*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Vicente de Paúl, Presbítero (Memoria)*
27 de setiembre de 2021
LUNES SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
Himno: ALFARERO DEL HOMBRE, MANO TRABAJADORA
Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro, vigor, origen, meta
de los profundos ríos de la vida.
El árbol toma cuerpo, y el agua melodía;
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia; vivir es este encuentro:
tú, por la luz; el hombre, por la muerte.
¡Que se acabe el pecado! ¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36,
1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE Jr 15, 16
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la
alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡Señor, Dios
de los ejércitos!
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Primera Lectura
Del libro del profeta Miqueas 6, 1-15
EL SEÑOR JUZGA A SU PUEBLO
Escuchad lo que dice el Señor: «Levántate y llama a juicio a los
montes, que escuchen tu voz las colinas.»
Escuchad, montes, el juicio del Señor; atended, cimientos de la tierra: El
Señor entabla juicio con su pueblo y pleitea con Israel:
«Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he contristado? Respóndeme. Te saqué
de Egipto, te redimí de la esclavitud y puse al frente de ti a Moisés, Aarón y
a María. Pueblo mío, recuerda lo que maquinaba Balak, rey de Moab, y lo que le
respondió Balaam, hijo de Beor. Acuérdate desde Sitim hasta Guilgal, recuerda y
entenderás las victorias del Señor.»
¿Con qué me acercaré al Señor, me inclinaré ante el Dios de las alturas? ¿Me
acercaré con holocaustos, con novillos de un año? ¿Se complacerá el Señor en un
millar de carneros o en diez mil arroyos de grasa? ¿Le daré mi primogénito para
expiar mi culpa, el fruto de mis entrañas para expiar mi pecado? Se te ha dado
a conocer, oh hombre, lo que es bueno, lo que Dios desea de ti: simplemente que
practiques la justicia, que ames la misericordia, y que camines humildemente
con tu Dios.
La voz del Señor grita a la ciudad: «Escuchad, tribu y consejo de la ciudad,
cuyos ricos abundan en violencia y cuyos habitantes mienten y tienen en la boca
una lengua embustera. Todavía hay en la casa del malvado tesoros injustos,
medidas engañosas y menguadas. ¿Podré perdonar las balanzas con trampa, las
pesas falsas en la bolsa? Pues yo comenzaré a golpearte, a devastarte por tus
pecados. Comerás sin saciarte: el hambre te devorará por dentro. Pondrás a buen
recaudo, mas no salvarás nada, y lo que hayas salvado lo entregaré yo a la
espada.
Sembrarás y no cosecharás, pisarás la aceituna y no te ungirás con aceite,
pisarás la uva y no beberás vino.»
Responsorio Mi 6, 8: Sal 36, 3
R. Se te ha dado a conocer, oh hombre, lo que es bueno, lo que
Dios desea de ti: * simplemente que practiques la justicia, que ames la misericordia,
y que camines humildemente con tu Dios.
V. Confía en el Señor y haz el bien, y habitarás tu tierra si
eres fiel a lo que él desea de ti.
R. Simplemente que practiques la justicia, que ames la
misericordia, y que camines humildemente con tu Dios.
Segunda Lectura
De la carta de san Policarpo, obispo y mártir, a los Filipenses
(Caps. 3,1-5,2: Funk 1,269-273)
ARMÉMONOS CON LAS ARMAS DE LA JUSTICIA
No es por propia iniciativa mía, hermanos, que os escribo estas
cosas referentes a la justicia, sino que lo hago porque vosotros mismos me
habéis incitado a ello. Porque ni yo ni persona alguna semejante a mí puede
competir con la sabiduría del bienaventurado y glorioso apóstol Pablo, el cual,
viviendo entre vosotros y hablando cara a cara con los hombres que vivían en
aquel entonces en vuestra Iglesia, enseñó con exactitud y con fuerza la palabra
de verdad y, después de su partida, os escribió una carta, que, si estudiáis
con atención, os edificará en aquella fe, madre de todos nosotros, que va seguida
de la esperanza y precedida del amor a Dios, a Cristo y al prójimo. El que permanece
en estas virtudes cumple los mandamientos de la justicia, porque quien posee la
caridad está muy lejos de todo pecado.
La codicia es la raíz de todos los males. Sabiendo, pues, que sin nada vinimos
al mundo y sin nada nos iremos de él, armémonos con las armas de la justicia e
instruyámonos primero a nosotros mismos a caminar según los mandamientos del
Señor. Enseñad también a vuestras esposas a caminar en la fe que les fue dada,
en la caridad y en la castidad; que aprendan a ser fieles y cariñosas con sus
maridos, a amar castamente a todos y a educar a sus hijos en el temor de Dios.
Que las viudas sean prudentes en la fe del Señor y que oren sin cesar por
todos, apartándose de toda calumnia, maledicencia, falso testimonio, amor al
dinero, y alejándose de todo mal. Que piensen que ellas son como altar de Dios
y que el Señor lo escudriña todo, pues nada se le oculta de nuestros pensamientos
ni de nuestros sentimientos ni de los secretos más íntimos de nuestro corazón.
Y, ya que sabemos que con Dios no se juega, nuestro deber es caminar de una
manera digna de sus mandamientos y de su voluntad. De una manera semejante, que
los diáconos sean irreprochables ante la santidad de Dios, como ministros que
son del Señor y de Cristo, no de los hombres: que no sean calumniadores ni
dobles en sus palabras ni amantes del dinero, sino castos en todo, compasivos,
caminando conforme a la verdad del Señor, que quiso ser el servidor de todos.
Si le somos agradables en esta vida, recibiremos, como premio, la vida futura,
tal como nos lo ha prometido el Señor al decirnos que nos resucitará de entre
los muertos y que, si nuestra conducta es digna de él y conservamos la fe,
reinaremos también con él.
Responsorio Flp 4, 8. 9
R. Tomad en consideración todo lo que es verdadero y noble,
justo y amable, * tened en cuenta todo lo que es virtud y mérito.
V. Seguid practicando lo que habéis recibido y aprendido, y el
Dios de la paz estará con vosotros.
R. Tened en cuenta todo lo que es virtud y mérito.
*Lecturas del Lunes de la 26ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 27 de septiembre de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (9,46-50)*
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más
importante.
Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su
lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que
me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más
importante.»
Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en
tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.»
Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a
favor vuestro.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
PRECES
Demos gracias a nuestro salvador que ha hecho de nosotros un
pueblo de reyes y sacerdotes, y digámosle:
Consérvanos, Señor, en tu servicio.
Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu
sacerdocio:
haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre.
Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo:
comprensión, bondad, amabilidad.
Que la luz de la fe ilumine este nuevo día
y que durante el mismo caminemos por las sendas del amor.
Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos
y les ayudemos a progresar en su salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de
este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en pecado, sino que nuestras
palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Vicente de Paúl, Presbítero (Memoria)*
Nació en Aquitania el año 1581. Fue enviado a los 14 años al
colegio de los franciscanos de Dax que está a 5 kilómetros de Pouy. Dax es una
ciudad próspera, de amplias calles y bellas mansiones. Vicente toma gusto a sus
estudios, desea abandonar la vida rural; se siente con vergüenza sus orígenes y
de su mismo padre. "Siendo un muchacho, cuando mi padre me llevaba a la
ciudad, me daba vergüenza ir con él y reconocerle como padre, porque iba mal
trajeado y era un poco cojo". "Recuerdo que en una ocasión, en el
colegio donde estudiaba me avisaron que había venido a verme mi padre, que era
un pobre campesino. Yo me negué a salir a verle".
Después de cuatro años de estudios en Dax, marcha a la gran ciudad
de Toulose. Su padre acaba de morir en 1598, mientras Vicente tenía 17 años, ha
recibido ya la tonsura y las órdenes menores. Su padre le deja parte de la
herencia para pagar sus estudios, pero él rechaza esta ayuda; prefiere
valérselas por sí mismo.
Para subsistir, enseña humanidades en el colegio de Buñet y sigue
a la vez con sus estudios de Teología. En 1598 recibe el subdiaconado y el
diaconado, y el 23 de Septiembre de 1600, en Chateau-l'Eveque, es ordenado
sacerdote por el anciano obispo de Périgueux. "Si yo hubiera sabido, como
lo he sabido después, lo que era el sacerdocio cuando cometí la temeridad de
aceptarlo, habría preferido dedicarme a trabajar la tierra antes de ingresar en
un estado tan temible," escribirá más tarde.
El obispo de Dax le ofrece una parroquia, pero hay otro candidato.
Vicente renuncia, prefiere proseguir con sus estudios y apuntar más alto:
aspira a ser obispo.
La espiritualidad de Vicente posee la solidez del corazón que la
vive sin reservas. Podemos ver la expresión de esta espiritualidad en una
conferencia que da el 19 de septiembre de 1649 a las Hijas de la Caridad, donde
concreta y analiza "los dos amores": el amor afectivo y el amor
eficaz. El primero es "la ternura hacia las cosas que se ama",
"la ternura del amor". Este amor, dirá más tarde, hace que uno se
vuelva hacia Cristo "tierna y afectuosamente, como un niño que no puede
separarse de su madre y grita "¡mamá!", cuando la ve alejarse"
(notemos que Vicente habla aquí de Cristo como una madre).
Pero este amor efectivo es para él el más pequeño de los dos, es
el amor de los comienzos; y compara los dos amores con dos hijos de un mismo
padre; pero resulta que el amor efectivo "es el hijo pequeño al que el
padre acaricia, con quien se entretiene jugando y cuyos balbuceos le encanta
oír"; pero el amor eficaz, es mucho mayor; es un hombre de veinticinco o
treinta años, dueño de su voluntad, que va adonde le place y regresa cuando
quiere, pero que a pesar de ello, se ocupa de los asuntos familiares".
Vicente insiste mucho en este segundo amor y en el
"quehacer" que conlleva: "Si hay alguna dificultad, es el hijo
quien la soporta; si el padre es labrador, el hijo cuidará de que estén en
orden las tierras y arrimará el hombro". En este segundo amor apenas se siente
que se es amado y se ama: "Parece como si el padre no sintiera por el hijo
ninguna ternura y no le amará". Sin embargo -afirma Vicente-. a este hijo
mayor el padre "le ama más que al pequeño". Y añade Vicente:
"Hay entre vosotras algunas que no sienten a Dios en absoluto, que jamás
le han sentido, que no saben lo que es sentir gusto en la oración, que no
tienen la menor devoción, o al menos así lo creen... Hacen lo que hacen las
demás, y lo hacen con un mayor que es tanto más fuerte cuanto menos lo sienten.
Este es el amor eficaz que no deja de actuar, aun cuando no se deje ver".
Vicente quiere que se pase al amor eficaz, porque teme la
nostalgia propia de las resoluciones demasiado generales y de las efusiones
afectivas; a propósito de las resoluciones, puestas incluso por escrito por una
determinada dama, escribe a Luisa de Marillac que tales resoluciones le parecen
"buenas", pero que le "parecerían aún mejores si (la tal dama)
descendiera un poco más a lo concreto", porque lo importante para él son
los actos, mientras que "lo demás no es sino producto del espíritu, que
habiendo hallado cierta facilidad y hasta cierta dulzura en la consideración de
una virtud, se deleita con el pensamiento de ser virtuosos"; es preciso,
pues, llegar a los "actos" porque, de lo contrario, se queda uno en
la "imaginación".
Para Vicente, la oración es lo primero; era muy práctico pero esa
práctica se fundamentaba en una profunda intimidad con Jesucristo, o sea, en la
vida interior de oración.
Vicente encuentra en su camino a los jansenistas. Jansenio había
comenzado a escribir su Augustinus en 1628; Roma lo condena en 1641; pero
Vicente, antes incluso de esta condena, ya había tomado postura contra el
jansenismo.
En lugar de ponerse en tensión y tratar de que Dios se adapte a
unos determinados moldes para el alma, Vicente, en oposición a los jansenistas,
no dejará de proponer abandonarse tranquilamente a Dios. La gracia tiene sus
momentos. Abandonémonos a la Providencia de Dios y guardémonos muy mucho de
anticiparnos a ella.
Vicente era enemigo de la actividad compulsiva. Si dio mucho fruto
es porque utilizaba muy bien el tiempo guiado y movidas sus velas por la fuerza
del Espíritu Santo. A partir de 1645 dicta o redacta personalmente unas diez
cartas por día -tiene dos secretarios-, sigue de cerca la actividad de todas
las casas de caridad y de todos los sacerdotes de la Misión; afluyen las
vocaciones y se abren nuevas casas en Génova, Turín y Roma. En 1646 se funda
una casa en Argel (donde estallará la peste en 1647) y se pide a la
congregación que acuda a Marruecos; aquel mismo año se envían sacerdotes a
Irlanda y Escocia. En 1648 va un grupo de misioneros a Madagascar. En 1651
parte un grupo para Polonia. En 1660, justamente antes de su muerte, Vicente
concibe un proyecto de misiones en América y en China.
Entre 1650 y 1660 son particularmente tres regiones de Francia las
que perciben mayor ayuda: la Ile-de-France, la Champagne y la Picardie cuyas
provincias han sido saqueadas y devastadas por los soldados. A partir de 1652, las
consecuencias de la guerra afectan a todas las familias de Francia. Pero
Vicente prosigue su actividad sin descanso, entregando siempre toda su persona.
Lo único que exigía a los suyos era bondad, constancia y dulzura.
LUNES SEMANA II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: PRESENTEMOS A DIOS NUESTRAS TAREAS.
Presentemos a Dios nuestras tareas,
levantemos orantes nuestras manos,
porque hemos realizado nuestras vidas
por el trabajo.
Cuando la tarde pide ya descanso
y Dios está más cerca de nosotros,
es hora de encontrarnos en sus manos,
llenos de gozo.
En vano trabajamos la jornada,
hemos corrido en vano hora tras hora,
si la esperanza no enciende sus rayos
en nuestra sombra.
Hemos topado a Dios en el bullicio,
Dios se cansó conmigo en el trabajo;
es hora de buscar a Dios adentro,
enamorado.
La tarde es un trisagio de alabanza,
la tarde tiene fuego del Espíritu:
adoremos al Padre en nuestras obras,
adoremos al Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Salmo 44 II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Ts 2, 13
Nosotros continuamente damos gracias a Dios; porque habiendo recibido la
palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana,
sino - como es en realidad- como palabra de Dios, que ejerce su acción en
vosotros, los creyentes.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
PRECES
Alabemos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da alimento y calor,
y roguémosle confiados diciendo:
Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo.
Haz, Señor, que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad.
Guarda con tu protección al papa Francisco y a nuestro obispo N.,
ayúdalos con el poder de tu brazo.
Ten compasión de los que no encuentran trabajo
y haz que consigan un empleo digno y estable.
Señor, sé refugio de los oprimidos
y protégelos en todas sus necesidades.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el
ministerio para el bien de tu iglesia:
que también te celebren eternamente en tu reino.
Fieles a la recomendación del Salvador nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que has querido asistirnos en el
trabajo que nosotros, tus siervos inútiles, hemos realizado hoy, te pedimos
que, al llegar al término de este día, acojas benignamente nuestro sacrificio
vespertino de acción de gracias y recibas con bondad la alabanza que te
dirigimos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.