*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Lorenzo de Brindisi*
Miércoles 20 julio
MIERCOLES SEMANA IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría.
Himno: AL RETORNAR ESTE DÍA.
Al retornar este día,
con voz alegre y canora,
celebrando al Redentor,
cantemos de Dios la gloria.
Por Cristo, el Creador inmenso
hizo la noche y la aurora,
con inmóvil ley fijando
la sucesión de las horas.
La luz eterna eres tú,
la antigua ley perfeccionas,
y no conoces crepúsculo,
y no te apagan las sombras.
Concédenos, Padre eterno,
que vivamos hoy con loa,
con que agrademos a Cristo,
si tu Espíritu nos colma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme.
Salmo 107 - ALABANZA AL SEÑOR Y PETICIÓN DE AUXILIO.
Dios mío, mi corazón está firme,
para tí cantaré y tocaré, gloria mía.
Despertad, cítara y arpa,
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria;
para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.
Dios habló en su santuario:
«Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;
mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;
Moab, una jofaina para lavarme,
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria.»
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas?
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil;
con Dios haremos proezas,
El pisoteará a nuestros enemigos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme.
Ant 2. El Señor me ha revestido de justicia y santidad.
Cántico: ALEGRIA DEL PROFETA ANTE LA NUEVA JERUSALÉN Is 61, 10—62, 5
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como a un novio que se pone la corona,
o a una novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos, ante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que despunte la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»;
ni a tu tierra, «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra, «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor me ha revestido de justicia y santidad.
Ant 3. Alabaré al Señor mientras viva.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabaré al Señor mientras viva.
LECTURA BREVE Dt 4, 39-40a
Has de reconocer hoy y recordar que el Señor es Dios, en lo alto del cielo y
abajo en la tierra, y que no hay otro. Guarda los mandatos y preceptos que te
voy a dar hoy.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendigo al Señor en todo momento.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
V. Su alabanza está siempre en mi boca.
R. En todo momento.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
Primera Lectura
Del primer libro de las Crónicas 22, 5-19
DAVID PREPARA LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO
En aquellos días, dijo David: «Mi hijo Salomón es todavía joven y
débil, y la casa que ha de edificarse para el Señor debe ser grandiosa sobre
toda ponderación, para tener nombre y gloria en todos los países. Así que le
haré yo los preparativos.» Hizo David, en efecto, grandes preparativos antes de
su muerte. Después llamó a su hijo Salomón y le mandó que edificase una casa
para el Señor, el Dios de Israel.
Dijo David a Salomón: «Hijo mío, yo había deseado edificar una casa al nombre
del Señor, mi Dios. Pero me fue dirigida la palabra del Señor que me dijo:
"Tú has derramado mucha sangre y hecho grandes guerras; no podrás edificar
tú la casa a mi nombre, porque has derramado en tierra mucha sangre delante de
mí. Mira que te va a nacer un hijo, que será hombre de paz; le concederé paz
con todos sus enemigos en derredor, porque Salomón será su nombre y en sus días
concederé paz y tranquilidad a Israel. Él edificará una casa a mi nombre; él
será para mí un hijo y yo seré para él un padre y consolidaré el trono de su reino
sobre Israel para siempre."
Ahora, pues, hijo mío, que el Señor esté contigo, para que logres edificar la
casa del Señor tu Dios, como él de ti lo ha predicho. Quiera el Señor
concederte prudencia y entendimiento cuando te constituya sobre Israel, para que
guardes la ley del Señor tu Dios. No prosperarás si no cuidas de cumplir los
decretos y las normas que el Señor ha prescrito a Moisés para Israel. ¡Sé
fuerte y ten buen ánimo! ¡No temas ni desmayes! Mira lo que yo he preparado en
mi pequeñez para la casa del Señor: cien mil talentos de oro, un millón de
talentos de plata y una cantidad de cobre y de hierro incalculable por su abundancia.
He preparado también maderas y piedras que tú podrás aumentar. Y tienes a mano
muchos obreros, canteros, artesanos en piedra y en madera, expertos en toda
clase de obras. El oro, la plata, el bronce y el hierro son sin número. ¡Levántate,
pues! Manos a la obra y que el Señor esté contigo.»
Mandó David a todos los jefes de Israel que ayudasen a su hijo Salomón: «¿No
está con vosotros el Señor vuestro Dios? ¿Y no os ha dado paz por todos lados? Pues
él ha entregado en mis manos a los habitantes del país, y el país está sujeto
ante el Señor y ante su pueblo. Aplicad ahora vuestro corazón y vuestra alma a
buscar al Señor vuestro Dios.
Levantaos y edificad el santuario del Señor Dios, para trasladar el arca de la
alianza del Señor y los utensilios del santuario de Dios a la casa que ha de
edificarse al nombre del Señor.»
Responsorio 1 Cro 22, 19; Sal 131,
7; Is 56, 7
R. Aplicad vuestro corazón y vuestra alma a buscar al Señor;
levantaos y edificad el santuario del Señor Dios. * Entremos
en su morada, postrémonos ante el estrado de sus pies.
V. Esto dice el Señor: «Mi casa es casa de oración y así la
llamarán todos los pueblos.»
R. Entremos en su morada, postrémonos ante el estrado de sus
pies.
Segunda Lectura
Del libro de la Imitación de Cristo
(Libro 2,1-6)
EL REINO DE DIOS ES PAZ Y ALEGRÍA EN EL ESPÍRITU SANTO
Conviértete a Dios de todo corazón, despréndete de este mundo
miserable, y tu alma encontrará la paz; pues el reino de Dios es paz y alegría
en el Espíritu Santo. Cristo vendrá a ti y te dará a probar su consuelo, si le
preparas una digna morada en tu interior.
Toda su gloria y hermosura está en lo interior, y allí se complace. Tiene él un
frecuente trato con el hombre interior, platica dulcemente con él, lo consuela
suavemente, le infunde una paz profunda y tiene con él una familiaridad
admirable en extremo.
Ea pues, alma fiel, prepara tu corazón a este Esposo para que se digne venir a
ti y habitar en ti. Pues él dice, El que me ama guardará mi palabra, y
vendremos a él y haremos morada en él.
De modo que hazle en ti lugar a Cristo. Si posees a Cristo, serás rico, y con
él te bastará. Él será tu proveedor y fiel procurador en todo, de manera que no
tengas necesidad de esperar en los hombres. Pon en Dios toda tu confianza, y
sea él el objeto de tu veneración y de tu amor. Él responderá por ti y todo lo
hará bien, como mejor convenga.
No tienes aquí ciudad permanente. Dondequiera que estuvieres serás extranjero y
peregrino; jamás tendrás reposo si no te unes íntimamente a Cristo.
Pon tu pensamiento en el Altísimo y eleva a Cristo tu oración constantemente.
Si no sabes meditar cosas sublimes y celestes, descansa en la pasión de Cristo,
deleitándote en contemplar sus preciosas llagas. Sufre por Cristo y con Cristo,
si quieres reinar con Cristo.
Si una sola vez entrases perfectamente al interior de Jesús y gustases un poco
de su ardiente amor, no te preocuparías ya de tus propias ventajas o
desventajas; más bien te gozarías de las humillaciones que te hiciesen, porque
el amor de Jesús hace que el hombre se menosprecie a sí mismo.
Responsorio Sal 70, 1-2. 5
R. A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para
siempre; * tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo.
V. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza,
Señor, desde mi juventud.
R. Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo.
*Lecturas del Miércoles de la 16ª semana del Tiempo Ordinario*
Miércoles, 21 de julio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (13,1-9)*
Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió tanta gente, que
tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la
orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. al sembrar,
un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro
poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no
era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol. se abrasó, y por
falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo
ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos ciento, otros sesenta,
otros treinta. El que tenga oídos, que oiga.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.
PRECES
Cristo, reflejo de la gloria del Padre, nos ilumina con su
palabra; acudamos pues a él diciendo:
Rey de la gloria, escúchanos.
Te bendecimos, Señor, autor y consumador de nuestra fe,
porque de las tinieblas nos has trasladado a tu luz admirable.
Tú que abriste los ojos de los ciegos y diste oído a los sordos,
aumenta nuestra fe.
Haz, Señor, que permanezcamos siempre en tu amor,
y que este amor nos guarde fraternalmente unidos.
Ayúdanos para que resistamos a la tentación, aguantemos en la tribulación
y te demos gracias en la prosperidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dejemos que el espíritu de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones,
se una a nuestro espíritu, para clamar:
Padre nuestro...
ORACION
Recuerda, Señor, tu santa alianza consagrada con el nuevo
sacramento de la sangre del Cordero, para que tu pueblo obtenga el perdón de
sus pecados, y un aumento constante de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Lorenzo de Brindisi*
Lorenzo significa: coronado de
laurel. Laureado. Este santo ha sido quizás el más famoso predicador de la
comunidad de Padres Capuchinos.
Nació en Brindis (Italia) cerca
de Nápoles. Desde pequeño demostró tener una memoria asombrosa. Dicen que a los
ocho años repitió desde el púlpito de la Catedral un sermón escuchado a un
famoso predicador, con gran admiración de la gente.
Cuando pidió ser admitido como
religioso en los Padres Capuchinos, el superior le adevirtió que le iba a ser
muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó:
"Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?". "Si, lo habrá",
respondió el superior. "Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado
tendré fuerzas para sufrir por amor a El, cuaquier padecimiento".
La facilidad de Lorenzo para
aprender idiomas y para grabarse en la memoria todo lo que leía, dejó atónitos
a sus superiores y compañeros. Prácticamente se aprendía de memoria capítulos
enteros de la S. Biblia y muchas páginas más de libros piadosos. Hablaba seis
idiomas: griego, hebreo, latín, francés, alemán e italiano.
Y su capacidad para predicar era
tan excepcional, que siendo simple seminarista, ya le fue encomendado el
predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años
seguidos. Las gentes vibraban de emoción al oir sus sermones, y muchos se
convertían.
Un sacerdote le preguntó:
"Fray Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable
memoria?" Y él respondió: "En buena parte se debe a mi buena memoria.
En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa
principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a
predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera
leyendo en un libro misterioso venido del cielo".
Los capuchinos nombraron a Fray
Lorenzo superior del convento y luego superior de Italia. Más tarde al
constatar las grandes cualidades que tenía para gobernar, lo nombraron superior
general de toda su comunidad en el mundo. En sus años de superiorato recorrió
muchos países visitando los conventos de sus religiosos para animarlos a ser
mejores y a trabajar mucho por el reino de Cristo. Había días que caminaba a
pie 50 kilómetros. No le asustaba desgastarse en su salud con tal de conseguir
la salvación de las almas y la extensión del reino de Dios. La gente lo amaba
porque era sumamente comprensivo y bondadoso, y porque sus consejos hacían un
gran bien. Siendo superior, sin embargo servía a la mesa a los demás, y lavaba
los platos de todos.
El Santo Padre, el Papa, lo envió
a Checoslovaquia y a Alemania a tratar de extender la religión católica en esos
países. Se fue con un buen grupo de capuchinos, y empezó a predicar. Pero en
esos días un ejército de 60 mil turcos mahometanos invadió el país con el fin
de destruir la religión, y el jefe de la nación pidió al Padre Lorenzo que se
fuera con sus capuchinos a entusiasmar a los 18 mil católicos que salían a
defender la patria y la religión. La batalla fue terriblemente feroz. Pero San
Lorenzo y sus religiosos recorrían el campo de batalla con una cruz en alto
cada uno, gritando a los católicos: "Ánimo, estamos defendiendo nuestra
santa religión". Y la victoria fue completa. Los soldados victoriosos exclamaban:
"La batalla fue ganada por el Padre Lorenzo".
El Papa Clemente VIII decía que
el Padre Lorenzo valía él solo más que un ejército.
El Sumo Pontífice lo envió de
delegado suyo a varios países, y siempre estuvo muy activo de nación en nación
dirigiendo su comunidad y fundando conventos, predicando contra los
protestantes y herejes, y trabajando por la paz y la conversión. Pero lo más
importante en cada uno de sus días eran las prácticas de piedad. Durante la
celebración de la Santa Misa, frecuentemente era arrebatado en éxtasis, y su
orar era de todas las horas y en todos los sitios. Por eso es que obtuvo tan
grandes frutos apostólicos.
Dormía sobre duras tablas. Se
levantaba por la noche a rezar salmos. Ayunaba con frecuencia. Su alimento era
casi siempre pan y verduras. Huía de recibir honores, y se esforzaba por
mantenerse siempre alegre y de buen humor con todos. La gente lo admiraba como
a un gran santo. Su meditación preferida era acerca de la Pasión y Muerte de
Jesucristo.
En 1959 fue declarado "Doctor
de la Iglesia", por el Sumo Pontífice Juan XXIII. Y es que dejó escritos
15 volúmenes de enseñanzas, y entre ellos 800 sermones muy sabios. En Sagrada
Escritura era un verdadero especialista.
Cuando viajaba a visitar al rey
de España enviado por la gente de Nápoles para pedirle que destituyera a un
gobernador que estaba haciendo mucho mal, se sintió sin fuerzas y el 22 de
julio de 1619, el día que cumplía sus 60 años, murió santamente. Ha sido
llamado el "Doctor apostólico".
Ruega por nosotros, querido San
Lorenzo, para que no tengamos miedo a gastarnos y desgastarnos por Cristo y su
Santa Iglesia, como lo hiciste tú.
Dijo Jesús: "Si el grano de
trigo muere, produce mucho fruto".
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TE BENDECIMOS, CRISTO, EN ESTA NOCHE.
Te bendecimos, Cristo, en esta noche:
Verbo de Dios y Luz de Luz eterna,
emisor del Espíritu Paráclito;
te bendecimos porque nos revelas
la triple luz de una indivisa gloria
y libras nuestras almas de tinieblas.
A la noche y al día has ordenado
que se releven siempre en paz fraterna;
la noche compasiva pone término
a nuestras aflicciones y tareas,
y, para comenzar el nuevo surco,
el día alegremente nos despierta.
Da un sueño muy ligero a nuestros párpados,
para que nuestra voz no permanezca
muda por mucho tiempo en tu alabanza;
mientras dormimos se mantenga en vela
toda tu creación, cantando salmos
en compañía de la turba angélica.
Y, mientras duerme nuestro humilde cuerpo,
nuestro espíritu cante a su manera:
«Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu,
en el día sin noche donde reinan;
al Uno y Trino, honor, poder, victoria,
por edades y edades sempiternas.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, tu saber me sobrepasa.
Salmo 138, 1-18. 23-24 - I TODO ESTÁ PRESENTE A LOS OJOS DE DIOS.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me envuelves por doquier,
me cubres con tu mano.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
tu diestra llegará hasta mí.
Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tu saber me sobrepasa.
Ant 2. Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al
hombre según su conducta.
Salmo 138 II
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has formado portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro,
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al
hombre según su conducta.
Ant 3. Todo fue creado por él y para él.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo fue creado por él y para él.
LECTURA BREVE 1Jn 2, 3-6
Sabemos que hemos llegado a conocer a Cristo si guardamos sus mandamientos.
Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, miente; y la verdad
no está en él. Pero quien guarda su palabra posee el perfecto amor de Dios. En
esto conocemos que estamos en él. Quien dice que está siempre en él debe andar
de continuo como él anduvo.
RESPONSORIO BREVE
V. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
V. A las sombras de tus alas escóndenos.
R. Como a las niñas de tus ojos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y
enaltece a los humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y
enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, cuya bondad para con su pueblo es más grande
que los cielos, y digámosle:
Que se alegren los que se acogen a ti, Señor.
Acuérdate, Señor, que enviaste a tu Hijo al mundo, no para condenarlo, sino
para salvarlo;
haz que su muerte gloriosa nos traiga la salvación.
Tú que constituiste a tus sacerdotes servidores de Cristo y administradores de
tus misterios,
concédeles un corazón fiel, ciencia abundante y caridad intensa.
Tú que desde el principio creaste hombre y mujer,
guarda a todas las familias unidas en el verdadero amor.
Haz que los que has llamado a la castidad perfecta por el reino de los cielos,
sigan con fidelidad a tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que enviaste a Jesucristo al mundo para salvar a los pecadores,
Concede a todos los difuntos el perdón de sus faltas.
Movidos por el Espíritu Santo y llenos de su amor, dirijamos al Padre nuestra
oración:
Padre nuestro...
ORACION
Acuérdate, Señor, de tu misericordia, y, ya que a los hambrientos
los colmas de bienes, socorre nuestra indigencia con la abundancia de tus
riquezas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.