Sábado, 15 de septiembre de 2018
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Lo
que me dice: El Evangelio de: (Lucas
6,43-49). («No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado
que dé fruto sano) *Todos los
arboles el Señor lo hizo para ser
saludables. Al igual que yo ellos tiene mi mismo siclo de vida, nacen, cresen,
se reproducen y mueren. Yo estoy seguro que ningún albor quiere ser un árbol
enfermo. Un árbol se comienza a enfermar cuando sus raíces no encuentran agua
saludable, sino que es su lugar comienzan a consumir impurezas, también son
visitadas por las plagas. Pero ellos también van dando signo, que están enfermo
de que algo no está bien. Y los van manifestando para que yo pueda salir en su
ayuda, si no lo ayudo sus frutos lamentablemente serán malo. Como aplicar esta
lectura a mi vida. El Señor quiere que mis frutos sean bueno, él puede notar
cuando las raíces del amor que están en mi corazón, comienzan a fatigarse,
comienzan a deteriorases, se van marchitando poco a poco, y se puede notar en
mi forma de hablar, porque lo que dice mi boca es el sonido del eco que se
genera en mi corazón, si hablo con rabia es porque mi corazón está lleno de
rabia, si hablo con odio es porque en mi corazón hay raíces que están bebiendo
agua sucia y contaminada, si hablo con arrogancia y altanería una de mis raíces
llego a un lugar podrido, si hablo deprimido, con tristeza, angustia y
desesperanza, una de mis raíces llego a un vacío existencial. Pero si mi forma
de hablar es muy correcta, suave, entonada, con capacidad de llevar consuelo,
esperanzan, deseo de vivir al que me escucha, es porque la raíces de mi corazón
están bebiendo de la fuente inagotable del amor del Señor, que está dentro de
mi*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》