Miércoles, 29 de agosto de 2018
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Lo
que me dice: El Evangelio de: (Marcos
6,17-29). (Salió
la muchacha y preguntó a su madre: « ¿Qué voy a pedir?» Y ella le dijo: «La
cabeza de Juan el Bautista.»)
*Puedo ver dos personas sin cabeza en esta lectura, Juan que perdió la
cabeza por decir la verdad, y la muchacha que danzo que tenía un excelente y
hermosísimo cuerpo, pero no tenía cabeza. Puedo ver dos enseñanzas en esta
lectura, la primera es que puedo vivir en este mundo danzando sin cabeza.
¿Cuándo danzo sin cabeza? Cuando otra persona tiene que decidir por mí, porque
mi visión es muy borrosa, porque no alcanzo a distinguir lo bueno de lo malo,
cuando yo no tengo ni la más mínima idea de lo que es la libertad, porque en mí
no está el distinguir lo que está bien de lo que esta mal. Muchas veces me hago
el tonto porque yo sé muy bien cuando estoy haciendo algo malo, lo que pasa es
que lo disfruto, me causa placer, se siente bien cuando estoy haciendo lo mal
hecho, cuando yo estoy hablando mal de una persona yo sé que eso no está bien y
¿Por qué lo sigo haciendo? Porque me produce cierto placer, me produce una
sensación agradable. ¿Por qué no mastico el agua? Porque mi sentido natural me
hace saber, que el agua es para tragarla, para beberla. La segunda enseñanza, Juan
pierde la cabeza por decir la verdad, esta enseñanza de decir la verdad saca a
relucir en mí, el temor, el miedo, y puedo ver como en muchas ocasiones veo
cosas que no están bien y me quedo callado, porque tengo temor de perder, o
para que las persona no se pongan guapa con migo, o para que no me vallas a
retiras su amista. Vivir en la verdad es no negociar nunca con el pecado. La
verdad y el pecado, son como el agua y el aceite*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》