Miércoles, 7 de agosto de 2019
Lo que me dice el Evangelio de Mateo 15,21-28. Ciclo C («No está bien echar a los perros el pan de los
hijos.» «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas
que caen de la mesa de los amos.»).
*El amor de
una madre por sus hijos, es para mí el amor humanamente más grande que pueda
existir en esta tierra. Pareciera como que el Señor fue cruel con esta mujer,
más la enseñanza es para mí, muchas veces en mi forma de pedir, quiero obligar
al Señor, y no me enfoco en la historia, esta mujer meda un gran enseñanza, y
es que cuando mi dificultad sea superior a mis fuerzas, que me arroje a los
pies del Señor, sin aparentar, ni justificarme, mostrándole mi corazón al
desnudo, que ya él lo conoce. Porque las migajas que caen de las manos del
Señor, son migaja de amor, de comprensión, de ternura y de misericordia. El
amor que siente una madre por un hijo, son migaja, comparado con el amor, que tiene
el Señor por mí*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》