Lunes, 16 de noviembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (18,35-43):
35 Sucedió que, al acercarse él a
Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna;
36 al oír que pasaba gente, preguntó qué era
aquello.
37 Le informaron que pasaba Jesús el Nazoreo
38 y empezó a gritar, diciendo: « ¡Jesús,
Hijo de David, ten compasión de mí!»
39 Los que iban delante le increpaban para
que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de
mí!»
40 Jesús se detuvo, y mandó que se lo
trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó:
41 « ¿Qué quieres que te haga?» El dijo: « ¡Señor,
que vea!»
42 Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado.»
43 Y al instante recobró la vista, y le
seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.
Palabra del Señor
(« ¿Qué quieres que te haga?» Él dijo: « ¡Señor,
que vea!»).
*Me llama a la atención el deseo del ciego, (Señor
“Que vea”) y para entender este deseo tengo que desear algo que ahora no lo
tengo; como dice un dicho; nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde. Qué
es lo que he perdido tan importarte que, me haga gritar “Jesús Hijo de David
ten piedad de mí, y es algo que solo el Señor tiene el poder. El Señor me
invita a buscar dentro de mi aquello que me hace falta para seguir cerca de él.
Y buscando puede encontrar que me falta algo que he perdido y me hace mucha
falta eso se llama “Sinceridad” me hace mucha falta ser sincero, todavía de mis
labios, salen mentira, salen palabras feas, salen palabras que hieren. La buena
noticia para mi es que el Señor me quiere ayudar y me pregunta ¿Qué
quieres que haga por ti? El Señor espera y yo lo deseo que mi respuesta sea,
Señor, que yo aprenda a ser “Sincero” en todo y con todos*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.