Musica Para el Alma

martes, 4 de abril de 2017

JUAN 8,31-42 LO QUE ME DICE EL EVANGELIO

Lo que me dice: El Santo Evangelio: Miércoles, 5 de abril de 2017
(Juan 8,31-42).  (Nunca hemos sido esclavos de nadie). (Todo el que comete pecado es esclavo). *Estas palabras del Señor, no son para maltratarme, ni para humillarme, es que él está buscando la manera de hacerme entrar en razón, y encuentra en mi lo mismo de siempre el afán por justificarme, el afán de defenderme y soy tan ignorante, tan necio, que pienso que el Señor no me conoce y el conoce hasta mis pensamiento, él sabe que tengo pecado que me esclavizan,  por eso quiere que yo tenga por herencia la libertad. Él sabe que todavía existe en mi la mentira, que hago juicio, que murmuro, que me gusta que me cuenten y eso es chisme, el sabe que soy esclavo de mis pensamiento, cosas que sucedieron en otro tiempo y siempre las menciono, como si fuesen que sucedieron ayer, soy esclavo del miedo, como me da miedo decir la verdad a una persona por temor a que me retire su amistad, tengo vicios que me esclavizan.  Aunque estoy en la iglesia me gustaría decir que mi padre es DIOS (y sería otra mentira de mi parte). Reconocer este lenguaje para mí es muy doloroso y difícil de aceptar. Si hablo mentira, si estoy en cualquier vicio, si estoy de acuerdo que cuando atrapen un ladrón o un atracador les den mucho golpe, si estoy de parte de la injusticia, si estoy de acuerdo con el matrimonio homosexual, si estoy de acuerdo con el aborto, si estoy de acuerdo con la eutanasia, si uso preservativos en mis relaciones. Si estoy evitando los hijo: Me duele y es duro y muy fuerte decirlo, entonces mi padre es el diablo. Señor no tengo escusa, ni defensa, pero apelo a  tu inmenso AMOR y a tu gran MISERICORDIA. Puedo sentir una esperanza en medio de toda esta lectura y es: que el Señor no ha venido por su cuenta, sino que es el mismo DIOS quien lo ha manda expresamente a mi vida, para sacarme de las tiniebla y que brille la luz del Señor en mí y yo camine en pleno día con libertad*. 

El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,

SANTO