Lo
que me dice: El Santo Evangelio:
Jueves, 8 de febrero de 2018 (Marcos 7,
24-30). (No está bien echarles a
los perros el pan de los hijos.» Pero ella replicó: «Tienes razón, Señor; pero
también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.»). *Este lenguaje del Señor suena como duro y
fuerte, como que no se corresponde a la misión sanadora del Señor, pero para mí
en el fondo es todo un lenguaje cargado de amor, y de ternura, porque
puedo ver que el amor del Señor no tiene distancia, ni barrera, ni color, ni
raza, ni frontera, está diseñado, especialmente para para llegar a mí vida.
El Señor se esconde precisamente en un lugar donde yo lo pueda ver, y me
muestra algo muy importante, que él tiene un punto débil, que se llama la
sinceridad, y me invita a ser sincero con migo mismo y con él, y seguro que
puedo tener paz, en medio de mis tormentas. Porque él, me conoce desde antes de
yo nacer, ya desde el vientre de mi madre él era mi Señor, y cuando me
reconozco, meno que nada, me hace recordar, que el que se humilla será
ensalzado. El Señor me está regalando la oportunidad de caminar en su presencia.
Para que un día yo pueda decir: Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante,
inclina su oído asía mí el día en que lo invoco, me envolvía redes de muerte,
caí en tristeza, la desesperación y en
la angustia, invoque el nombre del Señor, te ruego salva mí*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》