*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Expedito*
19 de Abril
TIEMPO
PASCUAL
LUNES
DE SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III
19 de abril
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno: LA BELLA FLOR QUE EN EL SUELO
La bella flor que en el suelo
plantada se vio marchita
ya torna, ya resucita,
ya su olor inunda el cielo.
De tierra estuvo cubierta,
pero no fructificó
del todo, hasta que quedó
en un árbol seco injerta.
Y, aunque a los ojos del suelo
se puso después marchita,
ya torna, ya resucita,
ya su olor inunda el cielo.
Toda es de flores la fiesta,
flores de finos olores,
mas no se irá todo en flores,
porque flor de fruto es ésta.
Y, mientras su Iglesia grita
mendigando algún consuelo,
ya torna, ya resucita,
ya su olor inunda el cielo.
Que nadie se sienta muerto
cuando resucita Dios,
que, si el barco llega al puerto,
llegamos junto con vos.
Hoy la Cristiandad se quita
sus vestiduras de duelo.
Ya torna, ya resucita,
ya su olor inunda el cielo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi corazón y mi carne se alegran por ti, Dios vivo. Aleluya.
Salmo 83 - AÑORANZA DEL TEMPLO
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de altura en altura
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Un solo día en tu casa
vale más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón y mi carne se alegran por ti, Dios vivo. Aleluya.
Ant 2. Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.
Cántico: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN LA CIMA DE LOS MONTES Is
2, 2-5
Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán : «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos,
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley,
de Jerusalén la palabra del Señor.»
Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven;
caminemos a la luz del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.
Ant 3. Decid a los pueblos: El Señor es rey. Aleluya.
Salmo 95 - EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.»
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Decid a los pueblos: El Señor es rey. Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje
de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como
Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás
salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca
hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
V. El que por nosotros colgó del madero.
R. Aleluya. Aleluya.
V. Gloria al Padre,y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
V. Mi
corazón y mi carne. Aleluya.
R. Se alegran por el Dios vivo. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis 7, 1-17
UNA GRAN MULTITUD ES SELLADA CON EL SELLO DE DIOS
Yo, Juan, vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra; y
sujetaban a los cuatro vientos de ella, para que no soplase viento sobre la
tierra ni sobre el mar ni sobre árbol alguno. Vi subir de la parte del oriente
a otro ángel, que tenía el sello del Dios vivo. Y gritó con voz potente,
dirigiéndose a los cuatro ángeles, a quienes se había dado poder para dañar a
la tierra y al mar:
«No hagáis daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que no hayamos
sellado en la frente a los siervos de nuestro Dios.»
Oí el número de los sellados: Eran ciento cuarenta y cuatro mil los sellados de
todas las tribus de Israel. De la tribu de Judá, doce mil sellados; de la tribu
de Rubén, doce mil; de la tribu de Gad, doce mil; de la tribu de Aser, doce
mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil; de la
tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de
Isacar, doce mil; de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce
mil; de la tribu de Benjamín, doce mil sellados.
Después de esto tuve otra visión. Y vi una muchedumbre inmensa, que nadie
podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del
trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos
y gritan con fuerte voz:
«La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los ángeles que estaban en pie alrededor del trono, de los ancianos y
de los cuatro seres, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y
adoraron a Dios, diciendo:
«Amén. La bendición y la gloria, y la sabiduría, y la acción de gracias, y el
honor, y el poder, y la fuerza son de nuestro Dios por los siglos de los
siglos. Amén.»
Uno de los ancianos tomó la palabra y me dijo:
«Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han
venido?»
Yo le respondí:
«Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió:
«Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y
las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono
de Dios, dándole culto día y noche en su santuario; y el que está sentado en el
trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed; ya no los
molestará el sol ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono
los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios
enjugará toda lágrima de sus ojos.»
RESPONSORIO Ap 7, 13. 14; 6, 9
R. «Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de
dónde han venido?» Y me fue respondido: * «Esos
son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han
blanqueado con la sangre del Cordero.» Aleluya.
V. Vi al pie del altar las almas de los que habían sido degollados
por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que habían dado.
R. Ésos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus
vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
Del Comentario de san Beda el Venerable, presbítero, sobre la
primera carta de san Pedro
(Cap. 2: PL 93. 50-51)
LINAJE ESCOGIDO, SACERDOCIO REGIO
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio. Este título honorífico fue
dado en otro tiempo por Moisés al antiguo pueblo de Dios, y ahora con toda
razón lo da el apóstol Pedro a los gentiles, porque han creído en Cristo, el
cual, como piedra angular, ha reunido a todos los hombres para que tengan parte
en aquella salvación que era antes exclusiva del pueblo de Israel.
Los llama linaje escogido a causa de su fe, para distinguirlos de aquellos
otros que, al desechar al que es la piedra viva, se han hecho ellos mismos
dignos de ser desechados.
Los llama también sacerdocio regio, porque están unidos al cuerpo de aquel que
es el rey supremo y sacerdote verdadero, que, en su calidad de rey, da el reino
a los suyos y, en su calidad de pontífice, limpia los pecados de ellos con la
oblación de su propia sangre. Les da el nombre de sacerdocio regio, para que no
olviden la esperanza del reino perpetuo y la obligación que tienen de ofrecer
continuamente a Dios el sacrificio de una conducta inmaculada.
Son llamados también nación santa y pueblo adquirido, de conformidad con lo que
dice el apóstol Pablo, explicando la afirmación del profeta: «El justo vivirá
por la fe, pero si vuelve atrás no pondré más en él mi complacencia.» Nosotros
no somos de los que se vuelven atrás para su perdición, sino hombres de fe que
vamos hacia la salvación de nuestras almas. Y dice también en los Hechos de los
apóstoles: El Espíritu Santo os ha constituído como pastores de la Iglesia de
Dios. que él adquirió con la sangre de su Hijo. Así, pues, por la sangre de
nuestro Redentor hemos sido hechos pueblo adquirido, como lo era en otro tiempo
el pueblo de Israel, redimido de Egipto por la sangre del cordero.
Por esto en el versículo siguiente, reflexionando también sobre el sentido
figurativo de la historia de Israel, enseña cómo obtiene su perfecto
cumplimiento en el nuevo pueblo de Dios, diciendo: Para proclamar sus hazañas.
Pues, del mismo modo que los israelitas, liberados por Moisés de la esclavitud
de Egipto, después del paso del mar Rojo y del hundimiento del ejército del
Faraón, cantaron al Señor un himno triunfal, también nosotros, después de haber
recibido en el bautismo el perdón de los pecados, debemos tributar a Dios una
digna acción de gracias por estos beneficios espirituales.
Porque los egipcios, que afligían al pueblo de Dios y que por eso eran como un
símbolo de las tinieblas y de la tribulación, significan adecuadamente los
pecados que nos perseguían, pero que fueron borrados por el bautismo. También
la liberación de los hijos de Israel y su conducción hacia la patria en otro
tiempo prometida, concuerda con el misterio de nuestra redención, por la cual
tendemos, mediante la iluminación y la guía de la gracia de Cristo, hacia la
luz de la morada celestial; de esta luz de la gracia era también símbolo
aquella nube y columna de fuego que durante todo el camino los defendió de las
tinieblas de la noche y los llevó, por un sendero inefable, hasta la posesión
de la tierra prometida.
RESPONSORIO 1Pe 2, 9; Dt 7, 7; 13, 5
R. Vosotros sois linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por
Dios, * para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la
tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Aleluya.
V. El Señor os eligió y os sacó de la casa de la esclavitud.
R. Para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla
y a entrar en su luz maravillosa. Aleluya.
*Lecturas de la 3ª Semana del Tiempo Pascua
Ciclo B*
Lunes, 19 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (6,22-29)*
Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus
discípulos lo vieron caminando sobre el mar. Al día siguiente, la gente que se
había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una
barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus
discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían
comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que
ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en
busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino
porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece,
sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo
del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Trabajad por conseguir no el alimento perecedero, sino el alimento
que permanece y da vida eterna. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Trabajad por conseguir no el alimento perecedero, sino el alimento
que permanece y da vida eterna. Aleluya.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, a quien el Padre ha enaltecido dándole en
herencia todas las naciones, y digámosle suplicantes:
Por tu victoria, sálvanos, Señor.
Señor Jesucristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, venciendo
la muerte y el pecado,
haz que también nosotros venzamos hoy el pecado.
Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida,
concédenos andar hoy por la senda de esta vida nueva.
Tú que diste vida a los muertos, haciendo pasar a la humanidad entera de la
muerte a la vida,
concede el don de la vida eterna a cuantos se relacionarán hoy con nosotros.
Tú que llenaste de confusión a los que hacían guardia ante tu sepulcro y
alegraste a los discípulos con tus apariciones,
llena de gozo a cuantos te sirven.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al
Padre que su reino llegue a nosotros:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan
extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los
cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan,
y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Expedito*
Santo de la Causas Justas y Urgentes
Es contemporáneo de Santa Filomena, y su martirio ocurrió el 19 de
Abril del año 303.
Vivió a principios del siglo IV bajo el imperio de Diocleciano,
emperador que años más tarde lo mandaría a matar. Era el comandante de una
legión de soldados romanos. Por orden del emperador Diocleciano, fue
sacrificado en Melitene, sede de una de la Provincias Romanas en Armenia. Junto
con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico
y Rufo.
A pesar de ser un soldado romano, encargado de defender el Imperio
de Roma, cierto día, la gracia de Dios tocó su corazón y se convirtió al
Cristianismo. Según dicen en el momento de la conversión un cuervo trató de
persuadirlo que lo dejase para MAÑANA.
Como buen soldado, san Expedito reaccionó enérgicamente aplastando
al cuervo diciendo repetidas veces HOY. No dejaré nada para MAÑANA, a partir de
HOY seré cristiano.
San Expedito es reconocido por el Don para resolver necesidades
urgentes pero también es Patrono de los Jóvenes, Socorro de los Estudiantes,
Mediador en los Procesos y Juicios, Salud de los Enfermos, Protector en los
Problemas de Familia, Laborales y Negocios, pudiendo ser invocado en otros
casos.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CANTARÁN, LLORARÁN RAZAS Y HOMBRES
Cantarán, llorarán razas y hombres,
buscarán la esperanza en el dolor,
el secreto de vida es ya presente:
resucitó el Señor.
Dejarán de llorar los que lloraban,
brillará en su mirar la luz del sol,
ya la causa del hombre está ganada:
resucitó el Señor.
Volverán entre cánticos alegres
los que fueron llorando a su labor,
traerán en sus brazos la cosecha:
resucitó el Señor.
Cantarán a Dios Padre eternamente
la alabanza de gracias por su don,
en Jesús ha brillado su Amor santo:
resucitó el Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor será tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor.
Aleluya.
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor será tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor.
Aleluya.
Ant 2. La trampa se rompió y escapamos. Aleluya.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La trampa se rompió y escapamos. Aleluya.
Ant 3. Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
Aleluya.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
Aleluya.
LECTURA BREVE Hb 8, 1b-3a
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la
Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda
de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo
sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
RESPONSORIO BREVE
V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
V. Al ver al Señor.
R. Aleluya. Aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Ésta es la obra de Dios: que creáis plenamente en aquel que él ha
enviado. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ésta es la obra de Dios: que creáis plenamente en aquel que él ha
enviado. Aleluya.
PRECES
Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo, a cuya humanidad dio
vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y
digámosle:
Renueva y da vida a todas las cosas, Señor.
Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que, ya desde ahora,
con el espíritu vivamos en tu reino,
donde estás sentado a la derecha del Padre.
Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos,
condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de toda verdad.
Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu
victoria,
y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz
imperecedera,
y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a nuestros hermanos
difuntos.
Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de
Dios y por ello nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan
extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los
cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan,
y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.