*Mi casa y yo serviremos al Señor*
*Oración dominical*
*Como hacer “La Oración Dominical” en familia*
1. *Reunida la familia se inicia con una oración*
2. *A continuación se lee el Evangelio del Domingo*
3. *Invitar a que comente algo sobre la lectura del Evangelio*
4. *El padre o la Madre les explica un poco la lectura según sus
posibilidades*
Lecturas del Domingo 30º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Domingo, 25 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40):
34 Más los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a
los saduceos, se reunieron en grupo,
35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de
ponerle a prueba:
36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor
de la Ley?»
37 Él le dijo: = «Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
38 Este es el mayor y el primer mandamiento.
39 El segundo es semejante a éste: = Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. =
40 De estos dos mandamientos penden toda la
Ley y los Profetas.»
Palabra
del Señor
(«Amarás al Señor,
tu Dios, y Amarás a tu prójimo como a ti mismo »).
*En tiempo de Jesús, apenas un niño comenzaba
hablar, era deber del padre iniciar poco a poco enseñarle a recitar esta
oración:
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
mente.» Era imposible que Jesús durante 33 años recitando esta oración no se la
supiera. El Señor les dice que el segundo mandamiento,
es semejante, es como si fueran gemelos o mellizos, muy parecido, al primero. Y
como se refleja esto en mi vida, porque digo ser cristiano, que amo a Dios, que
Dios es todo para mí, sin Dios yo no soy nada. Esas poesías no me sirven,
porque hay personas que no son de mi agrado y hago lo posible para no hablar,
ni saludar a esa persona, oír su voz me da cosa. El Señor me dice muy claro
para amar a Dios, tengo que amar al prójimo*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Recuerda la bendición a los hijos*