Lo que me dice: El Santo Evangelio: Jueves, 25 de mayo de
2017
(Juan
16,16-20). Es muy difícil entender la partida del Señor si nunca lo
he tenido como mi amigo muy amado, y aquí el Señor me quiere preparar para una
separación para que después pueda entrar en mí la verdadera unión. Tengo cosas
dentro de mí que me impiden ver al Señor como son: el miedo, porque cuando
tengo miedo es porque me estoy apoyando en mi mismo, cuando estoy metido en mis
malo pensamiento es imposible ver al Señor, también la tristeza me impide ver
al Señor, porque si estoy triste es porque, un bien se me ha ido o siento que
un mal me ha llegado, y esto es algo me roba
la esperanza. Lo que me gusta es, que el Señor sabe que cuando el no
está en mi me atrapa dolor y el desconcierto y pierdo el sentido de la vida y
no tengo ni la mas mínima idea de para que vivo, una buena pregunta para mi
corazón ¿para qué vivo? Y la misión del
Señor es sanar mis heridas, en especial aquellas que no puedo ver y que me
cuestan mucho trabajo aceptar, me cuestan mucho descubrir donde están mis
heridas, y no puedo seguir vivir en la mentira, no puedo ser un iluso, porque
si me dan ataque de ira, si me sube un brote de soberbia, si mi orgullo es tan
fuerte que no me deja pedir perdón o perdonar, si la tristeza y la angustia
tienen poder sobre mí, y tienen más fuerza que yo porque me tiran en una cama,
y yo no tengo las fuerza suficiente para luchar, eso es un indicativo para mí
de que la alegría del Señor no está en mi. Ahora el Señor me traer una medicina
muy buena que se llama La Cruz Gloriosa, que tiene el poder de convertir la tristeza
en alegría, el odio en amor, la ira en mansedumbre, el orgullo en
humildad.
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL
SEÑOR: llegará a ser,
SANTO 》