LO QUE ME DICE
EL SANTO EVANGELIO Lunes, 24 de octubre de 2016 (« ¿No era bueno desatar a esta hija de
Abrahán de esa atadura, aún en día de sábado? (Lucas
13, 10-17) »). Me llama mucho
a la atención dos signos que el Señor realiza con esta mujer que lleva 18 años
enferma: primer signo el Señor cuando le habla la libera, le quita la carga,
que sostenía durante los 18 años. Segundo signo el Señor le impone las manos, y
al imponérmele las manos le endereza la vida. Y como se reflejan estos dos
signos en mi, esto me lleva a cuestionarme ¿qué me tiene atado? ¿Qué cosa estoy
cargando, que hace que mi vida se doble? ¿Siento yo algún peso en mi vida que
el Señor tiene que venir en mi ayuda? Esta mujer por 18 años está cargando con
una enfermedad visible, por lo cual cuando es liberada y enderezada, las personas
dan gloria a DIOS. Yo en cambio me escondo o disimulo mi enfermedad, para que
piensen y hablen bien de mi, y es tanto lo que me escondo detrás de mi fachada,
que hasta a mi mismo, me cuesta descubrir que soy un pecador *¿Cuál es mi mayor
pecado? No sé* por eso el Señor se acerca a mí, me habla al oído me dice que
soy libre y me dice que quiere imponer su mano sobre mí para enderezar mi vida.
Señor perdóname porque soy tan incrédulo que me parezco a un caballo que le
tiran una cuerda en sima y ponen la otra punta de la cuerda en una ramita seca
tirada en el suelo, que hasta se la puede llevar el viento de lo pequeña que es
y se queda ahí parado pensando que está atado, ese soy yo Señor, tú me desata
de: la angustia, la tristeza, de la timidez, de la indecisiones, de la
melancolía, del miedo, de los complejos,
y no levanto la cabeza para ver que en ti soy verdaderamente libre.
Señor a esta señora tú la llamaste y le impusiste las manos, has lo mismo con
migo aunque yo este temblando del miedo.
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL
SEÑOR: llegará a ser,
SANTO 》