Sábado, 25 de abril de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (6,16-21):
AL oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.
Pero él les dijo:
«Soy yo, no temáis».
Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio adonde iban.
Palabra del Señor
AL oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.
Pero él les dijo:
«Soy yo, no temáis».
Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio adonde iban.
Palabra del Señor
*(El Señor les dijo: «Soy yo, no
temáis»)*
*Hay algunas enseñanzas que puedo sacar de
esta lectura. Puedo ver que cuando estoy un poco lejos del Señor hay algunos
síntomas de malestar que se acercan a mí como: el miedo, la soledad, el temor,
etc. Mas puedo ver cómo sale una palabra de fortaleza de los labios del Señor
“Soy yo, no temáis”. Esta palabra se me parece a los brazos de una madre cuando
se extienden para recoger a su criatura que está llorando, y cuando la criatura
siente el calor, el olor y la voz de su madre se calma porque se siente
protegida. Eso es lo que quiere el Señor que yo pueda experimentar cuando
escucho su palabra en los momentos cuando mi alma se siente oprimida, se siente
agobiada, se siente golpeada por distintas situaciones que se me presentan. El
Señor quiere que yo escuche en mi corazón esta voz suave y dulce que me dice
“Soy yo, no temáis”*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.