*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO SÁBADO DE LA SEMANA XVI*
Del Común de santas mujeres - Salterio IV
29 de julio
*SANTA MARTA. (MEMORIA)*
Era hermana de María y de Lázaro; cuando hospedó al Señor en su casa de Betania
se esforzó en servirle lo mejor que pudo y, más tarde, con sus oraciones
impetró la resurrección de su hermano.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta
de santa Marta.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta
de santa Marta.
Himno: FINÍSIMO FUE EL LINO CON QUE ELLA.
Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.
Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.
Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.
Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Es bueno tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana
tu misericordia.
Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA
VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Es bueno tocar para tu nombre, oh
altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Ant 2. Os daré un corazón nuevo y os
infundiré un espíritu nuevo.
Cántico: DIOS RENOVARÁ A SU PUEBLO - Ez 36, 24-28
Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os daré un corazón nuevo y os
infundiré un espíritu nuevo.
Ant 3. De la boca de los niños de pecho,
Señor, has sacado una alabanza.
Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la boca de los niños de pecho,
Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios la socorre al despuntar la aurora.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.
V. Teniendo a Dios en medio no vacila.
R. Al despuntar la aurora.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.
V. No
dejamos de orar y pedir por vosotros.
R. Que lleguéis al pleno conocimiento de la
voluntad de Dios.
PRIMERA LECTURA
Del primer libro de los Reyes 8, 1-21
SOLEMNE DEDICACIÓN DEL TEMPLO
En aquellos días, congregó Salomón a los ancianos
de Israel en Jerusalén para hacer subir el arca de la alianza del Señor desde
la ciudad de David, que es Sión. Se reunieron junto al rey Salomón todos los
hombres de Israel, en el mes de Etanim (que es el mes séptimo), en la fiesta, y
los sacerdotes llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión, con todos los
objetos sagrados que había en el tabernáculo.
El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel, reunida con él ante
el arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes. Los
sacerdotes llevaron el arca de la alianza del Señor a su sitio, al camarín de
la casa del Señor, al Santo, bajo las alas de los querubines, pues los
querubines extendían las alas sobre el sitio del arca y cubrían el arca y los
varales por encima (los varales eran lo bastante largos como para que se viera
el remate desde la nave, delante del camarín, pero no desde fuera). En el arca
sólo había las dos tablas de piedra que colocó allí Moisés en el Horeb, cuando
el Señor pactó con los israelitas, al salir de Egipto; y allí se conservan
actualmente.
Al salir los sacerdotes del Santo, la nube llenó la casa del Señor. Y los
sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la nube, porque la
gloria del Señor llenaba la casa del Señor. Entonces Salomón dijo:
«El Señor quiere habitar en densa nube. He querido erigirte una morada, un
lugar donde habites para siempre.»
Luego, se volvió para bendecir a toda la asamblea de Israel (toda la asamblea
de Israel estaba en pie), y dijo:
«¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel!, que a mi padre, David, con la boca se
lo prometió, y con la mano se lo cumplió: "Desde el día que saqué de
Egipto a mi pueblo, Israel, no elegí ninguna ciudad de las tribus de Israel,
para hacerme una casa donde residiera mi Nombre, sino que elegí a David para
que estuviese al frente de mi pueblo, Israel."
Mi padre, David, pensó edificar una casa en honor del Señor, Dios de Israel, y el
Señor le dijo: "Ese proyecto que tienes de construir una casa en mi honor,
haces bien en tenerlo: sólo que tú no construirás esa casa, sino que un hijo de
tus entrañas será quien construya esa casa en mi honor." El Señor ha
cumplido la promesa que hizo: yo he sucedido en el trono de Israel a mi padre,
David, como lo prometió el Señor, y he construida esta casa en honor del Señor,
Dios de Israel. Y en ella he fijado un sitio para el arca donde se conserva la
alianza que el Señor pactó con nuestros padres cuando los sacó de Egipto.»
RESPONSORIO Sb 9, 7. 8. 4; 2Cro
6, 18. 19
R. Tú, Señor,
me has escogido como rey de tu pueblo y me encargaste construirte un templo en
tu monte santo; * dame
la sabiduría asistente de tu trono y no me excluyas del número de tus siervos.
V. Si no cabes en el cielo y lo más alto del
cielo, ¡cuánto menos en este templo que te he construido! Vuelve tu rostro a la
oración de tu siervo, escucha el clamor que te dirige tu siervo.
R. Dame la sabiduría asistente de tu trono y no me
excluyas del número de tus siervos.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 103, 1-2. 6: PL 38, 613. 615)
DICHOSOS LOS QUE PUDIERON HOSPEDAR AL SEÑOR EN SU
PROPIA CASA
Las palabras del Señor nos advierten que, en medio
de la multiplicidad de ocupaciones de este mundo, hay una sola cosa a la que
debemos tender. Tender, porque somos todavía peregrinos, no residentes; estamos
aún en camino, no en la patria definitiva; hacia ella tiende nuestro deseo,
pero no disfrutamos aún de su posesión. Sin embargo, no cejemos en nuestro
esfuerzo, no dejemos de tender hacia ella, porque sólo así podremos un día
llegar a término.
Marta y María eran dos hermanas, unidas no sólo por su parentesco de sangre,
sino también por sus sentimientos de piedad; ambas estaban estrechamente unidas
al Señor, ambas le servían durante su vida mortal con idéntico fervor. Marta lo
hospedó, como se acostumbra a hospedar a un peregrino cualquiera. Pero, en este
caso, era una sirvienta que hospedaba a su Señor, una enferma al Salvador, una
creatura al Creador. Le dio hospedaje para alimentar corporalmente a aquel que
la había de alimentar con su Espíritu. Porque el Señor quiso tomar la condición
de esclavo para así ser alimentado por los esclavos, y ello no por necesidad, sino
por condescendencia, ya que fue realmente una condescendencia el permitir ser
alimentado. Su condición humana lo hacía capaz de sentir hambre y sed.
Así, pues, el Señor fue recibido en calidad de huésped, él, que vino a los
suyos y los suyos no lo recibieron; pero a cuantos lo recibieron dio poder de
llegar a ser hijos de Dios, adoptando a los siervos y convirtiéndolos en
hermanos, redimiendo a los cautivos y convirtiéndolos en coherederos. Pero que
nadie de vosotros diga: «Dichosos los que pudieron hospedar al Señor en su
propia casa.» No te sepa mal, no te quejes por haber nacido en un tiempo en que
ya no puedes ver al Señor en carne y hueso; esto no te priva de aquel honor, ya
que el mismo Señor afirma: Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis
humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.
Por lo demás, tú, Marta —dicho sea con tu venia, y bendita seas por tus buenos
servicios—, buscas el descanso como recompensa de tu trabajo. Ahora estás
ocupada en los mil detalles de tu servicio, quieres alimentar unos cuerpos que
son mortales, aunque ciertamente son de santos; pero ¿por ventura, cuando
llegues a la patria celestial, hallarás peregrinos a quienes hospedar,
hambrientos con quienes partir tu pan, sedientos a quienes dar de beber,
enfermos a quienes visitar, litigantes a quienes poner en paz, muertos a
quienes enterrar?
Todo esto allí ya no existirá; allí sólo habrá lo que María ha elegido: allí
seremos nosotros alimentados, no tendremos que alimentar a los demás. Por esto,
allí alcanzará su plenitud y perfección lo que aquí ha elegido María, la que
recogía las migajas de la mesa opulenta de la palabra del Señor. ¿Quieres saber
lo que allí ocurrirá? Dice el mismo Señor, refiriéndose a sus siervos: Os
aseguro que se pondrá de faena, los hará sentar a la mesa y se prestará a
servirlos.
RESPONSORIO Cf. Jn 12, 1-3
R. Después de
que Jesús resucitó a Lázaro, le ofrecieron un banquete en Betania, * y
Marta servía la mesa.
V. María tomó una libra de ungüento precioso y
ungió los pies de Jesús.
R. Y Marta servía la mesa.
*Lecturas del Sábado de la
16ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 29
de julio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(13,24-30)*
En aquel tiempo, Jesús propuso otra
parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró
buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y
sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba
la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al
amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la
cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le
preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les
respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el
trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a
los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y
el trigo almacenadlo en mi granero'."»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Dijo Marta a Jesús: «Yo creo firmemente que tú eres el Mesías, el
Hijo de Dios, el que viene al mundo.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dijo Marta a Jesús: «Yo creo
firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que viene al mundo.»
PRECES
Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a Jesús, nuestro
Salvador, y supliquémosle diciendo:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados porque tenía
mucho amor,
perdónanos también a nosotros porque hemos pecado mucho.
Señor Jesús, que fuiste asistido en tu misión evangélica por mujeres piadosas,
haz que también nosotros seamos fieles en nuestra misión apostólica.
Señor Jesús, a quien María escuchaba y Marta servía,
concédenos servirte siempre con fe y amor.
Señor Jesús, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu
voluntad,
haz que todos nosotros la cumplamos siempre de palabra y de obra.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, cuyo Hijo quiso aceptar la
hospitalidad que santa Marta le ofreció en su casa, haz que nosotros, por
intercesión de esta santa, estemos siempre dispuestos a servirte en cada uno de
nuestros hermanos y así merezcamos ser recibidos por ti en las moradas eternas,
al final de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: UN AMOR CASTO Y PURO
Un amor casto y puro
calladamente:
más grande que la vida
y que la muerte.
Dulce su casa,
y su marido en ella
se contemplaba.
Era su amor de madre
como una rosa:
pétalos de fragancia
y espinas rojas.
Y era su seno
un arrullo de lirios
y de silencios.
Olor a roja viña
y a tierna hogaza:
y su mano prudente
acariciaba.
Sus dedos limpios
iban tejiendo lana
para sus hijos.
Y Dios desde su cielo
se sonreía,
por la casta frescura
de fuente limpia.
Amor callado
que vestía al Cordero
de rojo y blanco. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN
ENFERMO EN PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú
me sanaste; te daré gracias por siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR
PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12,
10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve
para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había
escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el
primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios la eligió y la predestinó.
R. Dios la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios la eligió y la predestinó.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Jesús tenía particular afecto a Marta y a su hermana y a Lázaro.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Jesús tenía particular afecto a
Marta y a su hermana y a Lázaro.
PRECES
Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia por intercesión de las santas
mujeres y digámosle:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Por intercesión de las santas mártires, que con la fuerza del espíritu
superaron la muerte del cuerpo,
concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.
Por intercesión de las santas esposas, que por medio del matrimonio crecieron
en tu amor,
concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.
Por intercesión de las santas viudas, que por la hospitalidad y la oración
superaron la soledad,
concede, Señor, a tu Iglesia ser para el mundo signo manifiesto de tu amor a
los hombres.
Por intercesión de las santas madres, que engendraron sus hijos no sólo para la
vida del mundo, sino también para la salvación eterna,
concede, Señor, a tu Iglesia engendrar para tu reino a todos los pueblos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por intercesión de todas las mujeres santas, que han sido ya admitidas a
contemplar la belleza de tu rostro,
concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar también de la luz eterna de
tu presencia.
Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, cuyo Hijo quiso aceptar la
hospitalidad que santa Marta le ofreció en su casa, haz que nosotros, por
intercesión de esta santa, estemos siempre dispuestos a servirte en cada uno de
nuestros hermanos y así merezcamos ser recibidos por ti en las moradas eternas,
al final de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.