Musica Para el Alma
miércoles, 30 de junio de 2021
EVANGELIO DE MATEO 9,1-8 CICLO B
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Jueves, 1 de julio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (9,1-8)*
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su
ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están
perdonados.»
Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más
fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues,
para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados –dijo dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete
a tu casa.»
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y
alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor
«¡Animo!, hijo, tus pecados te son
perdonados.».
*Que gran enseñanza para mi saber que el orden del
Señor es mucho mejor que el mío. Para mí, es más importante lo que se ve por
fuera, porque me gusta la apariencia. El Señor me hace ver que mi verdadera
parálisis está dentro de mí. El orden del Señor es: Primero levantar mi esperanza,
levantar mi deseo de vivir, lavar y purificar mi alma. El quiere entrar en lo
más profundo de mi alma y ahí desea
depositar en mí, su perdón, su gracia, su amor, su paz y su misericordia. Luego
que dentro de mis las cosas están bien, entonces comenzar a reparar mi vida por
fuera las que las personas pueden ver, y ahí terminada su gran obra maestra
pronuncia sobre mi esta palabra: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu
casa"*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 1 DE JULIO. SAN OLIVER PLUNKETT
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Oliver Plunkett,
Mártir de Irlanda*
1 de Julio
JUEVES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Himno: CRECE LA LUZ BAJO TU HERMOSA MANO.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro
Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro
Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo
hicieron mis manos, todo es mío —oráculo del Señor—. En ése pondré mis ojos: en
el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
PRIMERA LECTURA
Del primer libro de
Samuel 12, 1-25
ADVERTENCIAS DE SAMUEL AL
PUEBLO
En aquellos días, Samuel dijo a los israelitas:
«Ya veis que os he hecho caso en todo lo que me pedisteis, y os he dado un rey.
Pues bien, ¡aquí tenéis al rey! Yo estoy ya viejo y canoso, mientras a mis
hijos los tenéis entre vosotros. Yo he actuado a la vista de todos, desde mi
juventud hasta ahora. Aquí me tenéis, respondedme ante el Señor y su ungido: ¿a
quién le quité un buey?, ¿a quién le quité un burro?, ¿a quién he hecho
injusticia?, ¿a quién he vejado?, ¿de quién he aceptado un soborno para que
cerrara los ojos? Decidlo, y os lo devolveré.»
Respondieron:
«No nos has hecho injusticia, ni nos has vejado, ni has aceptado soborno de
nadie.»
Samuel añadió:
«Yo tomo hoy por testigo frente a vosotros al Señor y a su ungido: no me habéis
sorprendido con nada en la mano.»
Respondieron:
«Sean testigos.»
Samuel dijo al pueblo:
«Es testigo el Señor, que envió a Moisés y a Aarón e hizo subir de Egipto a
vuestros padres. Poneos en pie, que voy a juzgaros en presencia del Señor,
repasando todos los beneficios que el Señor os hizo a vosotros y a vuestros
padres:
Cuando Jacob fue con sus hijos a Egipto, y los egipcios los oprimieron,
vuestros padres gritaron al Señor, y el Señor envió a Moisés y Aarón para que
sacaran de Egipto a vuestros padres y los establecieran en este lugar.
Pero olvidaron al Señor, su Dios, y él los vendió a Sísara, general del
ejército de Yabín, rey de Jasor, y a los filisteos, y al rey de Moab, y
tuvieron que luchar contra ellos.
Entonces gritaron al Señor: "Hemos pecado, porque hemos abandonado al
Señor, para servir a Baal y Astarté; líbranos del poder de nuestros enemigos y
te serviremos." El Señor envió a Yerubbaal, a Barac, a Jefté y a Sansón, y
os libró del poder de vuestros vecinos, y pudisteis vivir tranquilos.
Pero, cuando visteis que os atacaba el rey amonita Najás, me pedisteis que os
nombrara un rey, siendo así que el Señor es vuestro rey.
Pues bien, ahí tenéis al rey que pedisteis y que habéis elegido; ya veis que el
Señor os ha dado un rey. Si teméis al Señor y le servís, si le obedecéis y no
os rebeláis contra sus mandatos, vosotros y el rey que reine sobre vosotros
viviréis siendo fieles al Señor vuestro Dios. Pero si no obedecéis al Señor y
os rebeláis contra sus mandatos, la mano del Señor pesará sobre vosotros y
sobre vuestro rey, hasta destruiros.
Ahora preparaos a asistir al prodigio que el Señor va a realizar ante vuestros
ojos. Estamos en la siega del trigo, ¿no es cierto? Pues voy a invocar al Señor
para que envíe una tronada y un aguacero; así reconoceréis la grave maldad que
cometisteis ante el Señor, pidiéndoos un rey.»
Samuel invocó al Señor, y el Señor envió aquel día una tronada y un aguacero.
Todo el pueblo, lleno de miedo ante el Señor y ante Samuel, dijo a Samuel:
«Reza al Señor, tu Dios, para que tus siervos no mueran; porque a todos
nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirnos un rey.»
Samuel les contestó:
«No temáis. Ya que habéis cometido esa maldad, al menos, en adelante, no os
apartéis del Señor: servid al Señor de todo corazón, no sigáis a los ídolos,
que ni auxilian ni liberan, porque son puro vacío. Por el honor de su gran
nombre, el Señor no rechazará a su pueblo, porque el Señor se ha dignado hacer
de vosotros su pueblo. Por mi parte, líbreme Dios de pecar contra el Señor,
dejando de rezar por vosotros. Yo os enseñaré el camino recto y bueno; puesto
que habéis visto los grandes beneficios que el Señor os ha hecho, temed al
Señor y servidlo sinceramente y de todo corazón. Pero, si obráis mal,
pereceréis, vosotros con vuestro rey.»
RESPONSORIO
Sir 46, 22. 17
R. Cuando descansaba en su lecho de
muerte, invocó por testigos al Señor y a su ungido: * «¿De quién he recibido un
par de sandalias?», y nadie se atrevió a contestarle.
V. Según la ley del Señor, gobernó al
pueblo; por su fidelidad, se acreditó como profeta.
R. «¿De quién he recibido un par de
sandalias?», y nadie se atrevió a contestarle.
SEGUNDA LECTURA
Homilía de san
Jerónimo, presbítero, a los recién bautizados, sobre el salmo cuarenta y uno.
(CCL 78, 542-544)
PASARÉ AL LUGAR DEL
TABERNÁCULO ADMIRABLE
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Como la cierva del salmo busca las corrientes de agua, así también nuestros
ciervos, que han salido de Egipto y del mundo, y han aniquilado en las aguas
del bautismo al Faraón con todo su ejército, después de haber destruido el
poder del diablo, buscan las fuentes de la Iglesia, que son el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo.
Que el Padre sea fuente, lo hallamos escrito en el libro de Jeremías: Me han
abandonado a mí, la fuente de aguas vivas, para excavarse cisternas agrietadas,
incapaces de retener el agua. Acerca del Hijo, leemos en otro lugar: Han
abandonado la fuente de la sabiduría. Y del Espíritu Santo: El que beba del
agua que yo le dé, se convertirá en él en manantial, cuyas aguas brotan para
comunicar vida eterna, palabras cuyo significado nos explica luego el
evangelista, cuando nos dice que el Salvador se refería al Espíritu Santo. De
todo lo cual se deduce con toda claridad que la triple fuente de la Iglesia es
el misterio de la Trinidad.
Esta triple fuente es la que busca el alma del creyente, el alma del bautizado,
y por eso dice: Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. No es un tenue deseo
el que tiene de ver a Dios, sino que lo desea con un ardor parecido al de la
sed. Antes de recibir el bautismo, se decían entre sí: ¿Cuándo entraré a ver el
rostro de Dios? Ahora ya han conseguido lo que deseaban: han llegado a la
presencia de Dios y se han acercado al altar y tienen acceso al misterio de
salvación.
Admitidos en el cuerpo de Cristo y renacidos en la fuente de vida, dicen
confiadamente: Pasaré al lugar del tabernáculo admirable, hacia la casa de
Dios. La casa de Dios es la Iglesia, ella es el tabernáculo admirable, porque
en él resuenan los cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.
Decid, pues, los que acabáis de revestiros de Cristo y, siguiendo nuestras
enseñanzas, habéis sido extraídos del mar de este mundo, como pececillos con el
anzuelo: «En nosotros, ha sido cambiado el orden natural de las cosas. En
efecto, los peces, al ser extraídos del mar, mueren; a nosotros, en cambio, los
apóstoles nos sacaron del mar de este mundo para que pasáramos de muerte a
vida. Mientras vivíamos sumergidos en el mundo, nuestros ojos estaban en el
abismo y nuestra vida se arrastraba por el cieno; mas, desde el momento en que
fuimos arrancados de las olas, hemos comenzado a ver el sol, hemos comenzado a
contemplar la luz verdadera, y por esto, llenos de alegría desbordante, le
decimos a nuestra alma: Espera en Dios, que volverás a alabarlo: "Salud de
mi rostro, Dios mío."»
RESPONSORIO
Sal 26, 4
R. Una cosa pido al Señor, eso
buscaré: * Habitar en la casa del Señor por los días de mi vida.
V. Gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
R. Habitar en la casa del Señor por
los días de mi vida.
*Lecturas de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Jueves, 1 de julio de 2021
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,1-8)*
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su
ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están
perdonados.»
Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil
decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues, para
que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados –dijo dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete
a tu casa.»
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y
alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y
supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar
el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Oliver Plunkett, Mártir de Irlanda*
Nació en 1 de Noviembre de 1629. Oliver fue educado, desde su
juventud, en la devota religiosidad viril, propia de la "isla de los
santos". Imposibilitado de poder realizar los estudios teológicos en su
patria, se fue a Roma a los dieciséis años; recibió allí las sagradas órdenes y
trabajó benéficamente como profesor de teología moral en el Colegio de la
Propaganda. El 9 de julio de 1669, fue consagrado arzobispo de Armagh y llegó a
su sede en marzo de 1670.
Los siguientes diez años no nos muestran ningún hecho
sorprendente, ninguna aparición estrepitosa en público. Sólo el trabajo callado
y arduo del arzobispo Oliver. Superando la fatiga, visitaba las parroquias
dispersas, sin tener en cuenta los caminos largos y peligrosos. Consolaba a los
abatidos, administraba los sacramentos y, cuando una parroquia se encontraba
abandonada, enviaba un sacerdote que no temiera la pobreza o la persecución.
Entre sus paisanos, Oliver Plunket se convirtió de nuevo en un
completo irlandés. Se sacrificaba por ellos y ellos le agradecían incluyéndolo
cada mañana en su oración, antes de comenzar la tarea diaria. Eran agricultores
o ganaderos sedentarios, pero ninguno era rebelde. Cualquier idea sobre una
conspiración era ajena a su manera de ser; a pesar de eso, el 23 de julio de
1680, se encontró el arzobispo ante el tribunal de Dundalk, debido a la absurda
acusación de haber contratado a setenta mil irlandeses católicos para asesinar
a todos los protestantes. Uno de los llamados cazadores de sacerdotes, había
seguido el rastro del primado cuando asistía al anciano obispo de Meath,
durante su agonía. Aquellos cazadores recibían de parte de las autoridades como
otros Judas, 10 libras esterlinas por el arresto de un obispo o de un jesuita.
Después de una larga detención en su "querida y cara
celda" Dublin, Oliver Plunket fue trasladado a la torre de Londres; se
formuló la acusación de "alta traición" la sentencia del jurado fue
"culpable".
Se le había negado el término necesario para poder llamar de
Irlanda a sus testigos de exoneración de tal manera que él mismo que defender
con fuego y pasión y no entregó su nombre honrado sin luchar. Indignado,
rechazó la suposición de haber comprado vida libertad por medio de un
testimonio falso: "Muy señor mío, morir diez mil veces a robarle a un ser
humano injustamente un centavo de sus bienes, o un día de su libertad, o un
minuto de su vida".
Cuando, el 11 de julio de 1681, Oliver Plunket fue llevado al
cadalso, se detuvo, una vez más, ante la multitud que rodeaba el patíbulo, para
pronunciar un discurso maravilloso de defensa; perdonó a sus acusadores y
asesinos y rezó, en voz alta, por los miembros de la familia real inglesa.
Después dijo el solemne "Miserere" hasta que la soga apagó sus
últimas palabras. Su cuerpo fue partido en cuatro partes.
Después de la muerte del arzobispo cesó la gran persecución.
JUEVES SEMANA I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN
PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos
le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos
le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas
pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que,
aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y
gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis
visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con
un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de
vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y
digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las
tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora
comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día,
podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 1 DE JULIO 2021
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Jueves, 1 de julio de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro del Génesis (22,1-19):
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole:
«¡Abrahán!»
Él respondió: «Aquí me tienes.»
Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de
Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.»
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo
Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había
indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de
lejos.
Y Abrahán dijo a sus criados: «Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré
hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros.»
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él
llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre: «Padre.»
Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío.»
El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el
sacrificio?»
Abrahán contestó: «Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.»
Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios,
Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo
puso sobre el altar, encima de la leña.
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del
Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahán, Abrahán!»
Él contestó: «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora
sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en una
maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su
hijo. Abrahán llamó a aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El
monte del Señor ve.»
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo
–oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo
único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del
cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas
de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu
descendencia, porque me has obedecido.»
Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba.
Abrahán se quedó a vivir en Berseba.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 114
R/. Caminaré en
presencia del Señor
en el país de la vida
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R/.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.» R/.
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R/.
Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R/.
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Jueves, 1 de julio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (9,1-8)*
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su
ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están
perdonados.»
Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más
fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues,
para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados –dijo dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete
a tu casa.»
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y
alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor
«¡Animo!, hijo, tus pecados te son
perdonados.».
*Que gran enseñanza para mi saber que el orden del
Señor es mucho mejor que el mío. Para mí, es más importante lo que se ve por
fuera, porque me gusta la apariencia. El Señor me hace ver que mi verdadera
parálisis está dentro de mí. El orden del Señor es: Primero levantar mi esperanza,
levantar mi deseo de vivir, lavar y purificar mi alma. El quiere entrar en lo
más profundo de mi alma y ahí desea
depositar en mí, su perdón, su gracia, su amor, su paz y su misericordia. Luego
que dentro de mis las cosas están bien, entonces comenzar a reparar mi vida por
fuera las que las personas pueden ver, y ahí terminada su gran obra maestra
pronuncia sobre mi esta palabra: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu
casa"*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
lunes, 28 de junio de 2021
EVANGELIO DE MATEO 8,28-34 CICLO B
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 30 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (8,28-34)*
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan
furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a
atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado
abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron
todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a
donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del Señor
*(«¿Qué
tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos
antes de tiempo?»)*
*Entrando un poco en el interior de mi
vida, tengo que reconocer que hay lugares dentro de mí que las personas no se
pueden acercar, esos lugares son mis intereses. Me considero ser una persona,
muy buena, muy servicial, muy humanitaria (Hasta) que no tocan mis intereses,
¿Y porque me sucede esto? Porque todavía no ha desembarcado el Señor, porque no
le he entregado mi vida por completo. La buena noticia para mi es que el Señor
tiene todo el poder, toda autoridad sobre mí, y él tiene la misión de
desembarcar y llegar a aquellos lugares dentro de mí que todavía no conoce y
sacar, expulsar, las tinieblas, las oscuridades, que no me permiten ver la luz
de su palabra*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MIÉRCOLES 30. SANTOS PROTOMARTIRES DE LA IGLESIA ROMANA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santos Protomártires de la Iglesia Romana*
MIERCOLES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Himno: SENTENCIA DE DIOS AL HOMBRE
Sentencia de Dios al hombre
antes que el día comience:
«Que el pan no venga a tu mesa
sin el sudor de tu frente.
Ni el sol se te da de balde,
ni el aire por ser quien eres:
las cosas son herramientas
y buscan quien las maneje.
El mar les pone corazas
de sal amarga a los peces;
el hondo sol campesino
madura a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra,
guarda una chispa caliente;
y en el rumor de la nube
combaten el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias
sin dar lo que las merece:
a fuerza de gratitudes
se vuelve la tierra estéril.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt
16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
LECTURA BREVE Tb 4, 16-17. 19-20
No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y
da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor
en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a
buen fin todas tus sendas y proyectos.
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Todos
quedaban maravillados.
R. De las palabras que salían de la boca de Dios.
PRIMERA LECTURA
Del primer libro de Samuel 11, 1-15
SAÚL VENCE A LOS AMONITAS Y ES ACLAMADO REY POR EL PUEBLO
En aquellos días, el amonita Najás hizo una incursión y acampó ante Yabés de
Galaad. Los de Yabés le pidieron:
«Haz un pacto con nosotros, y seremos tus vasallos.» Pero Najás les dijo:
«Pactaré con vosotros a condición de sacaros el ojo derecho. Así afrentaré a
todo Israel.»
Los ancianos de Yabés le pidieron:
«Danos siete días para que podamos mandar emisarios por todo el territorio de
Israel. Si no hay quien nos salve, nos rendiremos.»
Los mensajeros llegaron a Loma de Saúl, comunicaron la noticia al pueblo, y
todos se echaron a llorar a gritos.
Pero, he aquí que llegaba Saúl del campo, tras los bueyes, y preguntó:
«¿Qué le pasa a la gente, que está llorando?»
Le contaron la noticia que habían traído los de Yabés y, al oírlo Saúl, lo
invadió el espíritu de Dios; enfurecido, cogió la pareja de bueyes, los
descuartizó y los repartió por todo Israel, aprovechando a los emisarios, con
este pregón:
«Así acabará el ganado del que no vaya a la guerra con Saúl y Samuel.»
El temor del Señor cayó sobre la gente, y fueron a la guerra como un solo
hombre. Saúl les pasó revista en Centella: los de Israel eran trescientos mil,
y treinta mil los de Judá. Y dijo a los emisarios que habían venido:
«Decid a los de Yabés de Galaad: "Mañana, cuando caliente el sol, os
llegará la salvación."»
Los emisarios marcharon a comunicárselo a los de Yábés, que se llenaron de alegría,
y dijeron a Najás:
«Mañana nos rendiremos, y haréis de nosotros lo que mejor os parezca.»
Al día siguiente, Saúl distribuyó la tropa en tres cuerpos; irrumpieron en el
campamento enemigo al relevo de la madrugada, y estuvieron matando amonitas hasta
que calentó el sol; los enemigos que quedaron vivos se dispersaron, de forma
que no iban dos juntos. Entonces, el pueblo dijo a Samuel:
« ¡A ver, los que decían que Saúl no reinaría! ¡Entregadlos, que los haremos
morir!»
Pero Saúl dijo:
«Hoy no ha de morir nadie, porque hoy el Señor ha salvado a Israel.»
Y Samuel dijo a toda la gente:
«Vamos todos a Guilgal a inaugurar allí la monarquía.»
Todos fueron a Guilgal y coronaron allí a Saúl ante el Señor; y Saúl y los
israelitas ofrecieron al Señor sacrificios de comunión y celebraron allí una
gran fiesta.
RESPONSORIO Sal 17, 47. 48b. 51
R. Viva el Señor, bendita sea mi roca, sea ensalzado mi Dios y
Salvador; * él me libró de mis enemigos.
V. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu
Ungido.
R. Él me libró de mis enemigos.
SEGUNDA LECTURA
Del libro de santa Teresa de Ávila sobre el Camino de perfección.
(Cap. 30, 1-5)
VENGA TU REINO
¿Quién hay, por disparatado que sea, que cuando pide a una persona grave no
lleva pensado cómo pedirla, para contentarle y no serle desabrido, y qué le ha
de pedir, y para qué ha menester lo que le ha de dar, en especial si pide cosa
señalada, como nos enseña que pidamos nuestro buen Jesús? Cosa me parece para
notar. ¿No pudierais, Señor mío, concluir con una palabra y decir: «Dadnos,
Padre, lo que nos conviene»? Pues a quien tan bien lo entiende todo, no parece
era menester más.
¡Oh Sabiduría eterna! Para entre vos y vuestro Padre esto bastaba, que así lo
pedisteis en el huerto: mostrasteis vuestra voluntad y temor, mas os dejasteis
en la suya. Mas a nosotros nos conocéis, Señor mío, que no estamos tan rendidos
como lo estabais vos a la voluntad de vuestro Padre, y que era menester pedir
cosas señaladas para que nos detuviésemos en mirar si nos está bien lo que
pedimos, y si no, que no lo pidamos. Porque, según somos, si no nos dan lo que
queremos (con este libre albedrío que tenemos), no admitiremos lo que el Señor
nos diere; porque, aunque sea lo mejor, como no vemos luego el dinero en la
mano, nunca nos pensamos ver ricos.
Pues dice el buen Jesús que digamos estas palabras en que pedimos que venga en
nosotros un tal reino:
Santificado sea tu nombre, venga en nosotros tu reino.
Ahora mirad, qué sabiduría tan grande de nuestro Maestro. Considero yo aquí y
es bien que entendamos, qué pedimos en este reino. Mas como vio su majestad que
no podíamos santificar, ni alabar, ni engrandecer, ni glorificar este nombre
santo del Padre eterno, conforme a lo poquito que podemos nosotros (de manera
que se hiciese como es razón), si no nos proveía su majestad con darnos acá su
reino, por ello lo puso el buen Jesús lo uno cabe lo otro. Porque entendamos
esto que pedimos, y lo que nos importa importunar por ello, y hacer cuanto
pudiéremos para contentar a quien nos lo ha de dar, os quiero decir aquí lo que
yo entiendo. El gran bien que me parece a mí hay en el reino del cielo, con
otros muchos, es ya no tener cuenta con cosa de la tierra, sino un sosiego y
gloria en sí mismos, un alegrarse que se alegren todos, una paz perpetua, una
satisfacción grande en sí mismos, que les viene de ver que todos santifican y
alaban al Señor, y bendicen su nombre y no le ofende nadie. Todos le aman, y la
misma alma no entiende en otra cosa sino en amarle, ni puede dejarle de amar,
porque le conoce. Y así le amaríamos acá, aunque no en esta perfección, ni en
un ser; mas muy de otra manera le amaríamos de lo que le amamos, si le
conociésemos.
RESPONSORIO
R. El que sabe dar buenos dones a sus hijos nos impulsa a pedir y a
buscar. * Recibiremos con más abundancia, si creemos con más
confianza, y esperamos con más firmeza, y deseamos con más ardor.
V. Con frecuencia la oración se expresa mejor con gemidos que con
palabras, más con el llanto que con los labios.
R. Recibiremos con más abundancia, si creemos con más confianza, y
esperamos con más firmeza, y deseamos con más ardor.
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 30 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (8,28-34)*
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan
furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a
atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado
abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron
todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a
donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
PRECES
Demos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido
santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados:
Santifica, Señor, a tus hermanos.
Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor de tu
resurrección
y haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean
agradables.
Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos,
sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a
los ojos del mundo.
Tú que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el
nuevo día, signo de tu amor,
renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.
Haz que durante este día estemos en paz con todo el mundo
y que a nadie devolvamos mal por mal.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre
deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos
nacido en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Santos Protomártires de la Iglesia Romana*
Tanto el historiador pagano
Tácito, en su obran Annales, como el Papa Clemente, en su Carta a los
Corintios, testifican que muchos cristianos sufrieron martirio en medio de
indecibles tormentos con la persecución desencadenada por el emperador Nerón
después del incendio de Roma, en el año 64.
Algunos de ellos fueron quemados
como antorchas humanas en los banquetes nocturnos, otros crucificados o echados
como alimento de animales salvajes. Estos mártires murieron antes que San Pablo
y San Pedro y son llamados "Los discípulos de los Apóstoles".
Otros Santos: Marcial (Marciano),
Beltrán, obispos; Cayo; Lucinia, Emiliana, Donato, mártires; Ostiano, Teobaldo,
Alrico, Alpiniano, Andrónico, Apolo, confesores; Cayo, presbítero; León,
subiácono; Agabo, profeta.
MIERCOLES SEMANA I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HORA DE LA TARDE.
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
Al romper el día
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al de la tarde
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Ant 2. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Ant 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE St 1, 22. 25
Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla, engañándoos a
vosotros mismos. El que se concentra en el estudio de la ley perfecta (la que
hace libre) y es constante no como oyente olvidadizo, sino para ponerla por
obra, éste encontrará la felicidad en practicarla.
RESPONSORIO BREVE
V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
PRECES
Oremos, hermanos, a Dios Padre, que en su amor nos mira como
hijos, y digámosle:
Muéstranos, Señor, la abundancia de tu amor.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia: guárdala de todo mal
y haz que crezca en tu amor.
Que todos los pueblos, Señor, te reconozcan como al único Dios verdadero,
y a Jesucristo como al Salvador que tú has enviado.
A nuestros parientes y bienhechores concédeles tus bienes
y que tu bondad les dé la vida eterna.
Te pedimos, Señor, por los trabajadores que sufren: alivia sus dificultades
y haz que todos los hombres reconozcan su dignidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
En tu misericordia acoge a los que hoy han muerto
y dales posesión de tu reino.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos a nuestro
Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestras súplicas y protégenos durante el día y
durante la noche: tú que eres siempre inmutable, da firmeza a los que vivimos
sujetos a la sucesión de los tiempos y de las horas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.