Judá, que juráis por el nombre del Señor, que invocáis al Dios de
Israel, pero sin verdad ni rectitud, aunque tomáis nombre de la ciudad santa y
os apoyáis en el Dios de Israel, cuyo nombre es «Señor de los ejércitos».
El pasado lo predije de antemano: de mi boca salió y lo anuncié; de repente lo
realicé y sucedió. Porque sé que eres obstinado, que tu cerviz es un tendón de
hierro y tu frente es de bronce, por eso te lo anuncio de antemano, antes de
que te suceda te lo predigo, para que no digas: «Mi ídolo lo ha hecho, mi
estatua de leño o metal lo ha ordenado.» Lo que escuchaste lo verás todo, ¿no
lo vas a admitir?
Y ahora te predigo algo nuevo, secretos que no conoces, que ahora son creados y
no antes, ni de antemano los oíste, para que no digas: «Ya lo sabía.» Ni lo
habías oído ni lo sabías, aún no estaba abierto tu oído, porque yo sabía lo
pérfido que eres, que desde el vientre de tu madre te llaman rebelde.
Por mi nombre doy largas a mi cólera, por mi honor la reprimo para no
aniquilarte. Mira, yo te he refinado como plata, te he probado en el crisol de
la desgracia; por mí, por mí lo hago: porque mi nombre no ha de ser profanado,
y mi gloria no la cedo a nadie.
RESPONSORIO Is 48, 10b-11; 54, 8
R. Yo te he probado en el crisol de la desgracia; por mí, por mí lo hago:
porque mi nombre no ha de ser profanado, * y mi gloria no la cedo a nadie.
V. En un arranque de ira te escondí un instante mi rostro; pero te amo con
amor eterno.
R. Y mi gloria no la cedo a nadie.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Bernardo, abad,
Sobre las excelencias de la Virgen Madre
(Homilía 4, 8-9: Opera omnia, edición cisterciense 4 [1966], 53-54)
EL MUNDO ENTERO ESPERA LA RESPUESTA DE
MARÍA
Has oído, Virgen, que concebirás y darás a luz un hijo. Has oído que no será
por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda
tu respuesta: ya es tiempo de que vuelva al Señor que lo envió. También
nosotros, condenados a muerte por una sentencia divina, esperamos, Señora, tu
palabra de misericordia.
En tus manos está el precio de nuestra salvación; si consientes, de inmediato
seremos liberados. Todos fuimos creados por la Palabra eterna de Dios, pero
ahora nos vemos condenados a muerte; si tú das una breve respuesta, seremos
renovados y llamados nuevamente a la vida.
Virgen llena de bondad, te lo pide el desconsolado Adán, arrojado del paraíso
con toda su descendencia. Te lo pide Abraham, te lo pide David. También te lo
piden ardientemente los otros patriarcas, tus antepasados, que habitan en la
región de la sombra de muerte. Lo espera todo el mundo, postrado a tus pies.
Y no sin razón, ya que de tu respuesta depende el consuelo de los miserables,
la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salvación de
todos los hijos de Adán, de toda tu raza.
Apresúrate a dar tu consentimiento, Virgen, responde sin demora al ángel, mejor
dicho, al Señor, que te ha hablado por medio del ángel. Di una palabra y recibe
al que es la Palabra, pronuncia tu palabra humana y concibe al que es la
Palabra divina, profiere Una palabra transitoria y recibe en tu seno al que es
la Palabra eterna.
¿Por qué tardas?, ¿por qué dudas? Cree, acepta y recibe. Que la humildad se
revista de valor, la timidez de confianza. De ningún modo conviene que tu
sencillez virginal olvide ahora la prudencia. Virgen prudente, no temas en este
caso la presunción, porque, si bien es amable el pudor en el silencio, ahora es
más necesario que en tus palabras resplandezca la misericordia.
Abre, Virgen santa, tu corazón a la fe, tus labios al consentimiento, tu seno
al Creador. Mira que el deseado de todas las naciones está junto a tu puerta y
llama. Si te demoras, pasará de largo y entonces, con dolor, volverás a buscar
al que ama tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por el
amor, abre por el consentimiento. Aquí está -dice la Virgen- la esclava del
Señor, hágase en mí según tu palabra.
RESPONSORIO Cf. Lc 1, 31. 42
R. Recibe la palabra, Virgen María, que el Señor te anuncia por medio del
ángel: concebirás y darás a luz al Dios hecho hombre, * para que te llamen
bendita entre las mujeres.
V. Darás a luz un hijo sin perder tu virginidad, concebirás en tu seno y
serás madre siempre intacta.
R. Para que te llamen bendita entre las mujeres.
*Lecturas del 20 de Diciembre. Feria de Adviento*
Miércoles, 20 de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (1,26-38)*
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazarat, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa
de David; el nombre de la virgen era María.
Él ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era
aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu
vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se
llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?»
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente
Isabel ha concebido en hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que
llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. No dejéis de velar: pronto llegará el
Señor, nuestro Dios.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No dejéis de velar: pronto llegará el Señor, nuestro Dios.
PRECES
Roguemos, hermanos, al Señor Jesús, juez
de vivos y muertos, y digámosle:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesucristo, tú que viniste a salvar a los pecadores,
líbranos de caer en la tentación.
Tú que vendrás con gloria para juzgar a tu pueblo,
muestra en nosotros tu poder salvador.
Ayúdanos a cumplir con fortaleza de espíritu los preceptos de tu ley,
para que podamos esperar tu venida sin temor.
Tú que eres bendito por los siglos,
concédenos, por tu misericordia, que llevando ya desde ahora una vida sobria y
religiosa esperemos con gozo tu gloriosa aparición.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Porque Jesucristo mismo nos lo enseñó, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Concédenos, Señor, que la renovación del
misterio de la Navidad de tu Hijo a la cual nos preparamos, nos libre del
antiguo yugo del pecado por el cual estamos oprimidos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
TIEMPO DE
ADVIENTO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA III
De la feria - Salterio III
18 de diciembre
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ESCUCHA, CASA DE DAVID
Escucha, casa de David:
La Virgen pura se halla encinta;
Dios la acaricia y la fecunda
y la hace Madre de la vida.
La Virgen grávida nos lleva
en el secreto de su dicha;
la Virgen fiel nos abre ruta
por su obediencia de discípula.
Espera en calma la agraciada,
con ella el mundo se arrodilla;
levanta el pobre la mirada,
con ella pide la venida.
Nacido en tiempos sin aurora,
el Hijo espera con María.
¡Oh Dios de amor, nuestra esperanza,
cambia tu espera en parusía!
¡A ti, Jesús, Hijo esperado,
aparecido en nuestros días,
con santo júbilo cantamos!
¡Ven en tu reino, ven de prisa! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Desde Sión vendrá el Señor todopoderoso
a salvar a su pueblo.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA
NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde Sión vendrá el Señor todopoderoso a salvar a su pueblo.
Ant 2. Por amor de Sión no callaré, hasta que amanezca, como una aurora, su
Justo.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL
SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por amor de Sión no callaré, hasta que amanezca, como una aurora, su
Justo.
Ant 3. El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para dar la Buena
Noticia a los pobres.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE
TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para dar la Buena
Noticia a los pobres.
LECTURA BREVE Flp 4, 4-5
Estad siempre alegres en el Señor. Otra vez os lo digo: Estad alegres. Que
vuestra bondad sea conocida de todos. El Señor está cerca.
RESPONSORIO BREVE
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.R. Muéstranos,
Señor, tu misericordia.
V. Y danos tu salvación.R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley,
ven a librarnos con el poder de tu brazo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL
SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la
zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a librarnos con el poder de
tu brazo.
PRECES
Hermanos, oremos a Cristo, el Señor que
viene a salvar a todos los hombres, y digámosle confiadamente:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesucristo, que por el misterio de la encarnación manifestaste al mundo
la gloria de tu divinidad,
vivifica al mundo con tu venida.
Tú que participaste de nuestra debilidad,
concédenos tu misericordia.
Tú que en tu primera venida viniste humildemente para salvar al mundo de sus
pecados,
absuélvenos de todas las culpas, cuando vuelvas de nuevo con gloria y majestad.
Tú que lo gobiernas todo con tu poder,
ayúdanos, por tu bondad, a alcanzar la herencia eterna.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
alegra con la visión de tu rostro a nuestros hermanos difuntos.
Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, digamos al
Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Concédenos, Señor, que la renovación del
misterio de la Navidad de tu Hijo a la cual nos preparamos, nos libre del
antiguo yugo del pecado por el cual estamos oprimidos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.