Domingo, 14
de marzo de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (3,14-21)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del
hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen
en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para
juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no
será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre
del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y
los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues
todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no
verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la
luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»
Palabra del Señor
(Tanto
amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de
los que creen en él, sino que tengan vida eterna).
*Este
es el versículo que más se repite dentro de las personas, y cada vez que me
toca aplicarlo a mi vida lo entiendo meno. El Señor vino para enseñar una
manera de amar distinta a la que tengo y me regala a su hijo, para que pueda
creer, y creer significa para mí, dejar que la luz de la palabra penetre dentro
de mi vida, y la luz es para mí es el amor, y como respondo a este amor. Pobre de
mí, porque mí, respuesta a este amor está llena de infidelidades, porque no soy
sincero, ni con migo mismo; por poner tan solo un ej. (Yo sé que tener sobre
peso, me hace daño), entonces ¿por qué como alimentos que me hacen daño? Comer
lo que me hace daño es una muestra de que no siento amor por mí, ni por las
personas que me quieren porque van a sufrir, si caigo en cama, con una
enfermedad, por no dejar de comer lo que me hace daño. El Señor ha dado su vida
por la mía, y me quiere enseñar a dar la mía por los demás*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.