*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA XXIX
Del común de apóstoles.
18 de octubre
*SAN LUCAS, evangelista. (FIESTA)*
Nacido de familia pagana, se convirtió a la fe y acompañó al apóstol Pablo, de
cuya predicación es reflejo el evangelio que escribió. Es autor también del
libro denominado «Hechos de los apóstoles», en el que se narran los orígenes de
la vida de la Iglesia hasta la primera prisión de Pablo en Roma.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, que nos
habla por medio del Evangelio.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, que nos
habla por medio del Evangelio.
Himno: VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA.
Vosotros, que escuchasteis la llamada
de viva voz que Cristo os dirigía,
abrid nuestro vivir y nuestra alma
al mensaje de amor que él nos envía.
Vosotros, que invitados al banquete
gustasteis el sabor del nuevo vino,
llenad el vaso, del amor que ofrece,
al sediento de Dios en su camino.
Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte
de verle dar a muertos nueva vida,
no dejéis que el pecado y que la muerte
nos priven de la vida recibida.
Vosotros, que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Los santos evangelistas se entregaron de lleno a indagar la
sabiduría de sus predecesores y, con sus escritos, confirmaron las
explicaciones de los profetas.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los santos evangelistas se
entregaron de lleno a indagar la sabiduría de sus predecesores y, con sus
escritos, confirmaron las explicaciones de los profetas.
Ant 2. Dios nos convocó por medio del
mensaje de la salud, para darnos la posesión de la gloria de nuestro Señor
Jesucristo.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Dios nos convocó por medio del
mensaje de la salud, para darnos la posesión de la gloria de nuestro Señor
Jesucristo.
Ant 3. Muchos alabarán su inteligencia, su
fama vivirá por generaciones.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muchos alabarán su inteligencia, su
fama vivirá por generaciones.
LECTURA BREVE 1Co 15, 1-2a. 3-4
Hermanos: Os quiero traer a la memoria el mensaje evangélico que os prediqué;
el que abrazasteis, el mismo en que os mantenéis firmes todavía y por el que
estáis en camino de salvación. En primer lugar os comuniqué el mensaje que yo
mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, y
fue sepultado; resucitó al tercer día y vive, según lo anunciaron también las
Escrituras.
RESPONSORIO BREVE
V. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
R. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
V. Y las maravillas que realizó.
R. Y su poder.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
V. Al
oír los gentiles sus palabras, quedaron llenos de gozo.
R. Y enaltecían la doctrina del Señor.
PRIMERA LECTURA
De los Hechos de los apóstoles 9, 27-31; 11, 19-26
LA IGLESIA ESTABA LLENA DEL CONSUELO DEL ESPÍRITU SANTO
En aquellos días, Bernabé tomó consigo a Saulo y lo llevó a presencia de los
apóstoles. Con todo detalle les refirió cómo Saulo había visto al Señor en el
camino y cómo éste le había hablado; les contó además cómo Saulo había
predicado en Damasco con toda valentía en el nombre de Jesús.
Quedóse, pues, Saulo con ellos en Jerusalén y predicaba con toda intrepidez en
el nombre del Señor. Hablaba también y discutía con los judíos helenistas,
hasta que éstos resolvieron quitarle la vida. Enterados de ello los hermanos,
lo llevaron a Cesarea, y de allí lo enviaron a Tarso.
Mientras tanto, la Iglesia disfrutaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría,
y se edificaba y progresaba en el temor del Señor y estaba llena del consuelo
del Espírítu Santo.
Los fieles, que se habían dispersado con motivo de la persecución suscitada a
la muerte de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, pero
predicaban la palabra sólo a los judíos. Había, sin embargo, entre ellos
algunos de Chipre y de Cirene, que al llegar a Antioquía comenzaron a predicar
también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva de Jesús, el Señor. El
poder del Señor los asistía, y, así, un crecido número de gente abrazó la fe y
se convirtió al Señor. La noticia de estos sucesos llegó a oídos de la Iglesia
de Jerusalén, y enviaron a Antioquía Bernabé. Cuando éste llegó a Antioquía y
vio la gracia de Dios, se llenó de júbilo, y exhortaba a todos a que con entera
voluntad permaneciesen fieles al Señor. Era un hombre de gran virtud, lleno del
Espíritu Santo y de una grande fe. Con esto, una gran multitud se agregó al
Señor.
Partió luego Bernabé para Tarso en busca de Saulo y, así que lo encontró, lo
llevó a Antioquía. Allí estuvieron los dos durante todo un año con la comunidad
e instruyeron a muchísima gente. Fue allí, en Antioquía, donde por primera vez
se dio a los discípulos el nombre de «cristianos».
RESPONSORIO Hch 12, 24; 13, 48. 52
R. La palabra del Señor arraigaba y se difundía
cada vez más, * y abrazaron la fe cuantos
estaban destinados a la vida eterna.
V. y los discípulos quedaron llenos de gozo y del
Espíritu Santo.
R. y abrazaron la fe cuantos estaban destinados a
la vida eterna.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre los Evangelios
(Homilía 17, 1-3: PL 76, 1139)
EL SEÑOR VIENE DETRÁS DE SUS PREDICADORES
Nuestro Señor y Salvador, hermanos muy amados, nos enseña unas veces con sus
palabras, otras con sus obras. Sus hechos, en efecto, son normas de conducta,
ya que con ellos nos da a entender tácitamente lo que debemos hacer. Manda a
sus discípulos a predicar de dos en dos, ya que es doble el precepto de la
caridad, a saber, el amor de Dios y el del prójimo.
El Señor envía a los discípulos a predicar de dos en dos, y con ello nos indica
sin palabras que el que no tiene caridad para con los demás no puede aceptar,
en modo alguno, el ministerio de la predicación.
Con razón se dice que los envió delante de si por todas las aldeas y lugares
que iba a visitar. En efecto, el Señor viene detrás de sus predicadores, ya
que, habiendo precedido la predicación, viene entonces el Señor a la morada de
nuestro interior, cuando ésta ha sido preparada por las palabras de
exhortación, que han abierto nuestro espíritu a la verdad. En este sentido dice
Isaías a los predicadores: Preparad el camino del Señor; enderezad las sendas
para nuestro Dios. Por esto les dice también el salmista: Alfombrad el camino
del que sube sobre el ocaso. Sobre el ocaso, en efecto, sube el Señor, ya que
en el declive de su pasión fue precisamente cuando, por su resurrección, puso
más plenamente de manifiesto su gloria. Sube sobre el ocaso, porque, con su
resurrección, pisoteó la muerte que había sufrido. Por esto nosotros
alfombramos el camino del que sube sobre el ocaso cuando os anunciamos su gloria,
para que él, viniendo a continuación, os ilumine con su presencia amorosa.
Escuchemos lo que dice el Señor a los predicadores que envía a sus campos: La
mies es mucha, pero los operarios son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies
que envíe trabajadores a su mies. Por tanto, para una mies abundante son pocos
los trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran
tristeza, porque hay que reconocer que, si bien hay personas que desean
escuchar cosas buenas, faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas.
Mirad cómo el mundo está lleno de sacerdotes, y, sin embargo, es muy difícil
encontrar un trabajador para la mies del Señor; porque hemos recibido el
ministerio sacerdotal, pero no cumplimos con los deberes de este ministerio.
Pensad, pues, amados hermanos, pensad bien en lo que dice el Evangelio: Rogad
al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Rogad también por
nosotros, para que nuestro trabajo en bien vuestro sea fructuoso y para que
nuestra voz no deje nunca de exhortaros, no sea que, después de haber recibido
el ministerio de la predicación, seamos acusados ante el justo Juez por nuestro
silencio.
RESPONSORIO Cf. Lc 1, 3. 4; Hch 1, 1
R. Después de haber investigado todo
diligentemente desde el principio, he escrito ordenadamente el Evangelio; * para
que estemos convencidos de la seguridad de las enseñanzas que hemos recibido.
V. He tratado de todo lo que hizo y enseñó Jesús
desde sus comienzos.
R. Para que estemos convencidos de la seguridad de
las enseñanzas que hemos recibido.
*Lecturas de
San Lucas, evangelista*
Martes, 18 de
octubre de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10,1-9)*
En aquel tiempo, designó el Señor
otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos
y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño
de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando
como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y
no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa,
decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la
misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed
lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de
vosotros el reino de Dios."»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Al entregarnos su evangelio, san Lucas nos anunció a Cristo, el
sol que nace de lo alto.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al entregarnos su evangelio, san
Lucas nos anunció a Cristo, el sol que nace de lo alto.
PRECES
Aclamemos a nuestro Salvador, que ha aniquilado la muerte, y ha
hecho brillar la vida y la inmortalidad por el Evangelio, y supliquémosle,
diciendo:
Confirma a tu Iglesia en la fe y la caridad.
Tú que por medio de doctores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación
y sus escritos, revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes
nos gloriamos de ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola
alma y haz que todos los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: COLUMNAS DE LA IGLESIA, PIEDRAS VIVAS.
¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas!
¡Apóstoles de Dios, grito del Verbo!
Benditos vuestros pies, porque han llegado
para anunciar la paz al mundo entero.
De pie en la encrucijada de la vida,
del hombre peregrino y de los pueblos,
lleváis agua de Dios a los cansados,
hambre de Dios lleváis a los hambrientos.
De puerta en puerta va vuestro mensaje,
que es verdad y es amor y es Evangelio.
no temáis, pecadores, que sus manos
son caricias de paz y de consuelo.
Gracias, Señor, que el pan de tu palabra
nos llega por tu amor, pan verdadero;
gracias, Señor, que el pan de vida nueva
nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha
dado.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Soy ministro del Evangelio en
virtud de la gracia que Dios me ha dado.
Ant 2. Todo lo hago por el Evangelio, para
ser partícipe del mismo.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo lo hago por el Evangelio, para
ser partícipe del mismo.
Ant 3. Dios me ha concedido la gracia de
evangelizar a los gentiles las insondables riquezas de Cristo.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios me ha concedido la gracia de
evangelizar a los gentiles las insondables riquezas de Cristo.
LECTURA BREVE Col 1, 3b-6a
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento,
rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que
tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los
cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena
Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el
mundo igual que entre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V. Sus maravillas a todas las naciones.
R. La gloria del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El bienaventurado evangelista Lucas, escriba de la mansedumbre de
Cristo, merece las alabanzas de la Iglesia.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El bienaventurado evangelista
Lucas, escriba de la mansedumbre de Cristo, merece las alabanzas de la Iglesia.
PRECES
Invoquemos a Dios, fuente de toda luz, que por medio del Evangelio
de su Hijo nos ha llamado a la fe verdadera, y oremos por su pueblo santo,
diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Padre santo, que sacaste de entre los muertos a Jesús, gran pastor de las
ovejas,
haz que nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.
Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los
pobres,
haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus
frutos con alegría.
Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación
y sus escritos, revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes
nos gloriamos de ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola
alma y haz que todos los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.