Viernes, 28 de septiembre de 2018
Lo
que me dice: El Evangelio de: (Lucas
9,18-22). («El Hijo del
hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos
sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.») *Pareciera como que el Señor me quiere llevar
por el camino del desencanto, como que sus palabras me invitan a distanciarme.
(Padecer, desechado, ejecutado y resucitar). De estas cuatros palabra la que
más me gusta es la que menos entiendo “Resucitar” y pienso en la resurrección
como algo muy hermoso y lleno de vida. La Resurrección es: la suma de padecer,
mas desechado, más ejecutado. Toda comida muy sabrosa, antes fue ejecutada. ¿Dónde
está la belleza de padecer? La belleza esta por quien se padece. Una mujer
padece en su vientre durante nueve meses y el resultado es un amor nuevo. Muy
bien pero ¿dónde está la belleza de ser desechado? Yo desecho lo que creo que
no me pude dar ningún benéfico o no me interesa (¿Por qué no desecho el pecado?
Porque me trae cierto gusto, me trae algunos beneficios personales y un poco de
alegría momentánea) (quiero la vida, pero desecho al que da la vida). ¿Y la
belleza de ser ejecutado dónde está? Jesús es la cerradura y al mismo tiempo la
puerta, y al ser ejecutado, quedan rotas las cerradura, se abren las puertas de
una vez y para siempre, para yo tener liberta de pasar de esta vida de pecado a
una vida nueva, y con la oportunidad de optar por la ciudadanía
celestial*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》