Abre, Señor, mi boca para bendecir
tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y
ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna,
atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la
presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
SÁBADO DE LA SEMANA
XVIII
Del Común de los santos varones: para los santos religiosos. Salterio II
8 de agosto
SANTO DOMINGO, presbítero. (MEMORIA).
Nació en Caleruega (España), alrededor del año 1170. Estudió teología en
Palencia y fue nombrado canónigo de la Iglesia de Osma. Con su predicación y
con su vida ejemplar, combatió con éxito la herejía albigense. Con los
compañeros que se le adhirieron en esta empresa, fundó la Orden de
Predicadores. Murió en Bolonia el día 6 de agosto del año 1221.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor,
aclamemos al Dios admirable en sus santos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor,
aclamemos al Dios admirable en sus santos.
Himno: VOSOTROS SOIS LUZ DEL MUNDO.
Vosotros sois luz del mundo
y ardiente sal de la tierra,
ciudad esbelta en el monte,
fermento en la masa nueva.
Vosotros sois los sarmientos,
y yo la Vid verdadera;
si el Padre poda las ramas,
más fruto llevan las cepas.
Vosotros sois la abundancia
del reino que ya está cerca,
los doce mil señalados
que no caerán en la siega.
Dichosos, porque sois limpios
y ricos en la pobreza,
y es vuestro el reino que sólo
se gana con la violencia. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu
fidelidad.
Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA
VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana proclamamos, Señor,
tu misericordia y de noche tu fidelidad.
Ant 2. Dad gloria a nuestro Dios.
Cántico: BENEFICIOS DE DIOS PARA CON SU PUEBLO Dt 32, 1-12
Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como sereno sobre el césped;
voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y recto.
Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿no es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?
Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre y te lo contará,
a tus ancianos y te lo dirán:
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad,
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue la parte de su heredad.
Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.
Como el águila incita a su nidada,
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
El Señor solo los condujo
no hubo dioses extraños con él.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gloria a nuestro Dios.
Ant 3. ¡Qué admirable es tu nombre,
Señor, en toda la tierra!
Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Qué admirable es tu nombre,
Señor, en toda la tierra!
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Y sus pasos no vacilan.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Señor,
enséñame tus caminos.
R. Instrúyeme en tus sendas.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Malaquías 3, 1—4, 6
EL DÍA DEL SEÑOR
Esto dice el Señor:
«Mirad, yo os envío a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí, y
pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero
de la alianza que vosotros deseáis: he aquí que viene —dice el Señor de los
ejércitos—. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie
cuando aparezca?
Será como un fuego de fundidor, como lejía de lavandero: se sentará como un
fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví
y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la
ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años
antiguos. Os llamaré a juicio, Seré un testigo exacto contra hechiceros y
adúlteros, y contra los que juran en falso, contra los que defraudan el salario
al obrero, oprimen viudas y huérfanos, y hacen injusticia al forastero, sin
ningún temor de mí —dice el Señor de los ejércitos—.
Yo, el Señor, no he cambiado, pero vosotros, hijos de Jacob, no habéis
terminado. Desde los tiempos de vuestros padres os habéis apartado de mis
preceptos y no los observáis. Convertíos a mí y me convertiré a vosotros —dice
el Señor de los ejércitos—. Vosotros objetáis: "¿Cómo es que nos
convertiremos? ¿Puede acaso un hombre defraudar a Dios?" Si, vosotros me
defraudáis a mí, y todavía andáis diciendo: "¿En qué te hemos
defraudado?" En los diezmos y en los tributos sagrados. Habéis incurrido
en maldición, pues toda la nación me defrauda.
Llevad el diezmo íntegro al tesoro del templo, para que haya alimento en mi
casa, y ponedme así a prueba —dice el Señor de los ejércitos—, a ver si no os
abro las compuertas del cielo y no envío sobre vosotros bendición sin medida.
Ahuyentaré de vosotros la langosta para que no destruya la cosecha ni despoje
los viñedos. Todas las naciones os felicitarán porque seréis una tierra de
delicias -lo dice el Señor de los ejércitos-.
Vuestros discursos son arrogantes contra mí. Vosotros objetáis: "¿Cómo es
que hablamos arrogantemente?" Porque decís: "No vale la pena servir
al Señor; ¿qué sacamos con guardar sus mandamientos?, ¿para qué andar en duelo
en presencia del Señor de los ejércitos? Al contrario: nos parecen dichosos los
malvados; aun haciendo el mal les va bien, provocan a Dios y quedan
impunes."
Así hablaron entre sí los que temían a Dios. Pero el Señor puso atención y los
oyó, y se escribió ante él un libro memorial en favor de los que lo temen y
respetan su nombre. Serán ellos propiedad mía personal —dice el Señor de los
ejércitos— en el día que yo preparo. Me compadeceré de ellos, como un padre se
compadece del hijo que lo sirve. Entonces veréis la diferencia entre justos e
impíos, entre los que sirven a Dios y los que no lo sirven. Porque mirad que
llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los
quemaré el día que ha de venir —dice el Señor de los ejércitos— y no quedará de
ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la
salud en sus rayos; vosotros saldréis brincando como terneros del establo.
Pisotearéis a los malvados, que serán como polvo bajo las plantas de vuestros
pies; el día en que yo actuaré —dice el Señor de los ejércitos—.
Acordaos de la ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb
preceptos y normas para todo Israel. Mirad, os enviaré al profeta Elías antes
de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los
padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no
tenga que venir yo a destruir la tierra.»
RESPONSORIO Ml 3, 1; Lc 1, 76
R. Mirad, yo
os envío a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. * Entrará
en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza
que vosotros deseáis.
V. Y a ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.
R. Entrará en el santuario el Señor a quien
vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis.
SEGUNDA LECTURA
De varios escritos de la Historia de la Orden de los
Predicadores
(Libellus de principiis Ordinis Praedicatorum; Acta canonizationis sancti
Dominici: Monumenta Ordinis Praedicatorum historica 16, Roma 1935, pp. 30ss.
146-147)
HABLABA CON DIOS O DE DIOS
La vida de Domingo era tan virtuosa y el fervor de su
espíritu tan grande, que todos veían en él un instrumento elegido de la gracia
divina. Estaba dotado de una firme ecuanimidad de espíritu, ecuanimidad que
sólo lograban perturbar los sentimientos de compasión o de misericordia; y,
como es norma constante que un corazón alegre se refleja en la faz, su porte
exterior, siempre gozoso y afable, revelaba la placidez y armonía de su
espíritu. En todas partes, se mostraba, de palabra y de obra, como hombre
evangélico. De día, con sus hermanos y compañeros, nadie más comunicativo y
alegre que él. De noche, nadie más constante que él en vigilias y oraciones de
todo género. Raramente hablaba, a no ser con Dios, en la oración, o de Dios, y
esto mismo aconsejaba a sus hermanos.
Con frecuencia pedía a Dios una cosa: que le concediera una auténtica caridad,
que le hiciera preocuparse de un modo efectivo en la salvación de los hombres,
consciente de que la primera condición para ser verdaderamente miembro de
Cristo era darse totalmente y con todas sus energías a ganar almas para Cristo,
del mismo modo que el Señor Jesús, salvador de todos, ofreció toda su persona
por nuestra salvación. Con este fin instituyó la Orden de Predicadores,
realizando así un proyecto sobre el que había reflexionado profundamente desde hacía
ya tiempo.
Con frecuencia exhortaba, de palabra o por carta, a los hermanos de la
mencionada Orden, a que estudiaran constantemente el nuevo y el antiguo
Testamento. Llevaba siempre consigo el evangelio de san Mateo y las cartas de
san Pablo, y las estudiaba intensamente, de tal modo que casi las sabía de
memoria.
Dos o tres veces fue elegido obispo, pero siempre rehusó, prefiriendo vivir en
la pobreza, junto con sus hermanos, que poseer un obispado. Hasta el fin de su
vida conservó intacta la gloria de la virginidad. Deseaba ser flagelado,
despedazado y morir por la fe cristiana. De él afirmó el papa Gregorio noveno:
«Conocí a un hombre tan fiel seguidor de las normas apostólicas, que no dudo
que en el cielo ha sido asociado a la gloria de los mismos apóstoles.»
RESPONSORIO Cf. Sir 48, 1; Ml 2, 6
R. Surgió
como un fuego un nuevo heraldo de la salvación, * y
sus palabras eran como un horno encendido.
V. Una doctrina auténtica llevaba en su boca, y
en sus labios no se hallaba maldad.
R. Y sus palabras eran como un horno encendido.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (17,14-20):
14 Cuando llegaron donde la gente, se
acercó a él un hombre que, arrodillándose ante él,
15 le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está
mal; pues muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.
16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido
curarle.»
17 Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo
estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá!
18 Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde
aquel momento.
19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le
dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?
20 Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os
aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte:
"Desplázate de aquí allá", y se desplazará, y nada os será imposible.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Mi porción es el Señor; bueno es el Señor para el alma que lo
busca.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi porción es el Señor; bueno es
el Señor para el alma que lo busca.
PRECES
Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos
enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días,
aclamémosle diciendo:
Tú solo eres santo, Señor.
Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,
compadécete de nuestras debilidades.
Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,
danos el progresar por caminos de santidad.
Señor Jesús, que nos quieres sal de la tierra y luz del mundo,
ilumina nuestras vidas con tu propia luz.
Señor Jesús, que viniste al mundo no para que te sirvieran, sino para servir,
haz que sepamos servir con humildad a ti y a nuestros hermanos.
Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,
haz que un día podamos contemplar la claridad de tu gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos ahora al Padre, como nos enseñó el mismo Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Que tu Iglesia, Señor, encuentre siempre luz en las enseñanzas de
santo Domingo y protección en sus méritos: que él, que durante su vida fue
predicador insigne de la verdad, sea ahora para nosotros un eficaz intercesor
ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LUZ MENSAJERA DE GOZO.
Luz mensajera de gozo,
hermosura de la tarde,
llama de la santa gloria,
Jesús, luz de los mortales.
Te saludamos, Señor,
oh luz del mundo que traes
en tu rostro sin pecado
pura la divina imagen.
Cuando el día se oscurece,
buscando la luz amable
nuestras miradas te siguen
a ti, lumbre inapagable.
Salve, Cristo venturoso,
Hijo y Verbo en nuestra carne,
brilla en tu frente el Espíritu,
das el corazón del Padre.
Es justo juntar las voces
en el descanso del viaje,
y el himno del universo
a ti, Dios nuestro, cantarte.
Oh Cristo que glorificas
con tu vida nuestra sangre,
acepta la sinfonía
de nuestras voces filiales. Amén.
SALMODIA
Ant 1. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la salida del sol hasta su
ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Ant 2. Alzaré la copa de la salvación,
invocando tu nombre, Señor.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alzaré la copa de la salvación,
invocando tu nombre, Señor.
Ant 3. El Señor Jesús se rebajó; por eso
Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp
2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor Jesús se rebajó; por eso
Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
LECTURA BREVE Hb 13, 20-21
El Dios de la paz, que sacó de entre los muertos, por la
sangre de la alianza eterna, al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús,
os haga perfectos en todo bien, para hacer su voluntad, cumpliendo en vosotros
lo que es grato en su presencia por Jesucristo, a quien sea la gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Cuántas son tus obras, Señor.
R. Cuántas son tus obras, Señor.
V. Y todas las hiciste con sabiduría.
R. Tus obras, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Cuántas son tus obras, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Jesús subió a un monte apartado a orar y, llegada la noche,
permaneció allí solo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Jesús subió a un monte apartado a
orar y, llegada la noche, permaneció allí solo.
PRECES
Recordando la bondad de Cristo, que se compadeció del pueblo
hambriento y obró en favor suyo los prodigios de su amor, digámosle con fe:
Escúchanos, Señor.
Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos recibido proceden de
tu bondad;
haz que no sean estériles, sino que den fruto, encontrando un corazón noble de
nuestra parte.
Dios nuestro, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que dan
testimonio de ti en el mundo,
y enciende en ellos el fuego de tu Espíritu.
Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus hermanos,
y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano.
A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos,
te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes,
visitándolos con tu bondad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dígnate agregar a los difuntos al número de tus escogidos,
cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, a quien confiadamente invocamos con el
nombre de Padre, intensifica en nosotros el espíritu de hijos adoptivos tuyos,
para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.