Lo
que me dice: El Santo Evangelio:
Jueves, 15 de marzo de 2018 (Juan 5,
31-47). («Nunca habéis escuchado su voz,
ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió
no le creéis.»). *Hoy esta lectura no es para que yo busque un culpable
en el tiempo donde vivió del Señor. Es para que yo pueda entender el don, de la
alegría de la buena nueva de La Palabra del Señor. Esta palabra se encuentra
con el fango de mi egoísmo, de mi dureza, de mi incredulidad, y el Señor desea
que yo me revise bien, para que mi corazón se pueda abrir, al torrente de ese
manantial de amor, que quiere entrar a mi corazón, que por mi dureza tiene un
impedimento de parte de mí, de mi forma de ser, que no he aceptado el
testimonio de Juan, no he acogido las palabra de las escrituras, el Señor sabe
que su amor no ha penetrado en su totalidad dentro de mí. Juan me hace un
llamado a reconocer mis faltas, a que reconozca mis errores, mis defectos, y me
invita a cambiar de actitud, que es lo primero que tengo que hacer. Si me interesa
y me gusta La Palabra del Señor es para mí una oportunidad especias para que yo
pueda introducir todo mi ser en las mismas raíces de La Palabra del Señor. El
Señor me llama fuertemente a escuchar fielmente su palabra, para que así de una
manera especial él pueda entrar en mi vida, que es lo que a él más le interesa.
Y eso será para mí un motivo, de alegría, de salvación y de gozo, poder
disfrutar de la dulzura de las palabras del Señor*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》