EL SANTO EVANGELIO
Jueves, 9 de junio de 2016
Mateo (5,20-26): («Todo el que esté peleado con su hermano, será
procesado »). Esta palabra implica para mí
un máximo de esfuerzo, de la voluntad, del deseo, y de desprendimiento. El
Señor me invita a superar el regalo que un día el me hizo, EL AMOR, me dice que
llegara un día donde tengo que presentar mis ofrendas, mis obras y será en una
mesa en un altar, en un lugar visible. El Señor, que quiere lo mejor para mí,
me invita hacerme una evaluación y una reingeniería en el amor, ahora que estoy
a tiempo, me invita a evitar el pleito; y como lo puedo evitar: ESCUCHANDO,
poniendo atención, que no escuche como mucha veces lo hago, (hable usted por su
boca, que su boca es suya y no me importa nada de lo que está diciendo), porque
yo por mi parte estoy preparando mi defensa y rebuscando en mi léxico, una
palabra dura, que hiera. Porque me conoce y me ama, el Señor me invita a poner
mis ofrenda en el suelo primero, porque no son digna de estar sobre la mesa,
sobre el altar; y me valla corriendo a reconciliarme con mis hermanos, (que le
deje de hablar, porque alguien me dijo, que a él le dijeron, que mi hermano
dijo, todo un chisme), (con mi mujer, que muchas veces, me acuesto dándole la espalda,
poniendo una distancia en la cama, y el diablo acostado en el medio de lo más cómodo,
arañándome la espalda con sus pesuña y yo de (P) tonto en una orilla de la cama
y amanezco con un dolor en todo el cuerpo). En eso me quiere ayudar el Señor,
que aprenda a dejarme amar y amar, para no ser procesado.
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a
ser, SANTO 》