Sábado,
15 de agosto de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san
Lucas (1,39-56):
39 En aquellos días, se levantó María
y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo
el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo;
42 y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu seno;
43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo
el niño en mi seno.
45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron
dichas de parte del Señor!»
46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor
47 y mi espíritu = se alegra en Dios mi salvador =
48 porque = ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, = por eso
desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, = Santo es su nombre
=
50 = y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le
temen. =
51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en
su propio corazón.
52 = Derribó a los potentados = de sus tronos = y exaltó a los humildes.
=
53 = A los hambrientos colmó de bienes = y despidió a los ricos sin
nada.
54 = Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia =
55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de
su linaje por los siglos.»
56
María permanceció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
Palabra del
Señor
(Entró
María en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de
María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo)
*Tratar de imaginarme el sonido de las palabras que dijo “María” cuando
entro a casa de Zacarías e Isabel, no llegan a mi mente todavía, y como podría yo
sentir el impacto y la fuerza de aquel saludo, que cuando Isabel lo escuchó “Se
llenó Isabel del Espíritu Santo” y “saltó
la criatura en su vientre” yo he recibido
noticia o he tenido acontecimiento que se me ruboriza toda la piel o como
decimos aquí, se me pone la piel de gallina: A mí me gustaría que mi
corazón sea sensible a “La Palabra del Señor”, que al escuchar un saludo como
escucho Isabel de María, todo mi ser, también quede lleno del Espíritu Santo. Así
quiero que llegue a mí vida, ese saludo de María, y que mi alma y todo mi ser “quede
llenó del Espíritu Santo”. Y que pueda
hacer mías esas palabras dicha por los labios de Isabel «
¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo
para que me visite la madre de mi Señor?*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.