Lo que me dice: El Santo Evangelio: Miércoles, 7 de junio
de 2017
(Marcos
12,18-27). Es impresionante ver como la sabiduría del Señor es
infinita no tiene medida. Es importante ver como querían atrapar al Señor con
la medida de un amor humano, y la respuesta del Señor fue esta: Cuando
resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casaran. Esto es para mí una buena
noticia, porque en la resurrección ya no existe la muerte. La muerte solo
existe aquí. Para mí la palabra matrimonio aquí tiene una gran enseñanza y es
la que yo puedo ver. Que cuando un
matrimonio, están bien unido como una
sola carne, una sola persona, ya no son dos, son una misma persona. Ya el
centro del matrimonio no es el dinero, no es la relación sexual, ni los hijos,
ni el trabajo, ni la casa, el centro es el AMOR. Cuando el hombre hace hasta lo
imposible por hacer feliz a su esposa y la mujer hace hasta lo imposible por
hacer feliz a su esposo, no tienen nada reservado para sí. Cada uno quiere lo mejor para el otro, y llegan a
un ponto tan alto, tan sublime en el amor, que al hombre se le olvida como se
llama su esposa y la mujer se le olvida como se llama su esposo, solo utilizan
un nombre para comunicarse °MI AMOR°. El hombre le entrega a su esposa a DIOS y
la mujer le entrega su esposo a DIOS y cuando DIOS siente la fragancia
exquisita de este amor, son iluminados por este amor celestial, y pasan de
seres humanos a un estado superior al de ángeles del cielo.
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL
SEÑOR: llegará a ser,
SANTO 》