Musica Para el Alma

sábado, 14 de octubre de 2017

ORACION PARA INICIAR LA NOCHE

II ° Vísperas
Domingo por la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. Yo mismo te engendré entre esplendores sagrados, antes de la aurora. Aleluya.
Salmo 109,1-5.7
Oráculo del Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos estrado de tus pies."
Desde Sión extenderá el señor el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados yo mismo te engendré,
como rocío, antes de la aurora."
El señor lo ha jurado y no se arrepiente:
"Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec."
El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.
Ant. 1. Yo mismo te engendré entre esplendores sagrados, antes de la aurora. Aleluya.

Ant. 2. Dichosos los que tienen hambre y sed de ser justos, porque ellos serán saciados.
Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante,
sin falta, y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Ant. 2. Dichosos los que tienen hambre y sed de ser justos, porque ellos serán saciados.

Ant. 3. Alabad al Señor, sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya.
Cántico Ap. 19, 1-7
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Porque sus juicios son verdaderos y justos. Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos. Los que le teméis, pequeños y grandes. Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. Aleluya.
Llegó la boda del Cordero. Su esposa ha embellecido. Aleluya.
Ant. 3. Alabad al Señor, sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya.
LECTURA BREVE
(Hb. 12, 22-24)
Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a la asamblea de los innumerables ángeles, a la congregación de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino, al mediador de nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
RESPONSORIO BREVE
V. Nuestro Señor es grande y poderoso.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
V. Su sabiduría no tiene medida.
R. Nuestros Señor es grande y poderoso.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El poderoso ha hecho obras grandes por mí.
PRECES
Alegrémonos En el Señor, de quien vienen todos los dones, digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
- Padre y Señor, de todos, que enviaste a tu Hijo al mundo para que nombre fuese glorificado desde donde sale el sol hasta el ocaso, fortalece el testimonio de tu Iglesia entre los pueblos.
- Haz que seamos dóciles a la predicación de los apóstoles, y sumisos a la fe verdadera.
- Tú que amas la justicia, haz justicia a los oprimidos. Libera a los cautivos, abre los ojos al ciego, endereza a los que ya se doblan, guarda a los peregrinos.
- Haz que nuestros hermanos que duermen ya el sueño de la paz lleguen, por tu Hijo, a la Santa Resurrección.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Unidos entre nosotros y con Jesucristo, y dispuesto a perdonarnos siempre unos a otros, dirijamos al Padre nuestra súplica confiada: Padre nuestro...
ORACION
Señor Jesús, al finalizar nuestra oración vespertina consagramos a tu santa majestad los afectos e inspiraciones que nos concediste a lo largo del día para que enriquecidos bajo la luz de tu mirada alcancen nuevos beneficios. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CONCLUSIÓN
V. EL Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.