Lo
que me dice: El Santo Evangelio:
Viernes, 20 de abril de 2018 (Juan
6,52-59). (« Mi carne es verdadera comida,
y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita
en mí y yo en él.»). *Esta palabra produce en mi hoy mucha alegría, ya que el
Señor me está regalando una buena noticia, y esa noticia es para mí la parte
donde dice “MI CARNE ES VERDADERA COMIDA, Y MI SANGRE ES VERDADERA BEBIDA” Esto despierta en mí una gran Esperanza. Porque comiendo lo verdadero y bebiendo lo
verdadero del Señor, esto entra dentro de mí, dentro de mi alma, dentro de mí
ser y me va purificando y va sanando todas aquellas heridas que con el paso de
los años sean ido acumulando dentro de
mí. Pero puedo encontrar algo muy importante que no puedo dejar de mencionar y
es que para que esto se haga una realidad en mí, debo de desearlo profundamente
dentro de mí, debo pedir al Señor que me de una hambre extraordinaria por él. (En
ocasiones me han invitado a comer, y como no les tengo confianza, y tampoco se
si lo que me van a brindar me gusta, lo que hago es que como algo de comida
chatarra). Qué pena para mí, cuando veo este hermoso y suculento banquete preparado solo para mí, y solo lo puedo mirar. Esto me produce dos tristezas al
mismo tiempo, una causada por mi desconfianza con el que me invito y la segunda
tristeza lo mal que he hecho sentir aquella persona que con tanto agrado mando
a preparar todo ese esplendido banquete para mí, y yo pagarle con tan enorme
desprecio. Así se siente el Señor cuando yo no me creo esta palabra: “MI CARNE
ES VERDADERA COMIDA, Y MI SANGRE ES VERDADERA BEBIDA”*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》