Lecturas de
la 33º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Viernes, 20 de noviembre de 2020
Primera lectura
Lectura del
libro del Apocalipsis (10,8-11):
Yo, Juan, escuché la voz del cielo que se puso a hablarme de nuevo diciendo:
«Ve a tomar el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el
mar y la tierra».
Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. Él me dice:
«Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en tu boca será dulce como la
miel».
Tomé el librito de mano del ángel y lo devoré; en mi boca sabía dulce como la
miel, pero, cuando lo comí, mi vientre se llenó de amargor.
Y me dicen:
«Es preciso que profetices de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y
reinos».
Palabra de Dios
Salmo
Sal
118,14.24.72.103.111.131
R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
V/. Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R/.
R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
V/. Tus preceptos son mi delicia,
tus enseñanzas son mis consejeros. R/.
R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
V/. Más estimo yo la ley de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R/.
R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
V/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca! R/.
R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
V/. Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón. R/.
R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
V/. Abro la boca y respiro,
ansiando tus mandamientos. R/.
R/. ¡Qué
dulce al paladar tu promesa, Señor!
Viernes, 20 de noviembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (19,45-48):
45 Entrando en el Templo, comenzó a
echar fuera a los que vendían,
46 diciéndoles: «Está escrito: = Mi Casa
será Casa de oración. = ¡Pero vosotros la habéis hecho = una cueva de
bandidos!» =
47 Enseñaba todos los días en el Templo. Por
su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo
buscaban matarle,
48 pero no encontraban qué podrían hacer,
porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.
Palabra del Señor
«Mi Casa será Casa de oración. = ¡Pero vosotros la habéis hecho =
una cueva de bandidos!»
*Cada día necesito reconocer más lo que hay dentro de mí. Es cierto que
hago negocios con la casa del Señor, porque mi cuerpo, es Templo del Espíritu
Santo. El Señor me invista a que vista mi cuerpo de manera correcta, que no sea
motivo de escándalo para otros, me invita a cuidar mi cuerpo. Porque mi cuerpo
está hecho a imagen y semejanza del Señor. Es por eso que el Señor tan bien de
una manera sabia me invita a cuidar mi corazón del: odio, la envidia, el
rencor, la ira, la soberbia, y a cuidar mi boca y mis labios de las malas
palabras y las mentiras. El Señor quiere entra en mi vida, en mi historia y
sacar todas esas inmundicia, que he dejado entrar en mi cuerpo. La buena
noticia para mi es que aunque no esté de acuerdo, el Señor tomara el control de
mi vida y que bueno, porque es para mí bien*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.