Salmo
Sal
32
R/.
Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
Dichosa
la nación cuyo Dios es el Señor,
el
pueblo que él se escogió como heredad.
El
Señor mira desde el cielo,
se
fija en todos los hombres. R/.
Los
ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en
los que esperan en su misericordia,
para
librar sus vidas de la muerte
y
reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Nosotros
aguardamos al Señor:
él es
nuestro auxilio y escudo;
con
él se alegra nuestro corazón,
en su
santo nombre confiamos. R/.
GLORIA
AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO.