*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO*
*JUEVES
DE LA SEMANA X*
De la Feria.
Salterio II
15 de junio
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
Himno: SEÑOR, TÚ ME LLAMASTE.
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.
Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a
salvarnos.
Ant 2. Anunciad a toda la tierra que el
señor hizo proezas.
Cántico: ACCION DE GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO - Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Aquel día, diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas;
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anunciad a toda la tierra que el
señor hizo proezas.
Ant 3. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Salmo 80 - SOLEMNE RENOVACIÓN DE LA ALIANZA
Aclamad a Dios, nuestra fuerza;
dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta;
porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto;
abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios;
los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
LECTURA BREVE Rm 14, 17-19
El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a
los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.
RESPONSORIO BREVE
V. Velando medito en ti, Señor.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Porque fuiste mi auxilio.
R. Medito en ti, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Señor, ¿a quién vamos a ir?
R. Tú tienes palabras de vida eterna.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Josué 5, 13—6, 21
TOMA DE JERICÓ
En aquellos días, estando Josué cerca de Jericó,
levantó los ojos y vio a un hombre plantado frente a él con una espada desnuda
en la mano. Josué se adelantó hacia él y le dijo:
«¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?»
Respondió:
«No, yo soy el jefe del ejército del Señor. Vengo ahora... »
Cayó Josué rostro en tierra, lo adoró y dijo:
«¿Qué manda mi señor a su siervo?»
El jefe del ejército del Señor respondió a Josué: «Quítate las sandalias de tus
pies, porque el lugar en que estás es sagrado.»
Así lo hizo Josué.
Jericó estaba cerrada a cal y canto por miedo a los israelitas: nadie salía ni
entraba. El Señor dijo a Josué:
«Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a su rey. Vosotros, los combatientes,
todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, dando una vuelta alrededor.
Así harás durante seis días. Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas
jubilares delante del arca. El séptimo día daréis la vuelta a la ciudad siete
veces y los sacerdotes tocarán las trompetas. Cuando el cuerno jubilar suene y
cuando oigáis la voz de las trompetas, todo el pueblo prorrumpirá en un gran
clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará al
asalto cada uno frente a sí.»
Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo:
«Tomad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las siete trompetas
jubilares delante del arca del Señor.»
Al pueblo le dijo:
«Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca
del Señor.»
Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo. Siete sacerdotes, llevando las
siete trompetas jubilares, pasaron delante del arca del Señor y tocaron las
trompetas; el arca de la alianza del Señor iba tras ellos; la vanguardia iba
delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia marchaba
detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas.
Josué había dado esta orden al pueblo:
«No gritéis ni dejéis oír vuestras voces; que no salga ni una palabra de
vuestra boca hasta el día en que yo os diga: "Gritad." Entonces
gritaréis.»
Hizo que el arca del Señor diera la vuelta a la ciudad una vez; luego volvieron
al campamento, donde pasaron la noche. Josué se levantó de mañana y los
sacerdotes tomaron el arca del Señor. Siete sacerdotes, llevando las siete
trompetas jubilares delante del arca del Señor, iban caminando y tocando las
trompetas según caminaban. La vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia
detrás del arca del Señor, desfilando al son de las trompetas. Dieron el
segundo día una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Durante seis días
se hizo lo mismo.
El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad siete
veces, según el mismo rito. A la séptima vuelta los sacerdotes tocaron la
trompeta y Josué dijo al pueblo:
«La ciudad será consagrada como anatema al Señor con todo lo que hay en ella.
Únicamente Rajab, la meretriz, quedará con vida, así como todos los que estén
con ella en su casa, por haber ocultado a los exploradores que enviamos. Pero
vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros con algo de lo que es
anatema, llevados de la codicia, porque expondríais al anatema a todo el
campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia. Toda la plata y todo el
oro, todos los objetos de bronce y de hierro están consagrados al Señor;
ingresarán en su tesoro. Y ahora, ¡lanzad el grito de guerra, porque el Señor
os ha entregado la ciudad!»
El pueblo levantó un gran clamoreo y se tocaron las trompetas. Cuando se
escuchó la voz de las trompetas, todos prorrumpieron en un griterío inmenso y
el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno frente a sí, y se
apoderaron de ella. Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad,
hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos, pasándolos a
filo de espada.
RESPONSORIO Cf. Is 25, 1. 2; Hb
11, 30
R. Señor, tú
eres mi Dios, te alabaré y te daré gracias: * tú
convertiste la ciudad en escombros y no será ya jamás reconstruida.
V. Por la fe se derrumbaron las murallas de
Jericó, después que los hijos de Israel dieron vueltas alrededor de ellas
durante siete días.
R. Tú convertiste la ciudad en escombros y no será
ya jamás reconstruida.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de Orígenes, presbítero, sobre el
libro de Josué.
(Homilía 6, 4: PG 12, 855-856)
LA CONQUISTA DE JERICÓ
Los israelitas ponen cerco a Jericó, porque ha
llegado el momento de conquistarla. ¿Y cómo la conquistan? No sacan la espada
contra ella, ni la acometen con el ariete, ni vibran los dardos; las únicas
armas que emplean son las trompetas de los sacerdotes, y ellas hacen caer las
murallas de Jericó.
Hallamos con frecuencia en las Escrituras que Jericó es figura del mundo. En
efecto, aquel hombre de que nos habla el Evangelio, que bajaba de Jerusalén a
Jericó y que cayó en manos de unos ladrones, sin duda era un símbolo de Adán,
que fue arrojado del paraíso al destierro de este mundo. Y aquellos ciegos de
Jericó, a los que vino Cristo para hacer que vieran, simbolizaban a todos
aquellos que en este mundo estaban angustiados por la ceguera de la ignorancia,
a los cuales vino el Hijo de Dios. Esta Jericó simbólica, esto es, el mundo,
está destinada a caer. El fin del mundo es algo de que nos hablan ya desde
antiguo y repetidamente los libros santos.
¿Cómo se pondrá fin al mundo? ¿Con qué medios? Con la voz —dice— de las
trompetas. ¿De qué trompetas? El apóstol Pablo te descubrirá el sentido de
estas palabras misteriosas. Oye lo que dice: Resonará la trompeta y los muertos
en Cristo despertarán incorruptibles, y el Señor mismo, a una orden, a la voz
del arcángel y al sonido de la trompeta divina, bajará del cielo. Será entonces
cuando Jesús, nuestro Señor, vencerá y abatirá a Jericó, salvándose únicamente
aquella prostituta de que nos habla el libro santo, con toda su familia. Vendrá
—dice el texto sagrado— nuestro Señor Jesús, y vendrá al son de las trompetas.
Salvará únicamente a aquella mujer que acogió a sus exploradores, figura de
todos los que acogieron con fe y obediencia a sus apóstoles y, como ella, los
colocaron en la parte más alta, por lo que mereció ser asociada a la casa de
Israel. Pero a esta mujer, con todo su simbolismo, no debemos ya recordarle ni
tenerle en cuenta sus culpas pasadas. En otro tiempo fue una prostituta, mas
ahora está unida a Cristo con un matrimonio virginal y casto. A ella pueden
aplicarse las palabras del Apóstol: He hecho lo posible por desposaros con un
solo Esposo, y por llevaros a Cristo con la pureza propia de una doncella
inocente. El mismo Apóstol, en su estado anterior, puede compararse a ella, ya
que dice: También nosotros fuimos en un tiempo insensatos, rebeldes a Dios,
descarriados, esclavos de toda suerte de pasiones y placeres.
¿Quieres ver con más claridad aún cómo aquella prostituta ya no lo es? Escucha
las palabras de Pablo: Y en verdad que eso erais algunos; pero fuisteis
lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados en el nombre de
Jesucristo, el Señor, por el Espíritu de nuestro Dios. Ella, para poder
salvarse de la destrucción de Jericó, siguiendo la indicación de los
exploradores, colgó de su ventana un cordón de hilo escarlata, como signo
eficaz de salvación. Este cordón representaba la sangre de Cristo, por la cual
es salvada actualmente toda la Iglesia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor,
al cual sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO Is 49, 22. 26; Jn 8,
28
R. Con la mano
hago seña a las naciones, alzo mi estandarte para los pueblos. * Y
sabrá todo el mundo que yo soy el Señor, tu salvador, y que tu redentor es el
Héroe de Jacob.
V. Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre,
entonces sabréis que «Yo soy»,
R. Y sabrá todo el mundo que yo soy el Señor, tu
salvador, y que tu redentor es el Héroe de Jacob.
*Lecturas del Jueves de la
10ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 15
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(5,20-26)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los
escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se
dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero
yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno
llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín,
y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si
cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu
hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero
a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con
el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de
camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la
cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último
cuarto.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros
pecados.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu
pueblo y perdónanos nuestros pecados.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que mira siempre con amor a sus
hijos y nunca desatiende sus súplicas, y digámosle con humildad:
Ilumínanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque nos has iluminado con la luz de Jesucristo;
que esta claridad ilumine hoy todos nuestros actos.
Que tu sabiduría nos dirija en nuestra jornada;
así andaremos por sendas de vida nueva.
Ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades
y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu.
Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día
y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora, todos juntos, nuestra oración al Padre y digámosle:
Padre nuestro...
ORACION
A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda
luz, te pedimos humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre
en la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: MÁRMOL CON SANGRE, TU FRENTE
Mármol con sangre, tu frente;
lirios con sangre, tus manos;
tus ojos, soles con muerte;
luna con muerte, tus labios.
Así quiero verte, Cristo,
sangriento jardín de nardos;
así, con tus cinco llagas,
cielo roto y estrellado.
Rojo y blanco, blanco y rojo,
te vio la niña del cántico:
bien merecido lo tienes,
por santo y enamorado.
Abismo reclama abismo:
¿o no lo sabías acaso?;
el amor llama a la muerte:
muerte y amor son hermanos.
Amor quema, amor hiende
carne y alma, pecho y labio.
Amor, espada de fuego;
amor, cauterio y taladro.
Así quiero verte, Cristo,
con sangre, lirios y mármol;
soles y lunas con muerte
en tus ojos y en tus labios. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Con amor eterno nos amó Dios; por eso levantado sobre la tierra
nos atrajo a su corazón, compadeciéndose de nosotros.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con amor eterno nos amó Dios; por
eso levantado sobre la tierra nos atrajo a su corazón, compadeciéndose de
nosotros.
Ant 2. Aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas.
Ant 3. Yo soy el buen pastor que apaciento
mis ovejas, y doy mi vida por las ovejas.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10.
12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la
gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo soy el buen pastor que apaciento
mis ovejas, y doy mi vida por las ovejas.
LECTURA BREVE Ef 5, 25b-27
Cristo amó a su Iglesia y se entregó a la muerte
por ella para santificarla, purificándola en el baño del agua, que va
acompañado de la palabra, y para hacerla comparecer ante su presencia toda
resplandeciente, sin mancha ni defecto ni cosa parecida, sino santa e
inmaculada.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud
de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para
el Dios y Padre suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud
de su sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. He venido a traer fuego al mundo, y ¡cuánto deseo que esté ya
ardiendo!
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. He venido a traer fuego al mundo, y
¡cuánto deseo que esté ya ardiendo!
PRECES
Acudamos, hermanos, a Jesús, descanso de nuestras almas fatigadas,
y digámosle suplicantes:
Rey amantísimo, ten piedad de nosotros.
Oh Jesús, que quisiste ser traspasado por la lanza para que de tu corazón
abierto, al brotar el agua y la sangre, naciera tu esposa la Iglesia,
haz que esta Iglesia sea siempre santa e inmaculada.
Jesús, templo santo de Dios, destruido por los hombres y levantado nuevamente
por el Padre,
dígnate hacer de la Iglesia morada del Altísimo.
Jesús, rey y centro de todos los corazones, que con amor eterno nos amas y nos
atraes con misericordia,
renueva tu alianza con todos los hombres.
Jesús, paz y reconciliación nuestra, que has hecho las paces en un solo hombre
nuevo, dando muerte al odio mediante la cruz,
danos acceso al Padre.
Jesús, vida y resurrección nuestra, alivio de los que están cansados y descanso
de los que se sienten agobiados,
atrae hacia ti a los pecadores.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Jesús, que por tu amor desbordante te rebajaste hasta someterte incluso a la
muerte y una muerte de cruz,
llama a los fieles difuntos a la resurrección.
Unidos a Jesucristo, que nos ama como hermano, acudamos al Padre, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la
grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta
fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.