Musica Para el Alma

jueves, 15 de junio de 2017

UNA LUZ

PRIMERA LECTURA
Del libro de Josué 7, 4-26
DELITO Y CASTIGO DE ACÁN
En aquellos días, fueron hacia Ay unos tres mil del ejército, pero tuvieron que huir ante los de Ay, que les hicieron unas treinta y seis bajas y los persiguieron desde las puertas de la villa hasta Las Canteras, derrotándolos en la cuesta. El valor del ejército se deshizo en agua. Josué se rasgó el manto, cayó rostro a tierra ante el arca del Señor y estuvo así hasta el atardecer, junto con los ancianos de Israel, echándose polvo a la cabeza. Josué oró:

«¡Ay, Señor mío! ¿Para qué hiciste pasar el Jordán a este pueblo, para entregarnos después a los amorreos y exterminarnos? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! ¡Perdón, Señor! ¿Qué voy a decir después que Israel ha vuelto la espalda ante el enemigo? Lo oirán los cananeos y toda la gente del país, nos cercarán y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Y qué harás tú con tu gran nombre?»

El Señor le respondió:

«Anda, levántate. ¿Qué haces ahí, caído rostro en tierra? Israel ha pecado, han quebrantado el pacto que yo estipulé con ellos, han cogido de lo consagrado, han robado, han disimulado escondiéndolo entre su ajuar. No podrán los israelitas resistir a sus enemigos, les volverán la espalda, porque se han hecho execrables.

No estaré más con vosotros mientras no extirpéis la execración de en medio de vosotros. Levántate, purifica al pueblo, diles: "Purificaos para mañana, porque así dice el Señor Dios de Israel: ¡Hay algo execrable dentro de ti, Israel! No podréis resistir a vuestros enemigos mientras no extirpéis la execración de en medio de vosotros." Por la mañana os acercaréis por tribus. La tribu que el Señor indique por sorteo se acercará por clanes; el clan que el Señor indique por sorteo se acercará por familias; la familia que el Señor indique por sorteo se acercará por individuos. El que sea sorprendido con algo consagrado será quemado con todos sus bienes, por haber quebrantado el pacto del Señor y haber cometido una infamia en Israel.»

Josué madrugó y mandó a los israelitas acercarse por tribus. La suerte cayó en la tribu de Judá. Se fue acercando la tribu de Judá por clanes, y la suerte cayó en el clan de Zeraj. Se fue acercando el clan de Zeraj por familias, y la suerte cayó en la familia de Zabdí. Se fue acercando la familia de Zabdí por individuos, y la suerte cayó en Acán, hijo de Carmí, de Zabdí, de Zeraj, de la tribu de Judá. Josué le dijo:

«Hijo mío, glorifica al Señor, Dios de Israel, haciendo tu confesión. Dime lo que has hecho, no me ocultes nada.»

Acán respondió:

«Es verdad, he pecado contra el Señor, Dios de Israel. He hecho esto y esto: vi entre los despojos un manto babilonio muy bueno, doscientas monedas de plata y una barra de oro de medio kilo; se me fueron los ojos y lo cogí. Mira, está todo escondido en un hoyo en medio de mi tienda, el dinero debajo.»

Josué mandó a unos que fueran corriendo a la tienda de Acán: todo estaba allí escondido, el dinero debajo. Lo sacaron de la tienda, se lo llevaron a Josué y a los israelitas y lo depositaron ante el Señor. Josué cogió a Acán, hijo de Zeraj (con el dinero, el manto y la barra de oro), a sus hijos e hijas, sus bueyes, burros y ovejas, y su tienda con todos sus bienes. En compañía de todo Israel los subió al Valle de la Desgracia, y Josué dijo:
«¡El Señor te haga sufrir hoy mismo la desgracia que nos has acarreado!»

Todos los israelitas apedrearon a Acán. Luego los quemaron y los cubrieron de piedras. Después levantaron encima un montón de piedras, que todavía hoy se conserva. Y el Señor aplacó el incendio de su ira. Por eso, aquel sitio se llama hasta hoy Valle de la Desgracia.
RESPONSORIO    Cf. 1Co 5, 2. 3. 5. 7
R. Haced que desaparezca quien hizo esa mala acción. * Ese tal sufrirá ruina material, a fin de que su espíritu sea salvo en el día de Jesús, el Señor.
V. Tirad fuera la levadura vieja para que seáis una masa nueva, ya que ahora sois panes ázimos.
R. Ese tal sufrirá ruina material, a fin de que su espíritu sea salvo en el día de Jesús, el Señor.
SEGUNDA LECTURA
De los Comentarios de san Ambrosio, obispo, sobre los salmos.
(Salmo 1, 4. 7-8: CSEL 64, 4-7)
DULZURA DEL LIBRO DE LOS SALMOS
Aunque es verdad que toda la sagrada Escritura está impregnada de la gracia divina, el libro de los salmos posee, con todo, una especial dulzura; el mismo Moisés, que narra en un estilo llano las hazañas de los antepasados, después de haber hecho que el pueblo atravesara el mar Rojo de un modo admirable y glorioso, al contemplar cómo el Faraón y su ejército habían quedado sumergidos en él, superando sus propias cualidades (como había superado con aquel hecho sus propias fuerzas), cantó al Señor un cántico triunfal. También María, su hermana, tomando en su mano el pandero, invitaba a las otras mujeres, diciendo: Cantaré al Señor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar.

La historia instruye, la ley enseña, la profecía anuncia, la reprensión corrige, la enseñanza moral aconseja; pero el libro de los salmos es como un compendio de todo ello y una medicina espiritual para todos. El que lo lee halla en él un remedio específico para curar las heridas de sus propias pasiones. El que sepa leer en él encontrará allí, como en un gimnasio público de las almas y como en un estadio de las virtudes, toda la variedad posible de competiciones, de manera que podrá elegir la que crea más adecuada para sí, con miras a alcanzar el premio final. Aquel que desee recordar e imitar las hazañas de los antepasados hallará compendiada en un solo salmo toda la historia de los padres antiguos, y así, leyéndolo, podrá irla recorriendo de forma resumida. Aquel que investiga el contenido de la ley, que se reduce toda ella al mandamiento del amor (porque quien ama al prójimo ya ha cumplido la ley), hallará en los salmos con cuánto amor uno solo se expuso a graves peligros para librar a todo el pueblo de su oprobio; con lo cual se dará cuenta de que la gloria de la caridad es superior al triunfo de la fuerza.

Y ¿qué decir de su contenido profético? Aquello que otros habían anunciado de manera enigmática se promete clara y abiertamente a un personaje determinado, a saber, que de su descendencia nacerá el Señor Jesús, como dice el Señor a aquél: A uno de tu linaje pondré sobre tu trono. De este modo en los salmos hallamos profetizado no sólo el nacimiento de Jesús, sino también su pasión salvadora, su reposo en el sepulcro, su resurrección, su ascensión al cielo y su glorificación a la derecha del Padre. El salmista anuncia lo que nadie se hubiera atrevido a decir, aquello mismo que luego, en el Evangelio, proclamó el Señor en persona.
RESPONSORIO    Sal 56, 8-9
R. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. * Voy a cantar y a tocar para ti.
V. Despierta, gloria mía; despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
R. Voy a cantar y a tocar para ti.

ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, de quien todo bien procede, concédenos seguir siempre tus inspiraciones, para que tratemos de hacer continuamente lo que es recto y, con tu ayuda, lo llevemos siempre a cabo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.