*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
14 de septiembre
*EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ (FIESTA)*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. A Cristo, Rey y Señor, que por nosotros fue exaltado en la cruz,
venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: BRILLE LA CRUZ DEL VERBO, LUMINOSA.
Brille la cruz del Verbo, luminosa,
brille como la carne sacratísima
de aquel Jesús nacido de la Virgen
que en la gloria del Padre vive y brilla.
Gemía Adán, doliente y conturbado,
lágrimas Eva junto a Adán vertía;
brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
cruz que se enciende cuando el Verbo expira.
¡Salve, cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita!
Reine el Señor crucificado,
levantando la cruz donde moría;
nuestros enfermos ojos buscan luz,
nuestros labios, el río de la vida.
Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
pecadores, con manos deicidas;
te adoramos, ornato del Señor,
sacramento de nuestra eterna dicha. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío de la muerte,
se revistió de poder, resucitó al tercer día.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el
poderío de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día.
Ant 2. ¡Cómo brilla la cruz santa! De ella colgó el
cuerpo del Señor y desde ella derramó Cristo aquella sangre que ha sanado
nuestras heridas.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. ¡Cómo brilla la cruz santa! De ella colgó el
cuerpo del Señor y desde ella derramó Cristo aquella sangre que ha sanado
nuestras heridas.
Ant 3. Resplandece la cruz santa: por ella el mundo
ha obtenido la salvación; la cruz vence, la cruz reina, la cruz aleja todo
pecado. Aleluya.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Resplandece la cruz santa: por ella el mundo
ha obtenido la salvación; la cruz vence, la cruz reina, la cruz aleja todo
pecado. Aleluya.
LECTURA BREVE Hb 2, 9b-10
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Así,
por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. Pues como
quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar un gran
número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase por medio
del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
RESPONSORIO BREVE
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
V. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
R. Y te bendecimos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 19 -- 3, 7.
13-14; 6, 14-16
LA GLORIA DE LA CRUZ
Hermanos: Yo, Pablo, en virtud de la misma ley he muerto a la ley, a fin de
vivir para Dios. Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es
Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el
Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. No tengo por inútil esta
gracia de Dios: Si la justificación nos viniera por la ley, entonces deberíamos
concluir que Cristo murió inútilmente.
¡Oh, insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó, después que ante vuestros ojos
presentamos a Jesucristo muerto en la cruz? Sólo quiero que me digáis una cosa:
¿Cómo habéis recibido el Espíritu, en virtud de las obras de la ley o por
vuestra sumisión a la fe? ¿Tan insensatos sois, que, habiendo comenzado por
espíritu, termináis ahora en carne? ¿Habrá sido en vano para vosotros el haber
experimentado tan grandes dones? Pues ¡de veras que habría sido en vano! El que
os da el Espíritu y obra prodigios entre vosotros ¿lo hace porque observáis la
ley o por vuestra aceptación de la fe?
Así se dice: «Abraham creyó a Dios y Dios estimó su fe como justificación.»
Entended, pues, que los hijos de Abraham son sólo aquellos que viven según la
fe.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, haciéndose maldición por
nosotros. Así lo dice la Escritura: «Maldito sea aquel que cuelga del madero.»
De ese modo la bendición de Abraham alcanza a todas las naciones por Cristo
Jesús, para que recibamos por la fe el Espíritu prometido por Dios.
En cuanto a mí, líbreme Dios de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo; por él el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Lo que
vale no es estar o no estar circuncidado, sino la nueva creatura que surge.
Paz y misericordia para todos los que se ajusten a esta norma, y también para
el Israel de Dios.
RESPONSORIO Cf. Ga 6, 14; Hb 2, 9
R. Líbrenos Dios de gloriarnos si no es en la
cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien está nuestra salvación, vida y
resurrección; * por él hemos sido salvados y liberados.
V. El fue coronado de gloria y de honor por
haber padecido la muerte.
R. Por él hemos sido salvados y liberados.
SEGUNDA LECTURA
De las Disertaciones de san Andrés de Creta, obispo
(Disertación 10, Sobre la Exaltación de la santa cruz: PG 97, 1018-1019.
1022·1023)
LA CRUZ ES LA GLORIA Y EXALTACIÓN DE CRISTO
Por la cruz, cuya fiesta celebramos, fueron expulsadas las tinieblas y devuelta
la luz. Celebramos hoy la fiesta de la cruz, y junto con el Crucificado nos
elevamos hacia lo alto, para, dejando abajo la tierra y el pecado, gozar de los
bienes celestiales; tal y tan grande es la posesión de la cruz. Quien posee la
cruz posee un tesoro. y, al decir un tesoro, quiero significar con esta
expresión a aquel que es, de nombre y de hecho, el más excelente de todos los
bienes, en el cual, por el cual y para el cual culmina nuestra salvación y se
nos restituye a nuestro estado de justicia original.
Porque, sin la cruz, Cristo no hubiera sido crucificado. Sin la cruz, aquel que
es la vida no hubiera sido clavado en el leño. Si no hubiese sido clavado, las
fuentes de la inmortalidad no hubiesen manado de su costado la sangre y el agua
que purifican el mundo, no hubiese sido rasgado el documento en que constaba la
deuda contraída por nuestros pecados, no hubiéramos sido declarados libres, no
disfrutaríamos del árbol de la vida, el paraíso continuaría cerrado. Sin la
cruz, no hubiera sido derrotada la muerte, ni despojado el lugar de los
muertos.
Por esto la cruz es cosa grande y preciosa. Grande, porque ella es el origen de
innumerables bienes, tanto más numerosos, cuanto que los milagros y
sufrimientos de Cristo juegan un papel decisivo en su obra de salvación.
Preciosa, porque la cruz significa a la vez el sufrimiento y el trofeo del mismo
Dios: el sufrimiento, porque en ella sufrió una muerte voluntaria; el trofeo,
porque en ella quedó herido de muerte el demonio y, con él, fue vencida la
muerte. En la cruz fueron demolidas las puertas de la región de los muertos, y
la cruz se convirtió en salvación universal para todo el mundo.
La cruz es llamada también gloria y exaltación de Cristo. Ella es el cáliz
rebosante de que nos habla el salmo, y la culminación de todos los tormentos
que padeció Cristo por nosotros. El mismo Cristo nos enseña que la cruz es su
gloria, cuando dice: Ya ha entrado el Hijo del hombre en su gloria, y Dios ha
recibido su glorificación por él, y Dios a su vez lo revestirá de su misma
gloria. Y también: Glorifícame tú, Padre, con la gloria que tenia junto a ti
antes que el mundo existiese. Y asimismo dice: «Padre, glorifica tu nombre.» Y,
de improviso, se dejaron oír del cielo estas palabras: «Lo he glorificado y lo
glorificaré de nuevo», palabras que se referían a la gloria que había de
conseguir en la cruz.
También nos enseña Cristo que la cruz es su exaltación, cuando dice: Yo, cuando
sea levantado en alto, atraeré a mí a todos los hombres. Está claro, pues, que
la cruz es la gloria y exaltación de Cristo.
RESPONSORIO
R. ¡Oh cruz admirable, en cuyas ramas estuvo
suspendido el tesoro y la redención de los cautivos! * Por ti el mundo fue
redimido con la sangre de su Señor.
V. ¡Salve, oh cruz, que fuiste consagrada por el
cuerpo de Cristo, y estuviste adornada con sus sagrados miembros como con
piedras preciosas!
R. Por ti el mundo fue redimido con la sangre de
su Señor.
14 de septiembre. Exaltación de La
Santa Cruz
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (3,13-17):
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que
bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en
el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo
único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida
eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
que el mundo se salve por él.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y
glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa
resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al
mundo entero.
PRECES
Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y
digámosle confiados:
Por tu cruz, sálvanos, Señor.
Hijo de Dios, que por el símbolo de la serpiente de bronce sanaste al pueblo de
Israel,
protégenos hoy de las heridas del pecado.
Hijo del hombre, que fuiste elevado en la cruz, como la serpiente fue elevada
por Moisés en el desierto,
elévanos hasta la gloria de tu reino.
Hijo unigénito del Padre, que has sido enviado al mundo para que todo el que
crea en ti no perezca,
concede la vida eterna a los que buscan tu rostro.
Hijo amado del Padre, que has sido enviado al mundo no para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvado por ti,
concede el don de la fe a todos nuestros familiares y amigos, para que obtengan
la salvación.
Hijo eterno del Padre, que viniste a prender fuego a la tierra para que el
mundo entero ardiera,
haz que vivamos de acuerdo con la verdad y lleguemos a la luz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Pidamos ahora al Padre que venga al mundo su reino:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por
medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer
en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en
el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
Fiesta de la Exaltación de la
Santa Cruz
14 de Setiembre
La Iglesia en
este día celebra la veneración a las reliquias de la cruz de Cristo en
Jerusalén, tras ser recuperada de manos de los persas por el emperador
Heráclito. Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el
emperador quiso cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad,
pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado,
no pudo hacerlo y quedó paralizado. El patriarca Zacarías que iba a su lado le
indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto
humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de
Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con
simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta
dejar la cruz en el sitio donde antes era venerada. Los fragmentos de la santa
Cruz se encontraban en el cofre de plata dentro del cual se los habían llevado
los persas, y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los
fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, su produjeron muchos
milagros.
Al concluir el Via Crucis
alrededor del Coliseo de Roma en el que participaron miles de personas, el Papa
Francisco pronunció un breve discurso en el que señaló que la Cruz es la palabra,
la respuesta que Dios –que es todo amor y perdón– ante el mal en el mundo.
A continuación el texto completo
del Santo Padre:
Queridos hermanos y hermanas.
Les agradezco por su numerosa
participación en este momento de oración intensa. Agradezco también a quienes
se han unido a nosotros a través de los medios de comunicación, en particular a
los enfermos y los ancianos.
No quiero agregar muchas
palabras, porque en esta noche tiene que permanecer una sola palabra, que es la
misma Cruz. La Cruz de Jesús es la palabra con la que Dios ha respondido al mal
en el mundo.
A veces nos parece que Dios no
responde al mal y se queda en silencio. En realidad, Dios ha hablado y
respondido; y su respuesta es la Cruz de Cristo. Una a palabra que es amor,
misericordia, perdón.
Y es también Juicio. Dios nos
juzga amándonos, Dios nos juzga amándonos: si recibo su amor me salvo, si lo
rechazo me condeno. No por Él sino por mí mismo, porque Dios no condena sino
que ama y salva.
La palabra de la Cruz es la
respuesta de los cristianos al mal que sigue actuando en nosotros y alrededor
nuestro. Los cristianos tienen que responder al mal con el bien tomando sobre
sí mismos la Cruz como Jesús.
Esta noche hemos escuchado el
testimonio de nuestros hermanos del Líbano, quienes han escrito estas hermosas
meditaciones. Les agradecemos por este servicio y sobre todo por este
testimonio que nos han dado. Vimos cuando el Papa Benedicto fue al Líbano,
hemos visto la belleza y la fuerza de la comunión de los cristianos de esas tierras
y la amistad de tantos hermanos musulmanes y de tantos otros.
Fue un signo para Medio Oriente y
para el mundo entero. Un signo de esperanza. Entonces, continuemos este Vía
Crucis en la vida cotidiana de todos los días, caminemos juntos en la vía de la
Cruz, caminemos llevando en el corazón esta palabra de amor y de perdón.
Caminemos esperando la resurrección de Jesús que nos ama tanto, que es todo
amor.
En la habitual homilía de la Misa
que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta en el Vaticano, el Papa
Francisco alentó a los cristianos a vivir el camino de la paciencia, a llevar
la cruz en silencio y sin convertirse en el "señor o la señora
lamento".
En la Eucaristía concelebrada con
el cardenal Angelo Comastri y el cardenal Jorge María Mejía, el Santo Padre
acentuó el gozo de Pablo y Silas, llamados a enfrentar prisión y persecución
por testimoniar el Evangelio. Estaban llenos de gozo, dijo el Papa, porque
seguían a Jesús en el camino de su Pasión. Un camino que el Señor recorre con
paciencia.
"Entrar en paciencia: ese es
el camino que Jesús nos enseña también a nosotros cristianos. Entrar en
paciencia… Esto no quiere decir estar tristes. No, no, ¡es otra cosa! Esto
quiere decir soportar, portar sobre la espalda el peso de las dificultades, el
peso de las contradicciones, el peso de las tribulaciones. Esta actitud
cristiana de soportar: entrar en paciencia".
"Aquello que en la Biblia se
dice con una palabra griega, tan plena, la Hypomoné, soportar en la vida el
trabajo de todos los días: las contradicciones, las tribulaciones, todo esto.
Ellos -Pablo y Silas- soportan las tribulaciones, soportan las humillaciones:
Jesús las ha soportado, ha entrado en paciencia. Este es un proceso -me permito
la palabra 'un proceso'- un proceso de maduración cristiana, a través del
camino de la paciencia. Un proceso que requiere tiempo, que no se hace de un
día para otro: se realiza durante toda la vida para llegar a la madurez
cristiana. Es como el buen vino".
El Papa dijo que tantos mártires
estaban llenos de gozo, como por ejemplo los mártires de Nagasaki que se
ayudaban unos a otros, "esperando el momento de la muerte". De
algunos mártires, recordó, se decía que "iban al martirio" como a una
"fiesta nupcial".
Esta actitud del soportar,
agregó, es la actitud normal del cristiano, pero no es una actitud masoquista.
Es en cambio una actitud que lo lleva "por el camino de Jesús":
"Cuando llegan las
dificultades, llegan también las tentaciones. Por ejemplo el lamentarse: ‘Pero
mira lo que me pasa'... un lamento. Y un cristiano que se lamenta
continuamente, deja de ser un buen cristiano: es el Señor o la Señora Lamento,
¿no? Porque siempre se lamenta de todo, ¿no? El silencio en el soportar, el
silencio en la paciencia. Aquel silencio de Jesús: Jesús en su Pasión no dijo más
de dos o tres palabras necesarias…"
"Pero tampoco es un silencio
triste: el silencio del soportar la Cruz no es un silencio triste. Es doloroso,
muchas veces muy doloroso, pero no es triste. El corazón está en paz. Pablo y
Silas rezaban en paz. Tenían dolores, porque se dice que luego de la cárcel el
carcelero lavó las llagas - tenían llagas - pero soportaban en paz. Este camino
de soportar nos hace profundizar la paz cristiana, nos hace fuerte en
Jesús".
He aquí que el cristiano está
llamado a soportar como hizo Jesús, "sin lamentarse, soportar en
paz". El Papa Francisco agregó que este "entrar en paciencia, renueva
nuestra juventud y nos hace más jóvenes":
"El paciente es aquel que, a
la larga, ¡es el más joven! Pensamos a aquellos ancianos y ancianas en los
asilos, aquellos que han soportado tanto en la vida: Miramos sus ojos, ojos
jóvenes, tienen un espíritu joven y una renovada juventud".
El Papa dijo luego que "a
esto nos invita el Señor: a esta renovada juventud pascual por el camino del
amor, de la paciencia, del soportar las tribulaciones y también - me permito
decirlo - de soportarnos el uno al otro. Porque también debemos hacer esto con
caridad y con amor, porque si yo debo soportarte, estoy seguro que tú me
soportas y así vamos adelante por la senda del camino de Jesús".
"Pidamos al Señor la gracia
de este soportar cristiano que nos da la paz, de este soportar con el corazón,
de este soportar gozoso para volvernos cada vez más jóvenes, como el buen vino:
más jóvenes con esta renovada juventud pascual del espíritu. Así sea",
concluyó.
EXALTACIÓN DE LA SANTA
CRUZ (FIESTA)
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío,
ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LAS BANDERAS REALES SE ADELANTAN.
Las banderas reales se adelantan
y la cruz misteriosa en ellas brilla:
la cruz en que la vida sufrió muerte
y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.
Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
que, al ser herido por la lanza dura,
derramó sangre y agua en abundancia
para lavar con ellas nuestras culpas.
En ella se cumplió perfectamente
lo que David profetizó en su verso,
cuando dijo a los pueblos de la tierra:
«Nuestro Dios reinará desde un madero.»
¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol ornado con la regia púrpura,
y destinado a que su tronco digno
sintiera el roce de la carne pura!
¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos.
A ti, que eres la única esperanza,
te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
que acrecientes la gracia de los justos
y borres los delitos de los malos.
Recibe, oh Trinidad, fuente salubre,
la alabanza de todos los espíritus,
y tú que con tu cruz nos das triunfo,
añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¡Oh gran obra de amor! Cuando en el árbol murió la Vida, con su
muerte destruyó la misma muerte.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh gran obra de amor! Cuando en el árbol
murió la Vida, con su muerte destruyó la misma muerte.
Ant 2. Adoramos, Señor, tu cruz y recordamos tu
gloriosa muerte; compadécete de nosotros, tú que por nosotros padeciste.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoramos, Señor, tu cruz y recordamos tu
gloriosa muerte; compadécete de nosotros, tú que por nosotros padeciste.
Ant 3. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
LECTURA BREVE 1Co 1, 23-24
Nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad
para los gentiles; pero para los llamados a Cristo -judíos o griegos-: fuerza
de Dios y sabiduría de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Oh cruz gloriosa, en ti triunfó el Rey de los ángeles.R. Oh cruz
gloriosa, en ti triunfó el Rey de los ángeles.
V. Con su sangre lavó nuestras heridas.R. En ti
triunfó el Rey de los ángeles.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.R. Oh cruz gloriosa, en ti triunfó el Rey de los
ángeles.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh cruz victoriosa, signo admirable, ayúdanos a alcanzar el
triunfo eterno.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh cruz victoriosa, signo admirable, ayúdanos
a alcanzar el triunfo eterno.
PRECES
Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y
digámosle confiados:
Por tu cruz, Señor, llévanos a tu reino.
Oh Cristo, que te anonadaste a ti mismo, tomando la condición de esclavo y
pasando por uno de tantos,
haz que la Iglesia imite siempre tu humildad.
Cristo Señor, que te rebajaste hasta someterte incluso a la muerte y una muerte
de cruz,
haz que te sigamos por el camino de la obediencia y de la paciencia.
Cristo Señor, que fuiste levantado por Dios y recibiste el
«Nombre-sobre-todo-nombre»,
concede a todos tus fieles perseverar hasta el fin.
Cristo Jesús, ante cuyo nombre se dobla toda rodilla en el cielo, en la tierra
y en el abismo,
haz que todos los hombres te adoren y vivan en tu paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Cristo Jesús, a quien toda lengua proclamará: Señor, para gloria de Dios Padre,
recibe a nuestros hermanos difuntos en el reino de la eterna felicidad.
Terminemos nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por
medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer
en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en
el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.